La columna de Bety
Veneno de salva
Por Beatriz Aldana
Bueno, aquí voy. Qué extraña
es la reacción de algunas personas, no todas gracias a Dios. Resulta que al ser
un tanto conocida yo en Chihuahua, pues he radicado por más de 72 añitos en
esta bellísima Ciudad, pues es natural que le conozcan a una. Y no nada más eso,
sino todos los procesos inherentes a la existencia misma, como es casamiento,
maternidad, viudez, etcétera.
A lo que voy: Resulta que
hace aproximadamente año y medio las personas me han ubicado con una personita
también muy conocida en Chihuahua. Algunas se han alegrado mucho y me lo
manifiestan, pero, por desgracia otras le quitan valía, o más bien, reflejan cierta
intención malévola. Lo digo por esta razón, ya que usualmente me hacen estos
comentarios: "No, no diré nada, mejor que se lo diga alguien más". (Soterradamente,
como que vieron algo por ahí). "¿No tiene vehículo el señor?". (Dando
a entender que yo soy la de los traslados). "Y por qué nada más los fines
de semana?” (Como si fuese yo el pasatiempo de fin de semana). Y el colmo: "Hoy
toca, verdad?”. (Por ser viernes o
sábado).
Hoy me permití aclararle a
una de esas personas, que destilan más veneno que palabras, que el hecho de
hacer comentarios tan fuera de lugar es violencia. Violencia en su máxima
expresión. Porque por fortuna mi compañía no es de cierto lugar en una casa, es
muchísimo más que eso.
Solo es cuestión de
preguntarle a mi caballero, quien no repara en elogios a mi persona, como, por
ejemplo: "Escribes atm”. “Tu estilo es diáfano y de una audaz franqueza” Tienes
muchos lectores en mi Revista, sobrepasas en números a otros autores”. “Eres buena
modelo, fotogénica a más no poder” Tienes una notable destreza mental para
resolver cualquier situación” “En fin, y en resumidas palabras, eres mi
princesa, mi reina, mi colega",
Ahora bien, con tantos
calificativos, ¿creen ustedes que los comentarios malintencionados me afectan? Pues
definitivamente: no. Lo triste y lamentable es la paupérrima visión que esas
personas ven a través de su cristal, que a mí parecer es solamente un espejo, o
sea: se ven a sí mismos.
Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.
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