jueves, 30 de septiembre de 2021

Ritmo. Elvira Catalina Gutiérrez

 

Ritmo

 

 

Por Elvira Catalina Gutiérrez

 

 

El viento a veces se siente triste,

otras veces bien contento.

El viento siempre se siente.

El viento de la Tierra lleva el ritmo de tu propio cuerpo.

Baila la melodía que bailan las olas del mar.

El viento toca una canción en el adorno de conchas marinas

del jardín.

 

 





Elvira Catalina Gutiérrez. Licenciada en letras españolas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Tiene maestrías en educación y en periodismo. Es profesora de literatura en secundaria y trabaja en radio con un programa cultural. Es autora de un libro sobre el tema Juana de Ibarbourou y otro sobre educación literaria para niños, ambos inéditos. Durante varios años escribió periódicamente en la revista Exprés.

martes, 28 de septiembre de 2021

Las luciérnagas. Andrés Espinosa Becerra

los martes

Las luciérnagas

 

 

Por Andrés Espinosa Becerra

 

 

ayer fue la lluvia

pertinaz como gusano

atravesando la piel

de un fruto amarillo

sin necesidad de quitar

las hojas del árbol

caídas con las mismas

gotas de agua con la única luz

que se puede ver a esta hora

la hora de las luciérnagas

 






Andrés Espinosa Becerra, Córdoba, Veracruz 1958, hizo estudios de literatura hispanoamericana. Tiene tres libros de poesía publicados: Quinteto para un pretérito (1996), en coautoría con otros autores; Los días que no duermen (2004) y Una casa con silencio y patio (2019). En 1996 gana el premio Cuauhtémoc de poesía con Domingo Siboney. Tiene algunos proyectos en espera de aparecer, como El ramalazo de los recuerdos y El árbol de los ciruelos.

lunes, 27 de septiembre de 2021

Te rogamos, Señor. Carmen Julia Holguín Chaparro.

Te rogamos, Señor

        

 

Por Carmen Julia Holguín Chaparro

 

 

Acúsome, Señor,

de haberme quedado dormida

aquella noche,

vencida por el cansancio

con que me alimentaron

los senos vacíos de mi madre.

 

Perdóname, Salvador,

por la debilidad

de este cuerpo de siglos,

sediento siempre

de la oscuridad

de mis párpados cerrados.

 

Absuélveme, Jesús,

del pecado del hambre de sueño

jamás saciada,

alimentando mis ansias

solo con enormes

bocados de arena.

 

Libérame por favor

de esta herida

de desierto.

 




Carmen Julia Holguín Chaparro es doctora en literatura hispanoamericana por la Universidad de Nuevo México. Al lado de su trabajo académico, escribe cuento y poesía. Ha participado en encuentros de escritores en distintas partes de México, Estados Unidos y Argentina; hay textos suyos en antologías y revistas de México, Estados Unidos, España y Uruguay. Tiene dos libros de poemas: A tu prójimo amarás (2008) y El que tenga oídos… (2014).

domingo, 26 de septiembre de 2021

Alma Rosa Estrada. Silencio

 

Foto Pedro Chacón

el poema del domingo

Silencio

 

 

Por Alma Rosa Estrada

 

 

El silencio traspasa

mi cuerpo quieto

y mi alma vacía

de vida o fuego.

Mi cerebro nublado

sin pensamientos.

Corazón sin latidos,

corazón seco.

 

El silencio me envuelve

como un sudario

donde no está grabada

la faz del Cristo.

 

Un silencio vacío,

sin valor, lento,

tan lento como la vida

que se vive en la muerte.

 

¡Qué difícil resucitar!

Ver desde abajo la vida

como un extraño desfile

que no se puede alcanzar.

 

Sentirse impotente, ajena,

con un vacío sin remedio

llenando nuestra conciencia

dormida, silencia, enferma.

 

Gritar la nostalgia fuerte

y a veces estar callada.

Pensar que si no se puede

sentir la vida, será…

 

que estoy viviendo la muerte

sin paz ni gloria ni nada.

 






Alma Rosa Estrada Comadurán (1929 – 2000) nació en Guerrero, Chihuahua, y vivió gran parte de su vida en Ciudad Cuauhtémoc. Estudió curso comercial en el Instituto América de la ciudad de Chihuahua. En 1993 la UACH publicó su primer libro de poemas titulado Una mujer. En el año 2000 se publicó su segundo libro, llamado Tan cerca de la vida. En 2018 se publicó el tercero: Una mujer tan cerca de la vida. En Cuauhtémoc durante algún tiempo escribió y publicó crónicas periodísticas en el semanario La voz de Cuauhtémoc. También fue una magnífica violinista y compositora de canciones. El Premio de Poesía del Festival de las Tres Culturas lleva su nombre.

sábado, 25 de septiembre de 2021

Josías Vargas. Manifiesto de hoy

Foto Pedro Chacón

haikús/ Josías

Manifiesto de hoy

 

 

Por Josías Vargas

 

 

 

 

No estoy muerto.

Que resplandezca la flor

es el empeño.

    (1-9-21)

 

 

 

 

Yo te venceré,

guangura enredada

que tapas lo real.

    (1-9-21)

 

 

 

 

Tras latigazos,

emergentes remedios;

no apechugar.

 

 

 

 

Después de todo

están los atenuantes:

disuelven el mal.

    (1-9-21)

 

 

 

 

Ya rejuvenecido,

salir a pegar machín

entre las musas.

    (1-9-21)

 

 





Josías Vargas escribió la pieza teatral Algunas cosas están colgadas. La estrenó en 1971 en el Paraninfo Universitario, donde fue director, actor y autor. En 2008 y 2009 produjo el programa de radio Los umbrales del paraíso, donde él mismo era el conductor, en el 1040 AM de la Cadena Radiorama, 70 emisiones de una hora. En 2008 compiló para el Gobierno del Estado, el Ichicult y el Congreso de Chihuahua una exposición póstuma de Francisco Reyes Acosta en la Torre Legisltativa. En 2018 publicó su libro Mexico siempre riel, México en el imaginario poético de Bob Dylan. Actualmente publica ensayos en el suplemento TragaLuz de El Heraldo de Chihuahua.

jueves, 23 de septiembre de 2021

Gerardo Robles. Don de no estar

 

Don de no estar

 

 

Por Gerardo Robles

 

 

La vida da tantas vueltas, que siempre pasa lo mismo.

El giro de los objetos con los que aquí en la nube simple hacemos la coreografía trágica

se presenta casi involuntario,

como una duda que se apega al orden y lo fractura,

y lo lleva a perder la dirección

y lo construye de nuevo para que ya no se reconozca;

 

algo de esto le da razón a la necesidad de que cambiemos siempre,

porque amanece y la aurora tiembla en la lejanía, sin retorno.

 

Quiero plasmar este ardor en la llama de un cuento,

como cada ocasión que le presentamos nuestras puertas

a la extrañeza de los incontables muros alimentados en nuestra gloria y ego;

 

cada persona es una maquinaria ruda, inquieta,

que ya no puede entrar en sus propias medidas.

 

Ante este anhelo del exceso, ningún destino se arma a la sombra de la insistencia,

sino espera el reloj que el encuentro de sol y mar no destruya

ni apague ni erosione el trémulo reposo de las palabras

es solo la inestable estatura de las casualidades disponiendo de todo.

 

Se refiere este llanto a una esquina del alma incierta, vagante,

un lugar encantado sin cielo y sin edificaciones,

donde el único contratiempo es la eternidad del placer que se engendra

fuera del corazón y del mundo;

fuera de las cosas que son destinadas a identificarse.

 

Pareciera que se trata, no más, de una representación de lo que no es.

El don de estar donde no se encuentra, donde no se es,

donde no se instiga a nada o nadie de ser lo que evade o enfrenta;

 

pareciera que no es el camino lo que agota,

sino la diminuta consciencia del sentido.

 

Días antes de los anteriores que caben en el recuerdo latente,

hubiera dudado tal vez de cada minucia;

era infantil la creencia,

ardua la búsqueda de

una estampa,

imaginario el estímulo externo,

transparente la herida,

                                                                                   y el tiempo muy nuevo.

 

Recordando esos rostros, esas otras funciones de nuestra figura,

se van uniendo las razones para nuestro presente;

 

y no es que la memoria nos niegue

tampoco nos perdemos naturalmente en la época

pero se armó sola una nostalgia

y dejamos volver demasiado pronto el pasado.

 

Asegurar que no sigo un rastro de escorpiones me exenta solo del miedo,

pero me deja en el mismo viaje.

 

Sin alarmar, asintomático, como un embate de garra,

el (in)flujo de la energía nos determinó un encierro acá, entre las tantas trampas de la tierra.

Equivocados en el tiempo
             (como la orilla que no forma las mareas
              pero las contiene)
ya no tenemos fuerza ni intención de encontrarnos
a nosotros y otros;

 

solo hay días hacia atrás y canciones sueltas
                                            en la espera de un olvido temprano que madure las rutas.

Nos llegó la verdad, y no la queremos.

 






Gerardo Robles estudio letras españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH, ha publicado varios libros y es autor de otros tantos. En 2019 ganó el Premio de Literatura Rogelio Treviño que otorga la Secretaría de Cultura del Gobierno de Chihuahua.