miércoles, 27 de junio de 2018

Reina Castro

Color de vida

Por Reina Castro

Fíjate bien, no soy común, la vida decidió por mí. Me golpeó fuertemente hasta derribarme pero no me destruyó, ese no era su fin.
Había un propósito al otro lado del dolor. Me tenía preparado un destino extraordinario, único, intransferible e irrevocable, imposible rechazarlo. O lo tomaba con valentía o me moría.
Al principio la lucha fue por demás intensa, agotadora hasta el límite; caí en un pozo oscuro, tanto que no lograba vislumbrar ni un mínimo rayo de luz. Por un tiempo mis días se convirtieron en la noche más larga y negra jamás registrada en la historia, mi historia… Así lo sentí, así lo viví. Era yo, nadie más. Sin embargo, ninguna noche ha vencido nunca al amanecer.
Sobreviví a la tormenta, traspasé umbrales de dolor. Me reconstruí con cada parte que quedaba con infinito amor y cuidado, tal como barro en manos de alfarero. Cuando terminé de cruzar el desierto árido y frío, al pisar la tierra prometida comencé de nuevo.
Me miré al espejo y encontré un rostro transformado, iluminado con un haz de luz, lleno de matices, plagado de ilusiones; en la mirada una encendida pasión por vivir de nuevo, vivir mejor; por ser aquella que el pasado no me permitió ser, por elegir mal, porque me equivoqué.
Ya no era la misma, estaba ante aquel espejo una mujer nueva, completa, entera, fuerte, capaz… ¡capaz de alcanzar la cima!; poco quedaba incluso de la mujer de antes, de antes de caer en las profundidades, aunque en el fondo siempre fui ella y no lo sabía.
Ahí estaba yo. No hay preparación para las tragedias, suceden de manera inesperada, impactan en un instante vidas comunes que nunca más volverán a serlo. No obstante, la transformación que ocurra a partir de ese momento depende de uno mismo, solo de uno.
Ahí estaba, en todas mis facetas, redescubriéndome, reinventándome. Una gama de colores anunció mi regreso a la vida, ya no era una sobreviviente más, ahora estaba viva… ahora, ¡estoy viva! Ahora, ¡yo decido!






Reina Castro es licenciada en educación primaria. En 2012 publicó su primer libro: De víctima a vencedora, un relato hiperrealista de dolor. Posteriormente escribió otro libro también de corte autobiográfico: Todo tiene su tiempo, de poemas, publicado en 2016. Su obra aparece en cinco antologías al lado de otros escritores chihuahuenses: Amores consumados, letras encontradas, Narradores del noroeste, letras selectas, En busca de la palabra sagrada, Letras al margen XII y Entre versos y prosas. En 2018 publicó su libro Mujer –es poesía entre dos”, en coautoría con César Barrón.

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