miércoles, 18 de diciembre de 2024

De un like a la eternidad

 

Foto Marco Benavides

De un like hacia la eternidad

 

Por Marco Benavides

 

Luisa conocía a Luis solo por su perfil en Instagram. Lo había visto por primera vez en una foto de un amigo común, donde él sonreía con esa autenticidad que apenas se ve en las redes. Un simple doble toque fue el inicio de todo, aunque entonces no lo sabía. Luisa no imaginaba que aquel “like” abriría una puerta inesperada en su vida.

Días después, llegó el mensaje: “Gracias por el like. Parece que también amas los libros tanto como yo”. Luis había notado un comentario de Luisa en una publicación sobre literatura, y ese fue su pretexto para empezar a hablar. De una conversación casual sobre sus autores favoritos, pasaron a debates filosóficos a la medianoche, donde cada palabra se convertía en una caricia.

Las noches se alargaban en la luz de la pantalla. Hablar de libros pronto derivó en confidencias profundas: Luis compartió sus miedos de ser escritor algún día, mientras Luisa admitía que llevó años sin sentirse tan escuchada por alguien. La distancia entre ellos desaparecía cada vez que una notificación anunciaba otro mensaje.

Una noche, mientras discutían sobre el sentido de la felicidad, Luis escribió:

"Tal vez la felicidad está en las pequeñas conexiones, como esta. Porque en este instante, Luisa, te siento aquí."

Luisa no supo qué responder al principio. Se quedó mirando las palabras, imaginando cómo se sentiría escuchar esa voz en la vida real. El deseo de encontrarse empezó a crecer entre ellos. Cada mensaje de buenos días era una promesa de que el tiempo y el espacio pronto dejarían de ser obstáculos.

Finalmente, Luis propuso:

—Tengo una idea loca. Vamos a encontrarnos. No importa dónde, pero tiene que ser en un lugar especial.

Luisa aceptó sin dudarlo. Decidieron encontrarse en una librería antigua del centro, una que había sido testigo del paso de muchas historias. El día llegó con una mezcla de nervios y expectativa. Luisa vistió su blusa favorita y llevó en el bolso una edición antigua de Cien años de soledad para regalarle a Luis, como un símbolo de su primer lazo.

Cuando Luisa entró a la librería, lo vio: Luis estaba de pie, con un libro en la mano y una sonrisa que le resultó tan familiar como si lo hubiera visto mil veces antes. El tiempo se detuvo. Se acercaron y se miraron en silencio, como si las palabras que tanto habían compartido en el mundo digital se hubieran convertido en un puente que los llevaba directo al corazón del otro.

—Te traje esto —dijo Luisa, entregándole el libro.

Luis sonrió y sacó un paquete de su mochila.

—Y yo te traje esto —respondía mientras le daba una edición especial de Tokio Blues, de Murakami, su autor favorito—. Lo vi y pensé en ti.

Luisa sonrió al recibir el libro. Tokio Blues era mucho más que una novela para Luis. Escrita por Haruki Murakami, era la historia de Toru Watanabe, un joven universitario que busca encontrar su lugar en un mundo marcado por la pérdida y la soledad. Luis había visto en el libro una conexión con su propia vida: los recuerdos, los amores perdidos, la fragilidad de lo efímero, y ese anhelo incontrolable de tener algo verdadero a lo que aferrarse. Ahora, regalarle esa historia a Luisa era como abrirle una ventana a su corazón.

—Dicen que Tokio Blues enseña que el amor es recordar, incluso cuando el mundo se olvida de ti —susurró Luis, mirándola con intensidad—. Y tú eres lo que quiero recordar.

Luisa sintió un nudo en la garganta. Aquellas palabras fueron todo lo que había esperado escuchar desde que empezó a sentir que Luis era algo más que una conversación virtual. Saliendo de la librería, caminaron sin rumbo por la ciudad, hablando sin cesar y riendo de todo lo que parecía insignificante.

Pasaron horas recorriendo calles, descubriendo cafeterías y contando anécdotas que los hicieron sentir niños otra vez. La pantalla ya no era necesaria: Luis y Luisa habían traspasado las fronteras del mundo digital para encontrarse en el mundo real.

Con el tiempo, la relación creció como crecen las historias que tienen raíces profundas. Compartieron viajes, libros y noches en vela discutiendo sobre la vida y el amor. Cada uno se convirtió en la memoria del otro, un refugio donde las incertidumbres del mundo no tenían cabida.

Pero nunca olvidaron cómo empezó todo: con un simple like, un gesto aparentemente insignificante que cambió por completo el curso de sus vidas.

Años después, cuando alguien les preguntaba cómo se conocieron, Luis solía sonreír y decir:

—Fue cosa del destino.

Y Luisa, tomando su mano, añadía:

—O tal vez, cosa de un like.

Porque en un mundo donde dos vidas significan poco para millones, Luis y Luisa encontraron en el otro el universo entero. Y así, su amor creció: eterno, inmortal, nacido en una pantalla y llevado hasta la realidad, donde el tiempo nunca pudo alcanzarlos.

 

17 diciembre 2024

 

https://tecnomednews.com/

drbenavides@medmultilingua.com

 



Marco Vinicio Benavides Sánchez es médico cirujano y partero por la Universidad Autónoma de Chihuahua; título en cirugía general por la Universidad Autónoma de Coahuila; entrenamiento clínico en servicio en trasplante de órganos y tejidos en la Universität Innsbruck, el Hospital Universitario en Austria, y en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Ha trabajado en el Instituto Mexicano del Seguro Social como médico general, cirujano general y cirujano de trasplante, y también fue jefe del Departamento de Cirugía General, coordinador clínico y subdirector médico. Actualmente jubilado por años de servicio. Autor y coautor de artículos médicos en trasplante renal e inmunosupresión. Experiencia académica como profesor de cirugía en la Universidad Autónoma de Chihuahua; profesor de anatomía y fisiología en la Universidad de Durango. Actualmente, investiga sobre inteligencia artificial en medicina. Es autor y editor de la revista web Med Multilingua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario