Hoy no es jueves
Por Jaime Chavira Ornelas
El día es muy semejante al de ayer pero hoy es jueves
y los jueves son espaciales pues tengo la esperanza de ver por la ventana
llegar a Priscila cargada de víveres, mas para mi desventura hace más de tres
jueves que no viene ¿o son cuatro?
Pueden ser más o pueden ser menos, mi memoria ya no es
memoria, es algo que he olvidado como o para qué funciona. Me asomo de nuevo
por la ventana y solo veo casas, carros y el cielo con nubes ¿hoy es jueves?
Las paredes y los muebles no saben contestar mis preguntas, solo están, solo
existen, como mis manos o mis pies. Solo están. Solo existen para ayudarme a
coger cosas y avanzar o retroceder.
Me asomo de nuevo a la ventana y Priscila no llega.
¿Es de noche o es de día? ¿hoy es jueves? ¿Por qué
espero a Priscila? Todo es tan distante y extraño, ¿mis manos son mías? La
ventana es como una pantalla apagada que no dice ni enseña, allá en aquel
cuarto esta otra Priscila, una Priscila con cabellos dorados y suaves, con
rostro blanco como la nieve ¿la nieve es blanca? ¿o es como la lluvia
cristalina? ¿Por qué tengo miedo?
Quiero salir pero no sé si en realidad salgo o entro,
pues al salir entro a otra parte. ¿Dónde están las tres niñas? Han de estar jugando o garabateando las
paredes, quiero ver sus ojos traviesos, quiero levantarlas en el aire para
enseñarles a volar, son tan tiernas y hermosas, tan frágiles, tan soñadoras,
son mis tres niñas, pero ya no recuerdo los nombres ¿Dónde están, a donde se
fueron?
Y Priscila que no llega y la otra en aquel cuarto siempre
encerrada en un cuadro sin decir una palabra, sin un abrazo ni una caricia. Tal
vez hoy no es jueves, solo recuerdo ese día, ese llamado jueves ¿todos los días
son jueves?
Por la ventana la luz es la de los faroles, ya no pasa
gente ¿el jueves tiene horas, o las horas todas son los jueves? Son tantas
preguntas dentro y ni una sola respuesta afuera, tal vez no soy justo o bueno,
por eso estoy tan solo y sin respuestas ¿algún día fui justo o bueno? ¿Qué es
la justicia o la bondad? Ya no recuerdo.
El día es semejante al de ayer pero hoy es jueves y
los jueves son especiales, no sé porque pero lo son. Hoy la ventana tiene luz y
vida, los perros ladran y las tres niñas juegan dentro de mi cabeza a las
escondidas, Priscila trajo los vivieres pero no la vi, los muebles siguen allí
fieles a su destino y mis recuerdos son borran en el tiempo, ese tiempo extraño
y misterioso que es como el viento, se siente pero no se ve, se mide pero no
existe, ese tiempo borra poco a poco mi existencia y la de todos, lo que más me
duele es que ya no recuerdo el rostro de Priscila, solo su hermosa cabellera y
sus pequeñas manos pero poco a poco se van borrando de mi corazón y mi corazón
se va borrando del cuerpo, tengo tanto miedo de olvidar el miedo y el dolor, de
olvidar el amor que siento por Priscila y quedarme vacío. ¿hoy es jueves?
¿llego Priscila? ¿y mis muertos los olvidare algún día?
Tanto muerto en esta patria ametrallada, asolada por
la injusticia y la impunidad, patria enferma de corrupción ¿ya no hay héroes?
¿ya murieron? Tanto héroe que pelea en el anonimato para educar a los hijos
trabajando desde temprano hasta tarde en esos grandes cajones de piedra y
cartón por un salario amargo y cruel ¿Dónde están que ya no los recuerdo? ¿fui
acaso uno de ellos? ¿Dónde están las niñas de ojos traviesos? ¿algún día fui su
héroe? ¿Por qué ya no vienen a jugar?
El día es semejante al de ayer, hoy no recuerdo qué
nombre tiene el día ¿Cuántos nombres tiene? Alguien viene hoy, ya no recuerdo
su nombre pero si sus pequeñas manos y sus rizos rubios. La ventana es más
grande o tal vez más pequeña, se ven gentes caminar, veo los árboles que bailan
y el cielo sigue siendo azul, muy azul, levanto las manos para tocarlo y su
piel es tersa, mis manos ahora son azules como el cielo, toco mi rostro y
siento el azul penetrar por mis poros me siento tan tranquilo, tan vivo, los
árboles siguen bailando y yo con ellos, soy el cielo azul bailando, ahora todos
los cuartos y los muebles son azules y bailan, nos mueve plácidamente el viento
a su antojo.
La luna me mira de reojo, trato de ocultarme de ella,
es muy hermosa y brillante y me intimida, no supe cuándo llego la noche, ahora
todo está obscuro, siento miedo en mi pecho, le grito a la mujer que está en el
otro cuarto dentro del cuadro con vidrio pero no me hace caso, a tientas llego
a un refugio maloliente, me arrastro para no ser visto por la luna pues si me
ve le avisa a los seres caminantes con rostro de perros rabiosos; ellos están
pendientes de mi locura para lamer mis incoherencias y callar mis gemidos
cuando aprietan mis recuerdos que vagan en mi cabeza. El refugio es incómodo,
pero seguro, y me quedo dormido con los ojos abiertos.
El día es semejante a cualquier otro, tal vez alguien
venga, ¿hoy es jueves?
Jaime Chavira Ornelas es un sobreviviente de la desintegración familiar; estudió comunicación y manejo de negocios en el Colegio Comunitario de Maricopa en Phx. Az USA; tiene diplomados en exportación, importación y manejo de aranceles por Bancomext, también varios cursos de inteligencia emocional y lingüística. Trabajo para empresas a nivel gerencial. Actualmente es pensionado por el IMSS. Escribe cuentos cortos y poemas ácidos.
Y en donde quedó Priscila? Bendita demencia senil, Que buen relato
ResponderEliminarY sí.. hoy es jueves y espero a Priscila!...
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