miércoles, 11 de junio de 2025

Una mujer de dos mundos

 


Una mujer de dos mundos

 

Por Fructuoso Irigoyen Rascón

 

Querido hermano:


No sé dónde estarás ni donde estaré cuando recibas esta carta. No sé siquiera si la recibirás, pero estoy convencida de que debía escribirla. No sé tampoco si estaré viva cuando la recibas, si es que la recibes. Parece complicado ¿verdad? pero es que la razón para escribirla es complicada. Te preguntarás que dónde estoy, cómo y por qué he desaparecido así nomás. Quizás no hayas tenido siquiera tiempo de extrañarme, o no te habrás dado cuenta de que me fui. Pero esta misma carta te dejará saber que me he ido y responderá a tus preguntas.


Sabrás que he vivido dos vidas. O he vivido en dos mundos. Mundos que como líneas paralelas se pueden extender sin llegar a tocarse nunca. Y mejor que así sea. Pues bien, he decidido volver a ese otro mundo del que tú sabes nada o muy poco. Y es que así debía ser: tú eres un hombre limpio, decente, trasparente, no tienes absolutamente nada que ver con ese otro mundo turbio, sórdido, del que vine y al que he vuelto.

Como notaste en alguna ocasión, yo actuaba como si me estuviera escondiendo de algo o de alguien, pues bien, en verdad lo estaba haciendo, temía que tarde o temprano los de allá me encontraran y me hicieran volver. Pues no me encontraron, pero sé que tengo que volver. Mi partida debió causar conmoción entre los de allá, incluso me temopueden haber torturado a alguna de las muchachas para que dijeran a donde me había ido. ¡Las pobres!

No les dejé saber a dónde me fui. El volver allá después de haber pasado este tiempo aquí deberá probarles que, si uno quiere, se puede dejar aquel mundo. Sin embargo, tal vez mi razón principal para volver es que nunca sentí pertenecer a tu mundo. Cada cosa con que me encontraba, cada acción que emprendía, cada persona que conocía me transmitía el mismo mensaje: tú no eres de aquí, no perteneces..  Cierto que allá sufría, tenía miedo y dolor, pero era mi mundo, era en mi casa. Finalmente, qué tal si me equivoco de nuevo. Pues bien chamuscada y todo, ya me sé el camino por el que puedo volver aquí.


Trataré de no extrañarte. Tú no me extrañes tampoco.


Un beso.


Tu hermana

 


Fructuoso Irigoyen Rascón, autor de Cerocahui, una verdadera épica de la región, es médico con especialidad en psiquiatría, con una vasta y brillante práctica profesional. Es autor, además, de los libros Tarahumara Medicine: Ethnobotany and Healing among the Raramuri of Mexico y Nace Chihuahua, Gabriel Tepórame y Diego Guajardo Fajardo, los forjadores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario