lunes, 17 de noviembre de 2014

Larizza Arvizo: Vivebús


Vivebús



Por Larizza Arvizo



Convencido que era su día de suerte, se despertó diez minutos antes de lo acostumbrado, bajó las escaleras, encendió el boiler, se miro al espejo y vio  lo guapo que se veíael día de hoy.

Se  acercó a la  nevera y se le dibujó una sonrisa. Estaban los blanquillos  que  quería  guisarse, y un poco del guiso de la noche anterior. Desayunó gustosamente, tomándose todo el tiempo del mundo, preparó su ropa, las  prendas que  le  favorecían, se dio una ducha y salió de casa.

Llegó a la parada de camión, subió al autobús, dio el paso a cuanto personaje  estuviera junto a él, les regalo su sonrisa. Vio a una chiquilla cuya edad rayaba en los 19, un mujer hermosa que tuvo que correr para alcanzar al pasaje.

Les toco de pie; la miraba insistente. La buena suerte le sonreía, ellas se acercaba, al amontonarse la gente. Comenzó a sentir la mano de la chica junto a su cadera, sensualmente fue deslizándola  hacia su glúteo. Recargó su  cabeza  sobre el hombro del tipo, cuya  calentura  aumentaba de tono.

La mano fue bajando y  subiendo hasta acercarse por detrás a sus partes íntimas. La erección, poco disimulable, era como la que nunca había pensado tener. La delicada mano de la joven acariciaba cada parte; ella recargaba la  cabeza en el hombro, de puntitas daba pequeños besos en el cuello.

La gente los miraba un poco sorprendida; el hombre sudaba, se remolineaba, no sabía ni para  donde  voltear. De pronto, la chiquilla lo soltó y le dio una nota, la colocó en la bolsa trasera del  pantalón. El sujeto la vio partir. Diez cuadras  más  adelante  bajo del  camión, metió la mano  al bolsillo  encontró el papel.

“… gracias por la  billetera, me hace falta el dinero. Cumplo con mi novio y no sabía que regalarle. Lindo día, viejo.”

En la cartera traía cinco mil pesos que quería depositar en el fondo  para sus  vacaciones. La cara se le puso roja pero por caliente  sino por pendejo, el sudor se le vino encima. Ese día se volvió el peor de la semana.




Larizza Arvizo nació en Matachic en 1988. A los cuatro años se trasladó a la ciudad de Chihuahua, donde realiza todos sus estudios. Es egresada de la licenciatura en teatro por la Facultad de Artes de la UACH. Ha actuado en 25 montajes y es ganadora del premio a mejor actriz, y actriz revelación, en la muestra municipal de teatro 2009.

1 comentario:

  1. Esta joven escritora de Chihuahua observa la conducta humana como respirar. Luego cuenta todo el asunto con lujo de detalles.

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