miércoles, 1 de octubre de 2014

Lorena Sosa

¿Me quieres de cierto?


Por Lorena Sosa


¿Me quieres de cierto?, me preguntaste un día, cuando los hilos de la distancia se extendieron y la tijera del tiempo apareció, el cierto se hizo presente, casi de manera constreñida, la duda ya comenzaba a entretejerse.

El cierto se desmorona, su columna de arena se ha impregnado de secos labios y llanto comprimido, las paredes del vocablo fe se humedecieron, la estancia se hizo estéril y se colgó un par de aretes en el oído para imaginar que al no escucharte, al menos se podía ilustrar con voces utópicas.

Oraciones disfrazaron las úlceras de las páginas en blanco pero el amén nunca apareció.

Así de nuevo la ausencia se hizo presente y con ella un heraldo me boletinó un par de partidas, la mía que estaba donde tú no, y la de la letra o, me dijo que de la palabra cierto, la o es lo que había quedado y ahora se marchaba, que ahí había estado estos últimos días, abierta y hueca, resistente a cicatrizarse con un punto final.  

La letra c que aparece al inicio de la palabra, también en un inicio fue atada a globos de colores, aquellos días yo planee y volé. Noches más tarde apareció en mi cama, en forma de medusa. La sentí en mi ingle, con un calor electrizante, ardiendo como oz, arrancando lo que quedaba y entonces aquel dolor fue el primero que me llenó de tu espacio.

Pero debo de aceptar que la letra que más me ha dolido fue la e, con ella se unía la i que aparecía en tu nombre y la r que aparecía en la mío, esas tres grafías se unían, bailaban en un mismo son en las palabras cierto y quiero, en ese centro de sonidos, yo me mecía en ti y agotada en ti quedé finalmente sacrificada en la t.

Hoy comprendo que cierto no contiene tú nombre, solo el mío suprimido en los sonidos de mis pies. Aquel día en que subí por una escalera, intentando alcanzar-te un suspiro, te quise de cierto. Y cuando ya no estabas más te quise en el de-sierto que dejaste. Te quise y mucho, sobre todo en des-acierto, te quise-harto. Pero hoy ya no hay más para escribirte, decirte que te quiero de-shh. (Silencio).


María Lorena Sosa Rodríguez estudió letras españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ha publicado en la revista Once, de Hermosillo, en la antología literaria Las misiones del padre Kino y escribe la columna “Llavero”, en el periódico El universitario de la ciudad de Chihuahua. Este año publicó su libro María cabeza de empanada, en la editorial del Instituto Chihuahuense de la Cultura.

1 comentario:

  1. Las rupturas amorosas empiezan temprano en la vida, y en el alma tierna de una jovencita es tan salvaje su devastación como para el resto de la humanidad.

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