Foto: Pedro Chacón
Angustia
Por Anabel Caro
Un 21 de diciembre, hace algunos años, murió
uno de mis hermanos a la edad de 41 años. Su nombre es Carlos.
En triste procesión caminamos por el corredor
del panteón municipal. Mis padres, hermanos, familiares y amigos. Triste
Navidad.
Un día cercano soñé que una angustia oprimía
mi pecho, me sofocaba. Desesperada salí a la calle oscura, apenas se asomaba el
alba. Con mi garganta cerrada abría mis brazos al cielo, con dificultad mis
palabras apenas salían de la boca. Veía un ángel radiante y preguntaba con
mucho dolor:
―¡Señor! Señor: ¿A dónde van
las almas?
Después de tantos años veo una imagen
semejante a la del sueño. Y sí, me estremeció.

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