(Catulo nos revela en este
poema)
Por Hildeberto Villegas
Catulo nos revela en este
poema el sufrimiento de su amada Lesbia por la muerte de un pajarillo.
(Traducción)
Lloren,
amores y deseos,
y
cuantos hombres agraciados haya.
Ha
muerto el pájaro de mi pequeña,
el
gorrión, deleite de mi niña.
Al que ella
amaba más que a sus ojos,
pues era
una miel y conocía a su dueña
tan
bien como una niña a su madre,
y sin
apartarse de su regazo,
saltando
de aquí para allá,
piaba solamente
para su señora.
Pero ahora
va por un camino tenebroso
hacia un
lugar de donde se dice que no hay retorno.
Malditas
sean tinieblas del Orco,
que devoran
todo lo bello.
Tan
hermoso pájaro me han arrebatado.
¡Oh, mala
suerte! ¡Oh, pobre pajarillo!,
por tu
culpa los ojos de mi pequeña
hinchdos
y enrojecidos lloran.
(Versión
latina original)
Lugete, o
Veneres Cupidinesque,
et
quantum est hominum venustiorum.
Passer
mortuus est meae puellae,
passer,
deliciae meae puellae.
Quem plus
illa oculis suis amabat,
pam mellitus
erat suam quenorat
Ipsam
tam bene quam puella matrem,
nec sese
a gremio illius movebat.
Sed circum siliens modo huc
modo illuc
ad
solam domina musque pipiabat.
Qui
nunc it per iter tenebrico sum
illuc
unden egan tredire quem quam.
At
vobis male sit, malae tenebrae
Orci,
quae omnia bella devoratis.
Tam
bellum mihi passer emab stulistis.
O
factum male! omiselle passer!
Tua nunc
opera meae puellae
flendo túrgido
liruben tocelli.
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