Lugares imprecisos
I.
Casa
Por
Sandra Gabriela Ordóñez
La
casa cruje, como mis huesos deshabitados por el sueño,
cruje
en silencio,
cuando
la hora de la cena llega;
a
veces la escucho rugir como león en selva plana,
o
como loba entre las rocas del llano.
Por
las mañanas lloran los niños,
el
mediano derrama el vaso de leche
y
los perros no dejan de perseguirse uno al otro
ladrando
siempre
ladrando…
En
esta casa, no habita el silencio
no
calla
no
muestra respeto por el muerto…
por
las tardes cruje
cuando
las campanas se escuchan
y
los tacones de las abuelas van de prisa
para
orar
las
veinte plegarias “del alma a cristo”.
Esta
casa es necia
y
grita
en
el hurgar de los pasillos
que
son como piernas entre santos y crucifijos.
La
casa llora,
se
humedece
se
sonroja en el lecho de sus jardines
que
florecen entre los rosales de adviento.
De
adobe gris es la casa
tiene
luciérnagas y estrellas de enero
no
habita el silencio en ella,
no
calla
no
muestra respeto por el muerto…
los
niños siempre lloran, los perros siempre ladran,
el
niño mediano
el
vaso de leche derrama.
El
niño mediano me ha dicho que en otra tierra existen las caracolas azules
que
las mañanas son eternas
y
el mar se asoma por los techos de las casas vacías,
me
ha dicho que las personas cargan camellos en sus espaldas y van desiertas hacía
el otro lado de la existencia.
El
niño mediano
no
ha dejado de pedir su leche
en
la oscuridad me dice que sueña con la vía láctea
cuando
se queda dormido en la ventana.
El
niño mediano
no
existe… en esta casa que se derrumba y se disuelve como el café de la media
tarde entre el sueño y el desvelo.
Sandra Gabriela Ordóñez García creció parte de su infancia entre la Iglesia San Martín de Porres y la Biblioteca Municipal de Cuauhtémoc; a raíz de los rezos y los libros hizo una licenciatura en letras españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua; es mediadora de lectura del Programa Nacional y tiene estudios de asistencia educativa en la primera infancia y educación especial. Ganó el Premio de Poesía Alma Rosa Estrada. Ha trabajado y colaborado en diferentes áreas culturales y educativas. Actualmente es madre de una niña que ama los libros y cuenta las estrellas.
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