Otra lección de
cocina
Por
Margarita Aguilar Urbán
A Rosario Castellanos
En el
silencio de la cocina
mujer de
letras soy
ensoñando
poemas,
mientras
cumplo
con un
trozo de carne
entre las
manos,
ese ritual
autómata
de separar
las hebras
una a una.
En su
abertura estrecha,
la ventana
me entrega
un paisaje
velado
por la luz
del otoño,
pero yo,
mujer de letras
(sí),
puedo bien
ensanchar
la visión
restringida
haciendo
germinar soles internos
como
flores que abrieran hacia adentro
ante la parquedad
de los sartenes
y este
trozo de carne
que
deshebran mis dedos.
Y ni el
taladro artero del vecino
ni el
rumor del asfalto
ni el
chamaco botando la pelota
en un
incierto patio
interrumpen
mi trance,
solo el
tiempo que apremia
para poner
la mesa,
el
fregadero con ollas apiladas
y un
designio de siglos
que en las
hebras
me recuerda
a esta
mujer que soy
de ajo
y cebolla.
Margarita Aguilar Urbán es investigadora de arte, poeta y profesora de literatura. Escribió los poemarios Como estación de tren (1988), Algodón en el corazón (poesía infantil, 2012) y Testudina descubre el horizonte (2021). Ha sido incluida en los volúmenes Voces de tierra (1994), Campos ignotos (1998) y Taller Literario Pablo Ochoa (2009). Como investigadora, escribe artículos para revistas académicas. Recopiló las memorias del artista tarahumara Erasmo Palma en el libro Donde cantan los pájaros chuyacos (1992, reedición 2015, traducción al rarámuri 2018). Su obra Aurora Reyes. Alma de montaña, editada por el Instituto Chihuahuense de la Cultura, fue considerada el mejor libro del 2011 por el suplemento Día siete de El Universal y por la página de crítica literaria Salón de Letras.
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