domingo, 28 de abril de 2019

Carmen Julia Holguín Chaparro. Poema imposible

Poema imposible


Por Carmen Julia Holguín Chaparro


I
Martita ríe en el jardín
cuando el sol
le cosquillea sobre los
ojos llenos de mundo.
De pronto la risa calla
                           
                           
                           
                           

II
La mirada se desdobla en
millares de ojos
que la perdieron de vista
que no lo ven por ninguna parte
que los vieron desaparecer
ante ellos
y del sombrero siniestro
no sale nad                 
                           
                           
                           

III
Sobre la página
el poema imposible:
La ausencia herida
de tantos
desaparecidos
                           
                           
                           
                           




Carmen Julia Holguín Chaparro es doctora en literatura hispanoamericana por la Universidad de Nuevo México. Al lado de su trabajo académico, escribe cuento y poesía. Ha participado en encuentros de escritores en distintas partes de México, Estados Unidos y Argentina; hay textos suyos en antologías y revistas de México, Estados Unidos, España y Uruguay. Tiene dos libros de poemas: A tu prójimo amarás (2008) y El que tenga oídos… (2014).

sábado, 27 de abril de 2019

JChM. El texto breve

En la foto Guillermo Samperio
El texto breve

Por Jesús Chávez Marín

17 agosto 1990. En un café en el centro
Se inicia hoy una sección de textos brevísimos escritos por diversos autores. Se trata de poemas, historias, aforismos, ensayos o máximas como las que a veces hallamos, gotitas de rocío mañanero, al reverso de alguna hoja o calendario. O como si en un café del centro platicaran una tarde Guillermo Samperio, E.M. Ciorán, Rubén Mejía, Augusto Monterroso, Jorge Benavides Lee y Francois Rochefoucauld, autores de miniaturas literarias y poemas japoneses.


Agua

Por Guillermo Samperio

Aquella mujer de falda amplia y cabello recogido vive en el calendario y es tan fresca cuando se inclina ante los sedientes vasos para servir eternamente el agua con el cántaro al hombro, que sus manos son el barro, son el agua, son el cristal en los labios. Esa mujer que todos queremos es una leyenda, es un sueño, es la vida.


En mi mirada

Por Rubén Mejía

En mi mirada
            hace espiga tu cuerpo
            ese rayo de sol.


La constancia de los sabios

Por Francois de la Rochefoucauld

La constancia de los sabios no es sino el arte de controlar su agitación dentro de sí mismos.


Nuestros días

Por Jorge Benavides Lee

En nuestros días prevalece un simulacro del ánimo muy marcado, una tentativa por hacer creer a los demás que aún nos quedan muchas cosas por hacer.


Humildad en la historia

Por Zacarías Márquez Terrazas

Como aquel obispo que decía: “Quiero pasar a la historia solamente por ser el hombre más humilde de la tierra”


Génesis de una farsa

Por E. M. Cioran

En sí misma, toda idea es neutra o debería serlo: pero el hombre la anima, proyecta en ella sus llamas y sus demencias. Impura, transformada en creencia, se inserta en el tiempo, adopta figura de suceso: el paso de la lógica a la epilepsia se ha consumado. Así nacen las ideologías, las doctrinas y las farsas sangrientas.


Postergaciones

Por Augusto Monterroso

El verdadero escritor no deja nunca de escribir; cuando deja de hacerlo dice que lo pospone. En estas posposiciones puede pasársele la vida.


Nerudeano de corazón

Por Esteban Medina

Me gustas cuando callas porque estás como quieres.

Agosto 1990. (Transcripción: JChM).

viernes, 26 de abril de 2019

Esteban Lascano. Intolerancia

Cine Lasc. Intolerancia

Por Esteban Lascano

Intolerancia. Película dirigida por D.W. Griffith, de 1916, americana. Trata de cuatro historias en las que se muestra cómo el odio ha rivalizado con el amor y la caridad, a lo largo de la historia Es un panorama dinámico donde se retrata la cuna de las pasiones humanas, que, a lo largo de la historia, va trayendo las mismas penas y alegrías, las mismas esperanzas y perplejidades. Entres sus temas anda la intolerancia política, religiosa, y económica.

Historia uno. La caída de Babilonia, 532 a.c.
La gran ciudad de Babilonia con sus murallas de 15 metros de alto y su impresionante palacio; las grandes puertas de entrada, llamadas de Ingmur Bel que ningún enemigo había podido tumbar; esculturas a dioses. Muestran al príncipe Belshazar, que era el gobernante de Babilonia. En la ciudad había mercaderes, granjeros, hindúes con elefantes, numidios, egipcios, y ambiciosos persas, que eran enemigos de Babilonia. Babilonia era famosa porque su rey era bastante tolerante con la libertad religiosa y esa ciudad fue la primera civilización que usó la escritura cuneiforme. La traición por la que cayó, es una de las mayores de la historia.
Muestran la entrada a la ciudad de la procesión que acompañaba a la figura de la diosa del amor, Ishtar, a la ciudad, en un arca sagrada, con el rey Belshazar detrás. El sacerdote de Bel Marduk mira receloso la entrada de la diosa, pues él era intolerante a otras religiones. Él tenía contacto secreto con el gran conquistador persa Cyrus. Tras la entrada de la estatua, predicó que habría pérdida de almas y la caída de Babilonia.
La película cuenta la historia de la chica de la montaña, una muchacha que era muy rebelde y que había sido traída por el rapsoda, un cantante guerrero, agente del sacerdote de Bel. Este la lleva ante la corte de justicia, el primer tribunal en la historia de la humanidad, donde la sentencian a que vaya al mercado de esposas; allí los hombres podían escoger a una mujer con problemas, o no tan agraciada, para ayudarla; las mujeres ricas les dejaban algo de dinero para que fuera la dote. Estas mujeres son el equivalente a las sostenidas por el gobierno hoy. En ese lugar, numerosos hombres la ven, uno se le acerca, le toca la falda y ella dice:
―Tócame la falda y te arranco los ojos.
Ella, como lo afirmaría más adelante, solo quería amar a un soldado.
En ese momento pasa por el mercado el rey Belshazar, ante quien se hinca la muchacha de la montaña y le dice que nadie la quiere aceptar como esposa. Él le da un sello con el que le dice que podía ser libre de escoger marido o no, y ella estaba encantada. Ella le jura lealtad eterna a Belshazar, mientras su hermano, el rapsoda, sigue intentando convertir a la gente al culto de Bel.
Muestran al rey Belshazar con su princesa, la amada, a la que le dice:
―El flagrante misterio de tu cuerpo es más grande que el misterio de la vida.
Aparece el templo de las vírgenes, donde había mujeres solteras que se consagraban a los dioses.
Desde el campamento, ven que se acercaba Cyrus a la ciudad, con un enorme ejército. En el estaban haciendo ejercicios los persas y los medos con las lanzas y los arcos. También había etíopes y barbaros. Estaban entre el río Éufrates y la carretera de correo a Egipto. El sacerdote de Bel, en secreta alianza con Cyrus, recibe noticias por medio del rapsoda.
Belshazar recibe noticias de sus mensajeros de que se acercaba Cyrus; prepara a todo su ejército. Se cierran las puertas de la ciudad. Llega el ataque. Eran muchísimos hombres, atacan en torres móviles, cubiertas con pellejo de buey, que ayudaban a los hombres a trepar la muralla, pero estos eran recibidos por el ejército de Belshazar. Usaron toda clase de armas: hondas, catapultas, arietes, arcos, aceite hirviendo.
Los hombres llegaban por montones en las torres móviles, pero eran detenidos por el ejército de Belshazar. También había hombres de Cyrus que tiraban desde fuera con catapultas y arcos. La princesa miraba horrorizada, y dentro, todos rezaban y quemaban incienso a Ishtar. También la muchacha de la montaña peleó con su arco por Belshazar. La batalla duró todo el día y toda la noche, terminó cuando, de las puertas de la ciudad, salió un carro gigante que lanzaba fuego y con eso repelieron el ataque a Babilonia.
Belshazar, lleno de alegría, organiza un gran banquete con los nobles de Babilonia; se hacen toda clase de bailes.
Sin embargo, el sacerdote de Bel sigue con intenciones de traicionar a Babilonia para Cyrus, y manda al rapsoda que ponga carros para salir, ignorando este el verdadero propósito.
Mientras tando, Belshazar invita al noble más grande de Babilonia a tomar vino con especias. Las celebraciones duraban varios días.
En el otro bando preparaban carros con soldados, bárbaros y seguidores del campamento. El rapsoda, que organizaba la salida, vuelve a sus pensamientos amorosos y va con la chica de la montaña, le platica todo lo que sabía de la salida. Le dice que puede ir a visitarlo con la contraseña, ella inmediatamente sospecha. En la pantalla aparecen los sacerdotes conspiradores al salir del banquete.
En el templo del amor se mira la danza sacra en memoria de la resurrección de Tammuz; hay numerosas danzas tanto dentro como fuera del templo.
En otra secuencia, van saliendo carros de hombres al campamento de Cyrus, guiados por el rapsoda. La chica de la montaña, sospechándolo todo, usa la contraseña y roba un carro para seguirles.
Cyrus esperaba a los sacerdotes en su campamento, estos eran seguidos por la chica de la montaña; la chica los espiaba a distancia. Ella regresa a avisar del avance del ejército hacia Babilonia, ya que este era enorme, con soldados en carro y a pie.
Belshazar estaba planeando su boda con la princesa amada y el ejército de Cyrus, más numeroso que la primera vez, va hacia la destrucción de Babilonia.
En la ciudad se sucede la última bacanal, Belchazar desconoce el acercamiento del ejército de Cyrus, que une fuerzas con su lugarteniente Gobryas. El aviso de la chica de la montaña es retrasado por los juerguistas.
La chica llega con Belchazar, pero mientras este duda, el ejército de Cyrus entra al asalto por las puertas que los sacerdotes dejaron abiertas. Al final el rey es convencido por sus sirvientes, ya muy tarde, de prepararse para luchar. Solo encuentra doce hombres fuertes para proteger las puertas de su palacio contra las hordas de Cyrus. La princesa, vanamente, reza a Ishtar. La chica de la montaña con su arco y flechas defiende a Belshazar.
El rey vuelve a su trono con su princesa, y cuando ve a su último guardia morir, se suicida con ella. La chica de la montaña es alcanzada por una flecha y muere. Cyrus había conquistado Babilonia.

Historia dos. La masacre de San Bartolomé.
Se desarrolla en 1572, en tiempos de Catalina de Medici y su hijo Carlos IX, rey de Francia. Este recibe en la corte a su hermano, el afeminado Monsieur Lafrance, que tenía por pasatiempo las mascotas y los juguetes. Su madre Catalina justificaba su intolerancia política hacia los hugonotes, el partido protestante de ese tiempo, con el catolicismo. En el recibimiento estaba el almirante Coligny, cabeza del partido protestante.
Catalina, la madre, comentaba con su hijo:
―Qué gran hombre sería el almirante Coligny, si pensara como nosotros.
El almirante comentaba:
―Qué admirable hombre sería el rey, si pensara como nosotros.
El rey le concedía favores al almirante y le tenía respeto, y esto aumentaba el desprecio de la madre.
Se celebraba la boda de Margarita de Valois, hermana del rey, con Henrique de Navarra, hugonote real, para asegurar la paz.
Se cuenta también la historia de una mujer joven, llamada ojos castaños, que estaba prometida con Próspero Latour, un hugonote, soldado mercenario. Él pretende a ojos castaños, atraído, pero ella lo rechaza.
Catalina es informada de una actitud amenazante por parte de los hugonotes en toda Francia, y uso esto como pretexto para inflamar el odio a los hugonotes. Los soldados reales matan a muchos.
―Nuestras propias vidas dependen de su exterminio ―decía Catalina.
Se acercaba la boda de ojos castaños, que estaba muy enamorada, pero no se daba cuenta de la red de intolerancia que se estaba tejiendo a su alrededor. Catalina y Monsieur Lafrance intentaron convencer al rey para que firmara la orden de masacrar a los hugonotes, que vivían en su propio castillo. Al principio se niega a matar a hombres que apreciaba, pero le convencen diciendo que debían morir ellos o los católicos.
Entonces el rey firma. Comienza la masacre de San Bartolomé. Los soldados matan a hombres, mujeres y niños. Ojos castaños estaba escondida en su casa, pero los soldados tiran las puertas y el mercenario intenta besarla; al resistirse, la mata con su lanza. Próspero estaba al otro lado de la ciudad y le informan de lo que estaba ocurriendo. Le dicen la contraseña y va para salvar a alguno de los suyos, pero los soldados no le aceptan, y le disparan.

Historia tres. La pasión de Cristo.
El tema es la hipocresía de los fariseos de aquel tiempo, que cuando pasaban por las calles y oraban demandaban que cesara toda acción. Uno de ellos dice:
―Te doy gracias, Señor, por ser mejor que otros hombres. Amén.
Se relata la boda en Cana de Galilea, a la que Cristo y su madre María fueron invitados: le dan las dádivas a la novia y se hace una gran fiesta en la que bebían vino, y el vino para los judíos es sagrado. Pero entonces los novios sufren una gran humillación: se les va acabando el vino.
Entonces Jesús, por petición de su madre, transforma las vasijas de agua en vino, devolviendo alegría a la fiesta.
En otro pasaje, Él dice:
―Sed inofensivos como palomas.
Los fariseos murmuraban envidiosos.
Persiguen a una mujer pillada en adulterio. Los fariseos pontifican:
―Moisés nos ha mandado en la ley que la lapidemos, ¿qué dicen ustedes?
Jesús contesta:
―El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Todos se quedan estáticos, se les caen las piedras de las manos. Poco a poco se van yendo.
En una de las secuencias finales aparece Jesús en su viacrucis, tras el veredicto de Poncio Pilato: que sea crucificado. Avanza penosamente cargando la cruz, se le cae. Obligan a otro hombre que la lleve. Jesús llevaba una corona de espinas.
Al final aparece crucificado, con el letrero de su condena arriba, junto con dos ladrones.
Y el epílogo: el orden celestial tras su resurrección y ascensión al cielo.

Historia cuatro. Las huelgas de 1912.
Esto comienza con unas mujeres que decían apoyar “la moral”, buscan que las financie Miss Jenkins, una política, para cambiar unas leyes en favor de los trabajadores. En una fiesta con danzas en un edificio del gobierno, Miss Jenkins ve a la juventud, y se da cuenta de que ya no pertenece a ese mundo. El hermano de Miss Jenkins dirigía una empresa y era dueño de un molino en el que trabajaba el padre de una muchacha a quien llamaban la preciosidad y un muchacho, también con su padre.
Las mujeres hipócritas, según la película, se basaban en la intolerancia para “ayudar” a los trabajadores, pero lo que hacían era buscar sus propios intereses. Logran que las financie Miss Jenkins, que comenzaba a tener problemas económicos a causa del apoyo que les daba a las mujeres, y le pide ayuda a su hermano. Este disminuye en un diez por ciento los sueldos de sus trabajadores de molinos.
Esto ocasiona una gran huelga entre los trabajadores, que se manifiestan en las afueras del edificio de gobierno y son respondidos con disparos de hombres armados, que matan a algunos, entre ellos al padre del muchacho. “Ellos nos exprimieron el dinero y lo usaron para hacerse propaganda”, decían.
Esto ocasiona que la mayoría de los trabajadores de molinos se mudaran e intentaran buscar trabajo en una ciudad cercana, entre ellos el muchacho, la preciosidad, y su padre.
En la ciudad vecina, el chico se une a una banda de criminales que se llamaban Los Mosqueteros, y usa un negocio en la plaza para encubrir su actividad. El padre de la preciosidad no podía encontrar trabajo.
Un día, la preciosidad sale a caminar imitando a una “mujer de ciudad” y en su caminata pasa por la plaza donde trabajaba el chico, que se enamora de ella. La acompaña hasta su casa, que era un apartamento, pero cuando le ve su padre, se intenta pelear con él. El chico huye.
Poco después muere el padre de la preciosidad, y entonces se intenta acercar más a ella el chico, saliendo a pasear con ella, y un día, la acompaña hasta la puerta de su apartamento; ella no le permite entrar, pese a que él insiste. Ella dice:
―Le prometí a mi padre y a Dios que nunca entraría un hombre en este cuarto.
Él le responde:
―No volveré a verte.
Y entonces ella, un poco arrepentida, le abre la puerta. Él le ofrece matrimonio y ella acepta.
Tras casarse con la preciosidad, ella le inspira a dejar su vida de malhechor y le da su pistola a su jefe, diciendo que había dejado esa vida. Entonces el jefe de Los Mosqueteros, que era una persona influyente pese a su actividad, lo acusa de robar unas cosas, y meten a la cárcel al chico.
Mientras está en la cárcel, la preciosidad tiene a su primer hijo y lo cuida muy bien, con un gran amor maternal. Para la fiebre le da unos remedios que ciertas personas consideraban malos, pero que los usaban muchos médicos y hospitales. Las mujeres que habían reformado las leyes iban en busca de madres negligentes y entran a inspeccionar al bebe de la preciosidad. Ven que le da whisky para su fiebre e indignadas la acusan ante otros miembros del partido. Entonces consiguen una orden para llevarse al bebe.
Cuando van a llevárselo, ven que un vecino había visitado a la preciosidad para darle comida y un vaso de cerveza, cosa de la que se dan cuenta las mujeres. Se llevan al niño por la fuerza.
Tras unas semanas de estar sin su bebe, la preciosidad empieza a pensar que tal vez tenían razón y el bebé estaría mejor en otras manos, entonces adquiere un nuevo entretenimiento: ver a otras familias con sus bebes. Luego regresa el chico de la cárcel.
Durante toda esta historia había una mujer solitaria que no conseguía marido por mala suerte, pero se une al jefe de la banda de Los Mosqueteros, a pesar de que en el fondo lo odiaba, por su maldad, pues tenía influencia política que taponaba su actividad criminal. Era bastante hipócrita.
El jefe de la banda de Los Mosqueteros, un día que ve al chico fuera de casa, aprovecha para ir con la preciosidad. Le ofrece recuperar a su bebe, pero entonces cierra la puerta y la intenta besar. Ella grita, un vecino le dice al chico que oyó a su mujer gritar, y el chico corre por ella.
La mujer solitaria, se va al cuarto de enseguida; saltándose las ventanas vé a través de la ventana como su pareja violentaba a la preciosidad. Entonces entra el chico tirando la puerta y se pone a pelear con el jefe. En eso, la mujer solitaria le dispara al jefe y tira la pistola.
La policía acude; al ver la pistola, al jefe muerto, y al chico solo, lo acusan de asesinato. En el juicio, el abogado intenta defenderlo diciendo que las pruebas solo eran circunstanciales, pero lo condenan a muerte. La preciosidad estaba espantada. El chico decía que él no lo había hecho, pero no le creían.
Entonces la preciosidad acude al guardia de su edificio de apartamentos, le pide que le ayude a defender a su marido. Él ve que alguien lo pudo haber matado al jefe desde la ventana. Entonces va con el gobernador, que estaba de visita, para que le ayudara, pero él le dice que no podía hacer nada.
Acude la preciosidad misma, y la mujer solitaria la sigue en un coche. Interpela la preciosidad ante el alcalde, sin resultados. Se acerca al guardia que había arrestado a la preciosidad y le confiesa que ella fue quien verdaderamente mató al jefe. Para entonces el gobernador se estaba yendo en un tren a otra ciudad, pero el guardia lleva a la mujer solitaria con la preciosidad. Se van en un coche muy rápido a perseguir al tren.
Alcanzan al tren y le piden que pare. Se presentan con el alcalde y le muestran a la confesora del crimen. Entonces el alcalde se regresa con ellos en el carro, van hacia el edificio de gobierno, donde iban a ahorcar al chico.
El chico estaba recibiendo el último sacramento, la confesión, probablemente, y estaba a punto de ser ahorcado, cuando reciben la llamada del gobernador. Le piden al que dirigía la ejecución que se detenga, por la llamada del gobernador, pero él no le hace caso. Justo en eso llega el gobernador, con la preciosidad y la mujer solitaria.
El comandante por fin detiene la ejecución. El chico besa a la preciosidad, ella muy feliz de que su marido se salvara.
Muestran más batallas entre huelguistas y policías, pero se detienen al ver el orden sagrado de la imagen de Cristo resucitado en el cielo, parte de otra de las historias de la película.



Esteban Lascano estudia preparatoria en el Centro Educativo Patria; desde 2015 es un gran aficionado al cine y en Estilo Mápula es autor de la columna Cine Lasc.

martes, 23 de abril de 2019

Eugenia Naborski. La tristeza chiquita

La tristeza chiquita

Por Eugenia Naborski

Cuando muere un ser pequeño la tristeza también es chiquita.
No es mejor. No es menor.
La tristeza chiquita cabe en todos lados.
Se esconde entre las pestañas, bajo las uñas, alrededor de la boca. Se acumula entre las comisuras de los dedos y detrás de las rodillas. Se filtra por el ombligo para habitar en el estómago.
Se queda debajo de una servilleta y espera a que alguien vuelva a usarla.
Se atora como el dedo meñique en un teclado de máquina vieja; como las moronas en las esquinas de los empaques de celofán.
A la tristeza chiquita se la lleva el soplo que enfría una taza de té. Pero regresa tan pronto como lo bebemos.
Se escurre penosamente como una gota de amarillo por la pierna.
La tristeza chiquita se guarda en una caja de cerillos, que no suena cuando se le agita.
Es la arena que queda en el cabello al volver de la playa, y sigue saliendo de uno por días.
Es el recuerdo minúsculo de un día feliz.
Es tan chiquita esa tristeza… que casi no es tristeza.
Y eso es triste.









Eugenia Naborski. Con formación de artista plástico y especialización en fotografía, decide dedicarse de manera profesional a su verdadera pasión: contar. Ha incursionado en guionismo y dirección de arte para cortometraje y teatro. Se ha desarrollado en relato breve, poesía, ensayo y literatura infantil. Apuesta por la comedia como género y metodología de vida. Desde el 2018 forma parte de La Liga de la Injusticia, colectivo de stand up. Todos sus relatos y personajes son ficticios y cualquier parecido con la realidad es coincidencia.

lunes, 22 de abril de 2019

Arturo Rico Bovio. Rumores que

Rumores que

Por Arturo Rico Bovio



Hay en mí un rumor que me avasalla,

un cierto mar de ecos profundos

que esparce caracolas en mi centro

vuelto playas anchas, solitarias.

A veces voy que piso sus arenas

para aspirar humedades, largamente.

Quizá espero que me diga

–no con cantos de sirenas y delfines

sino con la voz seria del ocaso–

dónde se dan cita los augures

que fijan los rumbos y mensajes.

Voy allí cuando se apagan de momento

ruidos y luces de otros territorios, 

jaulas voraces de sentires y latidos,

para abrazar de lo oculto y lo innombrado

–sin cura y sin remedio–

la nostalgia.

Arturo Rico Bovio
2019






Arturo Rico Bovio realizó sus primeros estudios en 1962 en la Escuela de Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua. En 1963 ingresa como alumno de la primera generación de la Escuela de Filosofía, Letras y Periodismo, en la cual se matriculará como estudiante en filosofía. En 1967 se titula como licenciado en derecho con la tesis La naturaleza de los derechos subjetivos y posteriormente como licenciado en filosofía con la tesis Las fronteras del cuerpo: Crítica de la corporeidad. Estudia la maestría en derecho social en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua y se titula con la tesis Hacia una nueva concepción del derecho social. En 1997 obtiene el grado de doctor en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México con el trabajo El derecho en la perspectiva del cuerpo: una teoría integral del derecho.​ Fue profesor de las Facultades de Filosofía y Letras y de Derecho de la UACH. Actualmente es maestro emérito de la Facultad de Filosofía y Letras. 
Obra Publicada: 
1990. Las fronteras del cuerpo. Crítica de la corporeidad. Ed. Joaquín Mortiz, México. 
1998. Las fronteras del cuerpo. Crítica de la corporeidad. Ediciones Abya-Yala, México. 
1991. La hora del desierto: germinario. Editorial Plaza y Valdez, México. 
2000. Teoría corporal del derecho. Miguel Angel Porrúa, México. 
2002. Isla en el tiempo, UNAM, Mexico. 
2008. Tránsito filosófico: De la crisis a la esperanza. Miguel Ángel Porría, México. 
2013. The body frontiers. Critique of corporeity. Lulu Press, New York. 
2017. Muerte y resurrección del cuerpo. UACH-Plaza y Valdés, Chihuahua México.

domingo, 21 de abril de 2019

Federico Corral Vallejo. MINIFICCIONES

Tintanueva
MINIFICCIONES


Por Federico Corral Vallejo







DESCUBRIÓ QUE LA ENGAÑABA y antes de padecer su abandono decidió matarlo porque vivo lo extrañaba demasiado. 












–ENTIENDE: No creo en fantasmas, así que hazme el favor y desaparece de mi vista, que muero de sueño…









ESTOY SEGURO de que no era Sirena, era un tritón con antena, aunque él jurara y perjurara lo contrario.









LOS PERROS CALLEJEROS aullaban desesperadamente mientras la amante y secuestradora les iba dando, pieza por pieza, las partes del desgraciado que se había atrevido a serle infiel con otro hombre.









LLORÓ TANTO bajo la lluvia que se deshizo en llanto y se fue por la coladera rumbo al mar que tanto deseaba conocer.









RONCABA HORRIBLE, aprendió a soñar de cucharita a un lado de mi insomnio.









SER UN NIÑO de la calle no justificaba el caso. Siempre fue un hijo de la chingada porque nunca tuvo madre.









SONÓ EL TELÉFONO. Quería hablar conmigo, pero no se acordaba que era muda.









TE MATÉ para ver si te extrañaba. y ahora que no estás conmigo, cada fin de semana me acuerdo de ti para olvidarte.









TODOS MIS HERMANOS creían que mi mamá estaba loca, pero eran ellos los que vivían en el manicomio.






Federico Corral Vallejo. Parral Chihuahua, 1969. Poeta, ensayista, crítico y editor. Entre sus obras editadas destacan: Desprovisto de equipaje, A capella 440 y Cartografía de una casa. Su obra ha sido traducida al inglés, francés y portugués; y editada en Estados Unidos, Cuba, España, Argentina, Perú, Brasil, Puerto Rico y México. Dirige Tintanueva Ediciones desde 1997.