martes, 25 de noviembre de 2025

El largo y sinuoso camino

 


La columna de Bety

El largo y sinuoso camino

 

Por Beatriz Aldana

 

Bueno, aquí voy. Soy el tipo de persona que gusta de compartir los momentos de felicidad en eventos de todo tipo a los que acudo, incluyendo mis estadías en templos católicos hermosos de mi religión. También convivencias con amigas en sus recintos de culto, por pertenecer a otro tipo de religión, sea cristiana, metodista, mormona. También son convivencias muy enriquecedoras y espirituales.

En fin, sería largo y tal vez tedioso para mis lectores hacer un periplo de todos mis recorridos en este camino de Dios.

Pero ahora sí voy a compartir con ustedes a lo que me expongo al relatar partes de mi vida, de mis alegrías y de ese permanente deseo de disfrutar la vida y los momentos que me han sido regalados. Tristemente, y lo digo así, tristemente, porque cuando abro mi mensajería, y no me refiero a mi WhatsApp, que es mucho más privado que el Messenger, porque este da oportunidad de que entren a él más personas tan sólo por buscarme en el Facebook, me llega toda suerte de chismes, o más bien, ganas de molestarme, y lo digo por esto:

Al publicar yo, en mi Facebook, fotos de cierta personita conmigo, que para mí significa muchísimo en mi vida, surge esa mala vibra, mala leche, de comentarme cosas o situaciones que, como reza el dicho, "ojos que no ven, corazón que no  siente". ¡Ah! pero el afán de que, como lo dicen esas personas, "se le caiga la venda de sus ojos" declaran sus “buenas” intenciones. Y aquí señalo esto, hasta con nombres, y alguno que otro lo cambiaré para ocultarle su identidad. Estos son algunos de los mensajes:

 

Va el primero:

Mire Bety, yo a usted la estimo muchísimo, pero le quiero informar que soy espiada en mi perfil, por imagínese usted exactamente por parte de quien. Sara R.

 

Otro:

Usted es muy valiosa, señora Beatriz, por sus publicaciones tengo esa impresión, pero usted  merece a  alguien que verdaderamente la quiera y la valore, y yo sé por qué se lo digo.

Isabel C.

 

¡Uff!, señora Bety, ¿se ha dado cuenta de que usted tiene mucha competencia? Aguas. No la quiero ver  sufriendo, ¡eh!

José Luis H.

 

Otro:

Mire, señora bonita, no sé si se percata de que está metida en un juego muy riesgoso, dónde el día menos pensado la van a mandar al demonio. Y usted lo sabe y quiere cerrar sus ojos a ello. Es notorio que usted es la que aporta a la relación en todo, y por el otro lado solo, o sea, por  parte de él, pues, vénganos tu reino.

Miguel R.

 

Otro más:

Híjole, Bety. Yo a usted la conozco, la aprecio, la valoro mucho, porque es una persona con muchas cualidades y valores. Pero tiene un defecto, es notorio que usted es quien lo busca a él. Pero él a usted, no.

Hortensia F.

 

Uno más:

Bety: Dese más a desear, no esté tan dispuesta, tan luego, luego. Eso cansa y aburre al hombre, se lo digo porque la quiero.

Leticia V.

 

Y esta otra joya:

Oye, Bety, ¿ya tienes mucho tiempo con él verdad? Y pasas por alto algunas cosas. ¿Las ignoras o realmente no te importan?

Cecilia F.

 

En fin, no acabaría de enumerar todos los mensajes que me son enviados. Y no nada más vía escrita, sino también en persona, cuando me preguntan si aún estoy con esa "personita especial".

Cuando pregunto el porqué de ello, la respuesta suele ser: No, no es por nada. Que se lo diga alguien más, De ella aquí le cambio el nombre, por respeto y ética: Fátima.

Y entonces llego a la conclusión de que sí sé muy bien las preferencias y debilidades de esa personita a la cual quiero, admiro y respeto. No es que me ponga una venda en los ojos, o que yo quiera mirar hacia otro lado. Lo que es valioso realmente para mí es el hecho de que él llena la gran mayoría de los espacios vacíos que existen en mí ya casi final de camino.

Yo no nací ayer. Yo también tengo un historial con relación a los asuntos de pareja, pues lógicamente no los aprendí por correspondencia. Admito que, al igual que él, también tengo mis "esqueletos en el closet", Pero esos jamás se interponen, ni anteponen a esta relación que respeto, valoro y agradezco en toda su dimensión

Este regalo bendito, al no permitir nunca más que yo continuase en tremenda soledad, como esa melodía que quiero se entone en mi sala de velación cuando me llegue el momento de partir: The long and  winding road, El largo y sinuoso camino. Así ha sido, es y será mi vida. Así está y estuvo marcado mi destino, y así lo acepto, lo acepté. Y estoy dispuesta a seguir aceptándolo sin más ni más. Sin cortapisas.

 


Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.

No hay comentarios:

Publicar un comentario