sábado, 11 de octubre de 2014

Poema de Elvira Catalina Gutiérrez

Divino

Por Elvira Catalina Gutiérrez

Mi divino
me enseñaste lo sublime de amar.

Espérame, hijo, al rato te hallaré.

Siempre me amaron, mas cuando sentí tus ojos
mi espíritu vibró más lejos de cualquier explicación.
Por la galaxia de mi esencia inmortal se expandió tu mirada.

Con tus ojitos, mi querido gusanito, llenaste de  magia mi lugarcito.
Tu corazón en el ángel de mi corazón se convirtió.

Esa mañana lo escuché latir, algo me dijo.

Siente por favor, hijo mío, siente este abrazo que te doy.
También en tu cuellito quiero estar y darte besos, siempre.
Con todas mi ganas te los hago llegar hasta allá
donde, apartándome lugar, estás.

Con tu recuerdo siento un poco menos el miedo
a la separación terrenal.

Te vi luchar como a nadie más.
Con tu sonrisa la esperanza me visita.

Te sentí dentro.
Después en mi pecho te miré alimentarte.
Apenas ahora comprendo
que en tu mirada contemplé la creación.

Siempre  pienso en ti.
Del dolor las flores del jardín brotan en cada estación.

Fue la tempestad que ahora es la causa
de navegar en calma por las aguas del mar.

Hallamos rumbo y dirección, destapaste nuestra eternidad,
la compañía de tu espíritu es para siempre amor.

Amado bebé
tomamos conciencia del amor por ti

Nos miraste,
dicidiste quedarte,
y la puerta del paraíso nos fuiste abrir.


Mi nombre es Elvira Catalina Gutiérrez Carrete. Algunas de mis principales virtudes son amar, esforzarme sin límite en mi oficio de madre, escribir, leer, soñar. Licenciatura en letras españolas, maestrías en educación y en periodismo. He trabajado como profesora de literatura y en la radio con un programa de promoción de la lectura.

1 comentario:

  1. Este poema es la historia de un amor que trasciende el tiempo; el cuerpo de una mujer está marcado por una mirada que llega como el aire, todas las estaciones del año.

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