miércoles, 20 de enero de 2021

Kevin Erives. El juego de las sombras

 

El juego de las sombras

 

 

Por Kevin Erives

 

 

El poeta no debe ser solamente poeta

para poder invocar sombras del alma.

Debe vivir, luchar, cantar, sufrir, gozar.

Saber de qué manera va a expresar

el juego de las sombras.

 

Para saber de qué manera va a exorcizar a ese demonio

que a él y a ella siempre acompañan.

Cuando se encuentre con la sorpresa,

de que, al despertar, la pesadilla apenas comienza

e inicia el juego de las sombras.

 

Y es que cuando celebre el oficio de poeta,

esto es, cuando juega el juego de las sombras,

es que puede realmente descansar,

aunque sea cuando más activo está

manipulando marionetas

en el juego de las sombras.

 

Esto es porque, cuando invoca a los fantasmas del presente

y del pasado,

cuando funde su voz con el espíritu de los muertos

y se convierte en El Alquimista

y une todos los espacios, los que existen y los que no existen,

y lo halla todo desordenado

es cuando sabe que está jugando al juego de las sombras.

 

También habrá de aceptar

que su más grande obra nunca llegará,

se le atravesará antes la muerte

o cualquier otra distracción.

Eso impedirá que plasme toda su inspiración

al jugar el juego de las sombras.

 

Cuando vaya a escribir sus palabras maestras

no faltará el incauto que llegue y le entretenga

y de aquel verso que sería su epitafio

no quedará ni un carajo.

De esa manera siempre vivirás con pendientes,

incluso tras la muerte.

Correrás la misma suerte

en el juego de las sombras.

 

Nunca morirás realizado

a menos que tú lo decidas,

mientras pasas tus ojos por estas líneas

y tu mente por estas ideas

habrás de definir tu ideología.

Plantearás

tu propia filosofía

la filosofía del juego de las sombras.

 

¿Y qué es el arte? ¿Para qué sirve?

¿Para ser feliz? ¡No!

Para resistir, para no rendirte.

Noble batalla

La que se sabe perdida

y aun así se libra.

Atormentado,

pero con una sonrisa en los labios

de vez en cuando,

cuando se juega al juego de la vida y la muerte.

 

El enfermo juego que sin duda perderemos

pero que no nos angustia demasiado,

pues el que todo haya de acabar

es un alivio

para el jugador.

El jugador del juego de las sombras.

 

La poesía no tiene por qué ser bella siempre,

ni tampoco grotesca la vida.

Hay belleza en el mundo, en todo lo que pasa y nos rodea.

Hay belleza en la luz, pero también donde no haya luz.

Y sobre todo donde estas dos chocan

pues es ahí

donde se lleva a cabo

el juego de las sombras.

 

Hay placer en la vida, en la vida dolorosa,

en el amor apasionado y angustioso,

en la duda, en la desesperación,

y, sobre todo, en el sexo vigoroso.

Así que vive fuerte, sé audaz

pues igual algún día morirás,

pero luego de jugar el juego de las sombras.

 

Es un transcurso efímero

a través del infinito.

Cada paso, cada segundo

nos aleja un poco más del mundo

y nos acerca al más allá,

de aquel lugar del que nada sabes.

 

No temas a la cápsula del tiempo

que tus cálcicos restos han de guardar,

pues será tu hogar

por más tiempo del que hayas vivido.

Acostúmbrate a la presencia de la guadaña en tu cuello

pues del otro lado del siglo pasarás también segando

los frutos del olvido.

Eso no cambiará,

así que anda a disfrutar

pues no hay otro camino

en el juego de las sombras.

 







Kevin Erives es estudiante de historia en la UACH, enfocado en la historia militar, social y política del norte de México y sur de Estados Unidos. Es autor del cuento A través del túnel carmesí, que aparecerá en la revista de la UAA Horizonte Histórico, así como del poemario Sentenciado a vivir, poemas de la cuarentena. Publica sus textos en el blog de Facebook Tinta tu madre, tertulia creativa, con el seudónimo de Víktor Villa, y dirige la página de Facebook de Historia de la Ciencia, que se encarga de la divulgación científica con perspectiva humanística.

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