domingo, 5 de septiembre de 2021

Luis Nava Moreno. Bienvenidos al caos. Apuntes biográficos y literarios del maestro Alberto Carlos

 

Bienvenidos al caos. Apuntes biográficos y literarios del maestro Alberto Carlos

 

 

Por Luis Nava Moreno

 

 

Por invitación de Luis Iván Carlos Hernández voy a hablar de un suplemento cultural que nació con el periódico Novedades de Chihuahua hace más de cuarenta años. Periódico de vida efímera, y aún más efímera la del suplemento. Es muy probable que muchos de quienes me escuchan no tengan la más remota idea de lo que estoy mencionando, ha pasado demasiado tiempo. Sin embargo, las dos terceras partes del libro que estamos presentando las cubre la colaboración que durante la vida del suplemento escribió el maestro Alberto Carlos: me refiero a su columna Al filo de la tijera, la que comentaremos más delante.

Primero hablaré un poco del suplemento Tragaluz. La idea del suplemento fue de José Fuentes Mares, primer director del periódico Novedades de Chihuahua. Él me invitó a colaborar en la ampliación del suplemento del cual a la postre me hice cargo. Su idea era muy clara: dotar al periódico de un suplemento cultural chihuahuense y hecho por chihuahuenses.

Yo era maestro de la hoy Facultad de Filosofía y Letras e invité a maestros y alumnos a colaborar en el proyecto. Hubo una increíble respuesta y poco a poco se integró un importante grupo de colaboradores muy talentosos. El grupo de interesados en participar cada día fue más amplio y el suplemento fue tomando importancia y personalidad. Muchos jóvenes escritores, artistas de la plástica, fotógrafos, intelectuales y periodistas pusieron su empeño para madurar el proyecto. Desgraciadamente el sueño solo duró un año y cuatro meses.

Pero volvamos al principio: el suplemento nace como Tragaluz: aventuras y resonancias dominicales el 21 de diciembre de 1980. Lo que distinguirá al suplemento es que abría con un amplio reportaje sobre lugares, poblados, personajes, actividades, geografía del estado de Chihuahua. El primer reportaje fue Cusihuiriachi: en busca de un pueblo fantasma, de mi autoría, con fotos de Remigio Córdoba. En aquel primer número aún no publicaba el maestro Carlos.

En el número dos del 28 de diciembre de 1980, aparece la primera colaboración del maestro, y la llamó La semana de Beto, cuyo propósito era hacer comentarios satíricos y cómicos en verso de las noticias de la semana. Me permito ilustrarlos con un ejemplo, de los cinco que tiene la columna:

 

La nota: “En Irán no trataron lo de los rehenes por ser día de fiesta”.

 

El texto de Alberto Carlos:

 

Los rehenes, tristemente       

ven que el trámite iraní        

se retrasa por el puente,             

si, como aquí, es tan frecuente       

se van a quedar allí.

 

(Por cierto en este mismo número publica Jesús Chávez Marín su primer artículo para Tragaluz: “Diez relatos de Cortázar”, una interesante y pronta reseña del libro Queremos tanto a Glenda, que se imprimió en México en agosto de 1980. Lo menciono porque está aquí en seguida, en la mesa de presentación).

En el número tres de Tragaluz del 4 de enero de 1981 nace propiamente Al filo de la tijera, ilustrado el título con una viñeta del maestro: una tijera abierta de la cual huyen despavoridos una serie de personajes. El tema fue acerca de la Navidad, el Año Nuevo y la cuesta de enero. Aquí ya está la columna como continuó definitivamente: narración crítica, satírica, humorista de un tema. Elimina la versificación.

En el número cuatro no aparece la columna, pero en el número cinco, de diciembre 18, sí, ahora sin viñeta. Y así continuará hasta el último número de Tragaluz, el 71, cuyo tema fue Divorcios S.A. El total sus columnas fueron 69.

Tragaluz publica su último número el 25 de abril de 1982. El reportaje principal fue Génesis de la radio comercial en Chihuahua, primera de dos partes… ya no salió la segunda.

Hablando de reportajes, no quiero dejar de lado que el maestro también colaboró en este renglón. En el número 22, del 17 de mayo de 1981, se publicó su reportaje sobre el ejido Polvorillas, ubicado cerca de Ojinaga: Piedra y fantasía en Polvorillas, texto y dibujos de Alberto Carlos. Un deleite de lectura y de gozo visual con sus múltiples dibujos de las figuras que están en la estructura de las rocas: focas, buitres, tortugas y variadas figuras humanas.

Además en el número 40, del 20 de septiembre de 1981, en el reportaje Majalca: La magia de la piedra y de los nombres, que yo escribí, colaboró con tres excelentes dibujos de aquel Parque Nacional: dos vistas del lugar conocido como Mil castillos y una del Cañón de las hadas.

Cambiando un poco de tema, pero aprovechando de todos modos el material del suplemento, voy a otro reportaje principal: una entrevista que hizo el dramaturgo Manuel Talavera Trejo al maestro Alberto Carlos el 9 de agosto de 1981 en el número 34. Diálogo con Alerto Carlos se llama la entrevista y quiero compartir lo siguiente:

Dice Talavera:

—Como sabemos que es escritor y pintor, le pregunto a quién entrevistar primero.

El maestro respondió:

—No me considero literato, ¡Dios me libre! Ya con un trabajo es suficiente. Si tuviera dos no podría cumplir con ninguno. Yo me tomo con seriedad la pintura, que es mi oficio, y las vacaciones. Mi inclinación por las letras es solo pasatiempo. Escribo ocurrencias, me gusta guardar imágenes como cuando se capta alguna foto.

Al hablar de su niñez dice:

—Cuando alguien me preguntaba sobre qué desearía ser de grande, yo respondía: quiero ser japonés. La desilusión vino cuando descubrí que para serlo hay que ser hijo de japoneses, nacer en Japón.

Pregunta Talavera:

—¿Esa fue la causa de su inclinación a la literatura?

—Pues sí. Y también el negocio.

—¿Cuál negocio?

—Cuando estaba en la primaria, como tenía facilidad para la rima, me divertía haciendo versos en broma para mis amigos. A ellos les interesó y se corrió la voz. No tardaron en encargarme versitos para las muchachas. Les hacía acrósticos para la pretendida dama y ellos los presumían como propios; y yo cobraba mis servicios. Aumentaron las solicitudes y, al darme cuenta de que no podía hacer tantos comencé a repetirlos por pura ambición; entonces hubo reclamos y ahí acabó el negocio.

Un último trozo de aquella entrevista:

—Cuando yo era chamaco cayó en mis manos un libro desvencijado, muy grueso, titulado Vidas ejemplares (1944), su autor es Roman Rolland, contiene las biografías de tres grandes hombres cuyas actividades eran diferentes pero tenían algo en común: el arte. Estos eran Miguel Ángel, León Tolstoi y Beethoven, allí nació mi inquietud artística. Todas las artes tienen un nexo entre sí: un solo tema puede producir un poema o un cuadro, cada manifestación artística tiene su propia forma de expresión. Yo escogí la pintura.

Hasta aquí la entrevista. Ahora para concluir con la historia de Tragaluz, solo añadiré los siguientes datos:

Tragaluz nace el 21 de diciembre de 1980 por iniciativa del escritor José Fuentes Mares, director del periódico Novedades de Chihuahua. Él se retiró del periódico después del número 55, el 3 de enero de 1982, apenas cumplido el año.

A partir de entonces, el 10 de enero de 1982 entra José Luis Sandoval. Él sugiere cambiar el Tragaluz por un suplemento orientado hacia las mujeres: recetas, comidas, modas, y así dura hasta el número 67, del 28 de marzo de 1982. Lo suple en la dirección Luis Fuentes Molinar, quién cierra el ciclo de Tragaluz con el número 71 del 25 de abril de 1982, cuatro números después, porque, según él, el suplemento no era costeable para el periódico.

Como un regalo y una premonición quiero reproducir la columna de Alberto Carlos del 20 de diciembre de 1981 donde celebra el primer aniversario de nuestro suplemento Tragaluz aventuras y resonancias dominicales:

 

Al filo de la tijera.

Por Beto

Feliz cumpleaños

Hace un año que Tragaluz salió a la luz, lo cual es casi una redundancia, cumplimos –dijo la mosca– un año de buscarle fisonomía a nuestro estado, que es el más grandote de la república y tiene mucho que expresársele, tanto desde el punto de vista geográfico, como desde el punto de vista humano.

No es por nada, pero Tragaluz ha hecho su parte. Al hacerlo complementa a Novedades con una prenda propia y le da un carácter creativo que ya quisieran otros periódicos. Generalmente se echa mano de suplementos de esos que se venden al mayoreo y convierten a los diarios en meros revendedores de lectura dominical. Si bien es cierto que esos suplementos de tiradas millonarias dan una barnizadita de cultura general, también es cierto que no cubren la necesidad imperiosa que tenemos de conocernos a nosotros mismos.

Ya de por sí, la mayor parte de las noticias nacionales e internacionales vienen de agencias intermediarias al igual que los monitos, que también son de mercancía trasnacional. En fin, es tanto lo que consumimos prefabricado que bien vale la pena producir algo, practicar la creatividad y tener el placer de hacer lo propio.

Como negocio pues no, no lo es hasta ahora, pero podría serlo, o al menos autofinanciarse, si se buscan anunciantes dispuestos a pichar una que otra pelota a beneficio de Tragaluz, que si funciona como medio de difusión regional. Como autorretrato, pues. Hasta la fecha, ese autorretrato va construyéndose con los más genuinos rasgos de nuestro hábitat.

Cumplir un año no ha sido fácil, pero sí ha sido satisfactorio y provechoso. Hay que soplarle a la velita del pastel para que se vea que sí soplamos. Que se apague la vela pero que no se apague la luz de Tragaluz. No le soplen para acá, el pastel está del otro lado. No nos vayan a dejar a oscuras ahora que ya empezamos a agarrar la onda, ahora que ya comenzamos a vislumbrar el camino por el que tenemos andar nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. A la Conchinchina a la mejor no vamos nunca ni de turistas, en cambio aquí o la hacemos o no la hacemos. A pie, en burro o en cuatro ruedas, pero hay que tratar de hacerla. Si no ahora ¿cuándo?

Feliz cumpleaños, Tragaluz.

Domingo 20 de diciembre de 1981 (número 53).

 

Como complemento, agrego aquí algunas teorías sobre el humor:

1. La risa es un instinto agresivo que se dispara cuando observamos los errores, deformidades, vicios, infortunios. Thomas Hobbs: reímos cuando nos sentimos repentinamente superiores a otras personas o a un grupo social.

2. La incongruencia propone que reímos al observar dos o más elementos opuestos o incompatibles que han sido combinados o unidos de manera inadecuada.

Ejemplo:

 

Un reo condenado está en capilla va a ser ejecutado al amanecer. Se le acerca el director del penal y le dice:

—Ya sabe el sentenciado que tiene derecho a pedir lo que quiera en esta última noche de su vida. ¿Qué es lo que desea?

—Aprender inglés, señor director.

(Fragmento de la novela Las muertas, de Jorge Ibargüengoitia).

 

3. La catarsis. La risa produce a menudo una sensación catártica, como si se liberaran tensiones acumuladas: el estrés, la agresión u otras emociones. Crítica social. Freud: el Sexo y el humor.

4. El juego. Los chistes son juegos de palabras o de conceptos.

5. La risa siempre es de un grupo.

 

Muchas gracias por su atención.

Carlos, Alberto: Bienvenido al caos/ Alberto Carlos: apuntes autobiográficos y literarios. Editorial UACH, México, 2021.

 

Septiembre 2021

 

 



Luis Nava Moreno estudió letras españolas en la Universidad Autónoma de Chihuahua e hizo una maestría en novela en la Universidad Veracruzana. En los años setentas fundó junto con Silvano Flores la revista literaria Metamorfosis, que aún se publica en la Facultad de Filosofía y Letras. En 1980 fundó y dirigió Tragaluz, aventuras y resonancias dominicales. Ha ejercido los oficios de profesor, escritor, periodista, productor de videos; fue director de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Es autor del libro de poemas Tensión de lo finito. En 2017 la Editorial UACH publicó una magnífica segunda edición de este libro, bilingüe, corregida y aumentada.

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