miércoles, 3 de septiembre de 2025

Orfebrería


 

Orfebrería

 

Por Águeda Caballero

 

Uno de los museos que me encanta visitar en Ciudad de México es el Museo Nacional de Antropología, entre otros muchos. Durante tres semanas he estado estudiando, viendo, buscando imágenes, técnicas, períodos, materiales, simbología; y un largo etcétera.

En mi seminario 3 de orfebrería contemplo toda esta parte histórica, para luego comenzar con la técnica de la filigrana, en la que ya andamos trabajando varias clases.

Es inconmensurable todo lo que hay de información sobre las diferentes culturas que dedicaron su vida al oficio de la artesanía. Hoy por hoy, para mi eran y siguen siendo artistas, especies de seres humanos con mucha sabiduría y conocimiento extremo de las herramientas y los materiales, a pesar de la carencia de herramientas que hoy sí conocemos y tenemos a la mano dependiendo de los espacios y lugares en los que trabajamos.

Es imposible condensar tanta información en tres semanas, pero lo he hecho, a mi manera. Creo que en mi próxima visita al Museo de Antropología, observaré y sentiré las piezas de una forma diferente.

Siempre leía las cédulas o fichas técnicas y reconocía el procedimiento o elaboración de la pieza, materiales, herramienta rudimentaria; y nunca me dejaron de maravillar, pero en mi pronta visita estoy segura va a ser diferente.

También sucederá si viajo a Perú, a Colombia, Argentina, Egipto. Fabuloso todo lo que he leído y visto, pero quiero presenciarlo y vivirlo en tan diferentes y hermosas culturas, pisando y sintiendo el suelo de sus tierras.

Estoy muy contenta por estar dedicando bastante tiempo a conocer, leer y entender mejor diferentes culturas, pero hay algo que me dice que todas se originaron en una misma fragua, en un mismo yunque, con un cincel, con calor. La diferencia se origina en el contexto geográfico, la tierra, la naturaleza, el clima. Pues muy buenas noches, me queda mucho que aprender.

 


Águeda Caballero Almécija, Barcelona 1980. Escuela de Artes y Oficios de la Llotja en Barcelona. Escuela de artes y oficios en Murcia. Licenciatura y maestría en la Universidad Politécnica de Valencia. Actualmente profesora en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Pintora, orfebre y pensadora.

martes, 2 de septiembre de 2025

La salud y la no

 


La columna de Bety

La salud y la no

 

Por Beatriz Aldana

 

Hoy hablaré de las cuestiones de salud. Las personas adultas mayores las más de las veces no estamos conscientes de que nuestro organismo ya se encuentra gastado y pensamos que podemos seguir desarrollando actividades como si fuésemos adultos medianos, de cuando nos dedicábamos a realizar múltiples tareas.

Me permito enumerar algunas de las mías:

1.     Abrir los ojos cada mañana a eso de las 6:30 a.m. aún cuando mi cerrada de ojos de la noche anterior fuese a las 12:00 o 1:00 a.m. Pues bien, a esa hora, o sea las 6:30 a.m. primordialmente sintonizo la radio para empezar a escuchar las noticias.

2.     Enseguida riego los jardines, tanto de mi patio como del frente de casa.

3.      Le doy un trapaso a mi vehículo.

4.     Luego preparo un cafecito, un licuado de vitaminas y minerales, y a continuar con las labores:

5.     revisar unas cuestiones contables, actualizarlas;

6.     leer algunas páginas de varios libros por ahí pendientes de ser leídos;

7.     tomar una ducha, arreglo personal;

8.     Salir a relizar asuntos de pagos y financieros;

9.     y al regreso, llegar al Súper, a hacer la compra y lo que se requerirá para la comida del día.

10. Prepararla, comer y tomar un pequeño respiro o descanso, mirando la televisión antes de iniciar el lavado de la loza de la comida.

11. Tomar las costuras pendientes y a darle.

12. Ya realizada esta labor, preparar vestimenta y zapatos cómodos, para dar un paseo por la Presa cercana, o sea caminar un aproximado de cinco kilómetros respirando un aire purísimo.

13. De regreso, mirar otro poco de TV abierta;

14. preparar una cena ligera y luego recluirme en mis habitaciones a mirar series de esa famosa Netflix, o National Geohraphic;

15. y a cerrar ojitos para obtener un sueño reparador.

Muy bien, hice una enumeración de toda esta actividad porque mi congoja actual es que ahora, por cuestiones de no haber tenido cuidado con mi salud, paulatinamente se ha ido deteriorando a tal grado que a últimas fechas, o sea, casi 19 días, ha sido materialmente imposible erradicar un resfrío, o enfriamiento, o alergia, que no me permite realizar ni siquiera un 30 por ciento de las actividades mencionadas. Todo esto lo atribuyo a que definitivamente he tenido un descuido a mi persona en varios aspectos:

1.     No acudir a un masaje linfático, sumamente recomendable para conservar la buena salud.

2.     No hacer las comidas puntualmente.

3.     Estar muchísimo tiempo expuesta al intenso calor chihuahuense y entrar a lugares con refrigeración en alto volumen, incluyendo los Templos a los que suelo acudir en promedio tres días por semana.

4.     Igualmente, el descuido de no tomar mis vitaminas y probióticos por dar preferencia a otras labores.

En fin, caigo en la cuenta de que cuando somos ya adultos mayores definitivamente es necesario bajar el ritmo a las actividades, procurar descansar lo más posible y no dejar de caminar, bajo ninguna circunstancia. Dormir las horas correctas y no saltar ninguna comida del día. ¡Ah! y lo más importante, estar en contacto con la familia y las amistades, aunque sea un cálido ¡hola! por este nuevo sistema de comunicación, esta bendita carretera digital llamada la Web.

 


Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.