domingo, 11 de enero de 2015

Elvira Caralina Gutiérrez después de la tormenta


Después de la tormenta



Por Elvira Caralina Gutiérrez




Una tormenta arrasa con lo que hay en mí.
¿Tanta desesperación será posible soportar?
La angustia gobierna.
La tristeza sin  fin.
Si sobrevivo
seré un roble;
nada peor pudiera pasarme.
El mundo enorme será una canica,
La vista nublada
cargo en los hombros, el dolor de tantas.
El corazón en cada latido revienta.
¡Cómo te amo!
Me impresiona cómo puedo amarte tanto,
Tanto, tanto, tan exagerado.
Mi pequeño, mi alma grande
tu mamá te extraña mucho.
Te desea tanto.
Quisiera multiplicarme y que una yo se quedará a tu lado.
Quisiera tener muchos pares de brazos, unos para ti.
¡Solo tengo un triste par de brazos!
Llueve. Quiero llorar.
Tanta lluvia y llanto son mis lágrimas.
Suplico.
No sé si todavía tendrías que estar conmigo,
la tragedia no debió llegar
¿Me escuchas, amor?
Dónde está lo divino que cargó  mi vientre;
murió un mundo mío contigo.
Tú y yo renacemos ave fénix
¿Cuántos renacimientos faltan?




Elvira Catalina Gutiérrez Carrete es licenciada en letras españolas por la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH. Tiene maestrías en educación y en periodismo. Ha trabajado como profesora de literatura y en la radio con un programa de promoción de la lectura.

1 comentario:

  1. Cuando alguien se va. Cuando alguien muere. El alma grita en otra dimensión donde es campana dolorosa. Más: una madre.

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