lunes, 6 de septiembre de 2021

Sandra Gabriela Ordóñez. Lugares imprecisos: I. Casa

 

Lugares imprecisos

 

I. Casa

 

Por Sandra Gabriela Ordóñez

 

La casa cruje, como mis huesos deshabitados por el sueño,

cruje en silencio,

cuando la hora de la cena llega;

a veces la escucho rugir como león en selva plana,

o como loba entre las rocas del llano.

 

Por las mañanas lloran los niños,

el mediano derrama el vaso de leche

y los perros no dejan de perseguirse uno al otro  

ladrando

siempre ladrando…                                                                                                                         

                                                                                                                                                                                                                                                                En esta casa, no habita el silencio

no calla

no muestra respeto por el muerto…

por las tardes cruje

cuando las campanas se escuchan

y los tacones de las abuelas van de prisa

para orar

las veinte plegarias “del alma a cristo”.

    

Esta casa es necia

y grita

en el hurgar de los pasillos

que son como piernas entre santos y crucifijos.

 

 

 

La casa llora,

se humedece

se sonroja en el lecho de sus jardines

que florecen entre los rosales de adviento.

 

De adobe gris es la casa

tiene luciérnagas y estrellas de enero

no habita el silencio en ella,

no calla

no muestra respeto por el muerto…

los niños siempre lloran, los perros siempre ladran,

el niño mediano

el vaso de leche derrama.

 

El niño mediano me ha dicho que en otra tierra existen las caracolas azules

que las mañanas son eternas

y el mar se asoma por los techos de las casas vacías,

me ha dicho que las personas cargan camellos en sus espaldas y van desiertas hacía el otro lado de la existencia.

 

El niño mediano

no ha dejado de pedir su leche

en la oscuridad me dice que sueña con la vía láctea

cuando se queda dormido en la ventana.

 

El niño mediano

no existe… en esta casa que se derrumba y se disuelve como el café de la media tarde entre el sueño y el desvelo.

 






Sandra Gabriela Ordóñez García creció parte de su infancia entre la Iglesia San Martín de Porres y la Biblioteca Municipal de Cuauhtémoc; a raíz de los rezos y los libros hizo una licenciatura en letras españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua; es mediadora de lectura del Programa Nacional y tiene estudios de asistencia educativa en la primera infancia y educación especial. Ganó el Premio de Poesía Alma Rosa Estrada. Ha trabajado y colaborado en diferentes áreas culturales y educativas. Actualmente es madre de una niña que ama los libros y cuenta las estrellas.

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