La columna de Bety
La salud y la no
Por Beatriz Aldana
Hoy hablaré de las cuestiones
de salud. Las personas adultas mayores las más de las veces no estamos
conscientes de que nuestro organismo ya se encuentra gastado y pensamos que
podemos seguir desarrollando actividades como si fuésemos adultos medianos, de cuando
nos dedicábamos a realizar múltiples tareas.
Me permito enumerar algunas
de las mías:
1. Abrir
los ojos cada mañana a eso de las 6:30 a.m. aún cuando mi cerrada de ojos de la
noche anterior fuese a las 12:00 o 1:00 a.m. Pues bien, a esa hora, o sea las
6:30 a.m. primordialmente sintonizo la radio para empezar a escuchar las
noticias.
2. Enseguida
riego los jardines, tanto de mi patio como del frente de casa.
3. Le doy un trapaso a mi vehículo.
4. Luego
preparo un cafecito, un licuado de vitaminas y minerales, y a continuar con las
labores:
5. revisar
unas cuestiones contables, actualizarlas;
6. leer
algunas páginas de varios libros por ahí pendientes de ser leídos;
7. tomar
una ducha, arreglo personal;
8. Salir
a relizar asuntos de pagos y financieros;
9. y al
regreso, llegar al Súper, a hacer la compra y lo que se requerirá para la
comida del día.
10. Prepararla,
comer y tomar un pequeño respiro o descanso, mirando la televisión antes de
iniciar el lavado de la loza de la comida.
11. Tomar
las costuras pendientes y a darle.
12. Ya
realizada esta labor, preparar vestimenta y zapatos cómodos, para dar un paseo
por la Presa cercana, o sea caminar un aproximado de cinco kilómetros respirando
un aire purísimo.
13. De
regreso, mirar otro poco de TV abierta;
14. preparar
una cena ligera y luego recluirme en mis habitaciones a mirar series de esa
famosa Netflix, o National Geohraphic;
15. y a
cerrar ojitos para obtener un sueño reparador.
Muy bien, hice una
enumeración de toda esta actividad porque mi congoja actual es que ahora, por
cuestiones de no haber tenido cuidado con mi salud, paulatinamente se ha ido
deteriorando a tal grado que a últimas fechas, o sea, casi 19 días, ha sido
materialmente imposible erradicar un resfrío, o enfriamiento, o alergia, que no
me permite realizar ni siquiera un 30 por ciento de las actividades mencionadas.
Todo esto lo atribuyo a que definitivamente he tenido un descuido a mi persona
en varios aspectos:
1. No
acudir a un masaje linfático, sumamente recomendable para conservar la buena
salud.
2. No
hacer las comidas puntualmente.
3. Estar
muchísimo tiempo expuesta al intenso calor chihuahuense y entrar a lugares con
refrigeración en alto volumen, incluyendo los Templos a los que suelo acudir en
promedio tres días por semana.
4. Igualmente,
el descuido de no tomar mis vitaminas y probióticos por dar preferencia a otras
labores.
En fin, caigo en la cuenta
de que cuando somos ya adultos mayores definitivamente es necesario bajar el
ritmo a las actividades, procurar descansar lo más posible y no dejar de
caminar, bajo ninguna circunstancia. Dormir las horas correctas y no saltar
ninguna comida del día. ¡Ah! y lo más importante, estar en contacto con la
familia y las amistades, aunque sea un cálido ¡hola! por este nuevo sistema de
comunicación, esta bendita carretera digital llamada la Web.
Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.
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