miércoles, 31 de enero de 2018

Dolores Gómez Antillón. Paraíso

Paraíso


Por Dolores Gómez Antillón


Después de una intervención quirúrgica –me habían extraído la vesícula–,  anestesiada profundamente sin poder despertar, yo no reaccionaba.

En cambio un sueño ocupaba mi mente: el hombre hermoso  empezó  a hablarme con voz acariciante; sus palabras hicieron que mi excitación prendiera entre aquellos sueños inducidos.

En mi consciencia activa –dentro de un onirismo encantado– sentí sus manos fuertes en mis senos. Me  basaba con pasión. Yo alerta, irresistiblemente atraída a sus poderosas caricias, sentí su posesión, me dejé llevar.

Me hizo suya. Tuvimos un orgasmo grandioso; su sonrisa era de satisfacción.

Me transportó extasiada a besarlo, acaricié su pelo, sus mejillas, el rostro, el cuerpo entero.

Deseaba  retenerlo, me tenía hipnotizada con sus dulces ojos claros.

Oí una voz que me decía: ya despierta.                                     

Abrí los ojos  buscándolo. Pero él no estaba.

Mi familia me preguntó:

―¿Qué buscas? ¿Ya despertaste?

 ―Sí ―contesté, aletargada.

Los sueños no siempre nos remiten a parajes maravillosos. Pero ese día mis ojos lloraban de felicidad. Regresaba del Paraíso.





Dolores Gómez Antillón es licenciada en letras españolas con maestría en educación por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua, de la que después llegó a ser directora. Ha publicado los libros Rocío de historias cuentistas de Filosofía y Letras, Apuntes para la Historia del Hospital Central Universitario y Voces de viajeros.

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