jueves, 9 de enero de 2025

El taxista Juan Cereceres


 

El taxista Juan Cereceres

 

Por Alberto Heredia Castillo

 

En dos ocasiones diferentes tuve necesidad de viajar a la ciudad de Cuauhtémoc, y casi siempre me fijaba en una placa frente al Rancho de Prieto, una loma con arroyo donde se encontró el cuerpo de un taxista asesinado a mediados de los años cincuenta. Fue señalando como responsable al entonces gobernador del estado, Oscar Soto Máynez.

El caso fue muy famoso y movió miles de personas en Chihuahua, en Parral y en Juárez, pues el movimiento contra el gobernador tenía ya tiempo y el expediente era grueso.

Al final el gobernador fue depuesto, pero el asesinato quedó sin ser esclarecido.

Yo estaba en la primaria José María Mari número 138 y también sufrimos porque nuestra escuela fue vendida. Nos mandaron a un nuevo plantel, a donde ya no ingresé al sexto grado, pues me matricularon en el naciente Colegio Patria.

Recuerdo que años antes, en mi barrio había un comité de Mejoras materiales que presidía mi papá y que casi todos los sábados realizaba bailes en la escuela José Dolores Palomino (la antigua, no la que conocemos). Yo duraba despierto, jugando en el patio de mi casa haciendo carreteras hasta que mi mamá me llamaba para dormir. Según escuchaba platicar a los grandes, el gobernador asistía a casi todos los bailes y cooperaba en un ánfora donde cooperaban todos los que querían un distintivo para poder bailar y dedicar canciones. Decían que en el barrio tuvo dos novias, las más bonitas adolescentes que asistían a los bailes, así tenía en cada barrio donde había comité de mejoras, comentaban.

Soto Máynez tomaba mucho, según se decía en las pláticas de los mayores, y luego invitaba a los comités a banquetes donde departía con los representantes de colonias y barrios. Era muy popular. Ya de adulto leí que el gobernador fue muy corrupto y que presumía de su amistad con Miguel Alemán, con quien compartió estudios en la ciudad de México. Por eso el gran movimiento en su contra, encabezado por Lázaro Villarreal, máximo dirigente de la masonería en el estado y exitoso empresario.

Sobre el taxista Juan Cereceres se han contado dos versiones diferentes: una dice que murió por salvar a la mesera de un café cuando un pistolero la maltrataba. La otra cuenta que fue contratado por uno de los guaruras del gobernador para recoger una o dos veces por semana a una hermosa mujer para llevarla hasta donde su enamorado la esperaba. Al parecer la mujer se enamoró del taxista, y eso causó su desaparición y su muerte.

Cuando Soto Máynez fue obligado a renunciar, le sustituyó un general llamado Jesús Lozoya Solís y de él se decía que era igual que el anterior, y por eso vendió nuestra escuela, que le recortó el presupuesto a la universidad y que tenía negocios turbios con el manejo de medicinas, pues era médico militar, abuelo de Emilio Lozoya Austin, el acusado de recibir millones de la constructora Odebretch cuando fue director de Pemex.

Hay una trama en la historia del estado y del país que ocupa muchos libros y ríos de tinta, esta de Cereceres y soto Máynez es apenas una de ellas.

 


Alberto Heredia Castillo nació en Chihuahua el 2 de julio de 1945. Escuela José Ma Mari 138 y Colegio Patria, la primaria, Benemérita Escuela Normal del Estado, Normal Superior José E Medrano. CCHEP. PCM. PSUM. PRD. Morena. Jubilado.

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