lunes, 13 de agosto de 2018

Larizza Arvizo. Se fue la luz

Se fue la luz


Por Larizza Arvizo


Escuchar del tonto al que le ocurre todo, es cotidiano e incluso divertido, pero de eso a ser ese tonto hay un  puente de mala suerte con una distancia de desgracia y poca fe; una noche como cualquiera me volví una de esas tontas, desafortunada de mí, todo era una tragedia griega.
Todos en un abrir y cerrar de ojos me habían dado la espalda, me había quedado sin esa nada que era mi todo, me hallaba sola, sin empleo, con un gato hambriento, la enorme cantidad de diecisiete pesos con cincuenta centavos en mi bolsillo y una tarjeta del vivebús cargada con cien pesos, la moral por los suelos, mucha hambre y suficiente orgullo. Me lamentaba amargamente no a haber invertido correctamente mi aguinaldo, haberlo despilfarrado dándole regalos a quienes dijeron amarme, apreciarme e idolatrarme y que cuando el dinero se me acabó me dejaron hasta de saludar.
Gastar en la comida de mi pobre gato quince pesos sería lo más coherente, él era el único que no me había dejado nunca, así que me dispuse a salir a la calle comprarle su alimento. Pero al volver, mi cambio de dos pesos con cincuenta centavos había salido volando de mi bolsa sin piedad alguna, casi puedo imaginar las monedas sacando sus patitas y a correr. Era lo único que me quedaba, lo tenia para unas solicitudes de empleo. Sentí ganas de llorar amargamente pero ya había sido mucho, llegue a la casa y decidí dejar que las cosas pasaran, no saldría en todo el día para evitar más desgracias, es que cuando uno trae las vibras tan negativas más vale ni ir a trabajar.
Esto  de no salir y no hacer nada no evitó que siguiera la mala racha. Mientras veía el televisor, zas un apagón, espere unos minutos creyendo que volvería la luz pero no fue así, me habían robado, y en mi propia cara. Se llevaron el medidor, ya no sabía si lo correcto sería reír, llorar o simplemente no hacer nada. Lo que más me dolía es que mi novela favorita se había quedado tan intensa, acababan de atacar a Luciano, esta si era una desgracia.
Culpaba al karma, a las brujas, a los políticos y a la policía, será que no quise aceptar mi parte, y darme cuenta de que poner una reja en el medidor les dificultaría robarme, o quizá coser la re chingada bolsa de mi pantalón para que mi única fortuna no se saliera de ella, o debí acaso dejar de beber en las posadas, y mejor ahorrar mi dinero, y tal vez ayudaría no drogarme, o de plano reformarme y no haberle robado a mi jefe en la oficina, tantas cosas que hacer y pensar, lo bueno es que no estoy embarazada, o sí; eso ya no importa, en un mes se sabrá, ahora lo que importa es averiguar si en el oxxo aceptan la tarjeta del vive bus para comprarme unas Maruchan y ya de lo otro Dios dirá.




Larizza Arvizo nació en Matachic en 1988. A los cuatro años se trasladó a la ciudad de Chihuahua, donde realiza todos sus estudios. Es egresada de la licenciatura en teatro por la Facultad de Artes de la UACH. Ha actuado en 25 montajes y es ganadora del premio a mejor actriz, y actriz revelación, en la Muestra Municipal de Teatro 2009.

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