domingo, 26 de octubre de 2025

El día, la semana

 


La columna de Bety

El día, la semana

 

Por Beatriz Aldana

 

Iniciaré así: Hace seis años decidí ya no laborar más en cuestiones de trabajos con horarios estrictos, o sea los más usuales, que son de 9:00 a.m. a 3:00 p.m.; y el casi imposible para una persona de mi edad: el de 8:00 a.m. a 6:00 p.m.

Pero, para estar de algún modo realizando todavía mi actividad con números (por supuesto, también para mantener mi cerebro activo), me dedicó a algunos asuntos contables en ciertos espacios de tiempo diarios, pues me gusta distribuir cada día de mi vida de la siguiente manera:

Despierto a las 6:30 a.m.

Tomó fotografías del amanecer y la salida del sol por el Este, que se aparece por allá atrás de mi adorado Cerro Grande.

De inmediato sintonizo a mi buen amigo Marco Antonio Guevara, para estar al día en los chismecitos inconformes de la Opinión pública (que así se llama el programa).

Luego continuo con su hijo Marco Aurelio en Nuestras Noticias, y así estoy al día en los aconteceres del día anterior y lo que ocurre en ese espacio de tiempo de una hora.

Luego sigo con Ciro Gómez Leyva en Radiofórmula, en los aconteceres nacionales e internacionales.

Y para organizarme al iniciar el día, preparo mi atuendo, vestimenta y accesorios, me preparo mi licuado de leche añadiendo mi polvo de vitaminas y minerales.

Un poco más tarde, mi desayuno de frijolitos y tortillas de harina.

Para entonces ya sé mi periplo del día: Entre "alzar" la casa, lavar trastes, meter ropa a la lavadora, tenderla, darle un "trapazo" a mi camioneta, regar jardines.

Y ahora sí, a leer algunas páginas de mis libros, pero solo por una hora.

Darle un avance a mis números, otra hora.

Adelantar un poco la a comida, depende lo que vaya a preparar.

Eb seguida, a salir. Me gusta hacerlo a eso de las 3:00 p.m. porque es la hora en que no hay mucha gente en los Bancos, y ya me queda tiempo para degustar mis alimentos a eso de las 4:00 p.m. porque yo suelo tener actividades sociales y religiosas a partir del martes y estás inician a las 5:00 de la tarde, y yo vivo a muchos kilómetros de donde se llevan a cabo estas.

Me gusta regresar a casa a las 8:00 p.m. para deleitarme con mis programas favoritos de TV, en tele abierta: la Doctora Polo en el Canal  9, y luego en You tuve: Código Magenta y Adela Micha, en mi tele de la sala.

Luego me retiro a mi recamara, ya empijamada, a mirar mis programas favoritos en SKY, como son Alerta aeropuerto en National Geographic, Tesoros y ciudades perdidas en History Channel, y Gordon Ramsey sabores del mundo en National Geographic. Este me encanta porque él viaja por Australia, Islandia, Portugal, Islas Fidji, lugares que no frecuentemente se filman por T.V. así que para mí son unas verdaderas joyas.

Pues, como se verá, mi periplo del día lo considero una fortuna y una bendición, porque dada mi fragilidad física me considero una consentida de Dios nuestro Señor. Mi edad ya no es ni cuarenta, ni cincuenta, ya estoy subiendo el séptimo piso.

Y aún no les he contado lo de mi periplo de fin de semana, que inicia el jueves, que por fortuna lo hago acompañada ya de una personita muy especial en mi vida, y lo continuamos, viernes y sábado, y él me regala todo el domingo para que yo asista a Misa, a que yo coma en cualquier restaurante. Luego me voy con mi grupo a deleitar público chihuahuense con nuestros bailes, de todos los ritmos, y el mío, que resulta espectacular: el rock. En algunas ocasiones lo terminamos asistiendo a La Cabaña, un bar donde se practica el Karaoke y participamos los parroquianos que frecuentamos este lugar.

Y que no se me olvide: Los miércoles de 8:00 de la mañana a la noche a las 10:00, no me pierdo por nada del mundo acudir al Centro Alegre a escuchar maravillas del rock con Arturo Gamboa y su grupo La Cumbre.

Así que: Cómo no estar agradecida a Dios y tener la fortuna de vivir y gozar esta maravillosa existencia en mi adorada Ciudad Chihuahua.

Que caray. Si hubiese aceptado la invitación de trasladarme a otra ciudad, segura estoy de que hubiese firmado mi sentencia de "acortar" los minutos que el Creador me ha venido regalando con una vitalidad y salud plena. Y, como digo cada vez que mi Sacerdote da fin a su Homilía: Así sea.

 


Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.

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