viernes, 31 de octubre de 2025

El mundo en flor

 


El mundo en flor

 

Por Carlos Gallegos

 

La sombra

del fundador

desconocido

olvidado por la historia

que a diario

baja de la Loma de Pérez

donde vive en una casita

circundada de ocotillos

que en junio florecen en flores rojas

se dibuja sobre

la tierra seca

baja de su alto mundo

a rendirle parte

sombrero en mano

al jefe Blake

a Cruz Ortiz

a su cuadrilla

de ingenieros

que lo esperan

seguros de su puntual visita

han de estar

como están todos los días

con sus cascos de ingenieros

y sus botas federicas

polveadas por el polvo diario

han de tener la vista fija

hacia donde llega

el tren

que anuncia

su llegada sobre el ruido

de los rieles

con el

su pitido agudo

que altera la paz

del pueblo de tierra y polvo

que duerme su siesta

dormido en el sopor

de medio día

rendida la novedad

de la apertura

de la calle en que estará la botica

Boussirus

la primera botica

del poblado de tierra y polvo

el fundador incógnito

se cuadra

en posición de firmes

entrechocando marcial pues había sido

sargento primero en la Revolución

sus gastados huaraches

de correas de vaqueta cruda

que le agrietan los dedos

hace el saludo de rigor

con su mano izquierda

ante la falta de la derecha

que perdió

en la batalla de Bachimba

peleando contra Orozco

se coloca con rutina delicada

su sombrero sureño

de ala ancha y palma tosca

renegrida y negra de sudor

que se había quitado

ante la superioridad

para el saludo riguroso

al hacerlo disimula 

con orgullo de veterano orgulloso

que el temblor de su mano sana

no denuncie el temblor

que le quedó de aquella herida

en la canilla

con maña aprendida con los años

con su mano sana se aprieta

bien el barbiquejo

para que no le vuele el sombrero

el leve aire

tibio de la tarde tibia

con galana caravana

da enérgica media vuelta

procurando mantener

lo más erguida posible

su frágil figura

para que se le note

lo menos posible

el peso de los años

y no le duela tanto

la bala 38

que hace 20 años

le dejó entre dos vértebras bajas

el doctor del regimiento

ante el peligro de

dejarlo paralítico

murmura un hasta mañana

respetuoso

sacude el polvo

de su pantalón corriente

y camina ligero casi al trote

viendo en las alturas

de la loma

donde vive

un penacho de humo

plomizo que sube desde la tronera

de su casa  hacia la nube

que se evapora

bajo el sol ardiente

y el cielo azul intenso

humo que ha de oler a la leña

de mezquite recién cortada

que a diario corta y acarrea

en su viejo y flaco burro

pardo prieto

desde tan lejos

desde el rumoroso río de Rosales

trota con los ojos entrecerrados

en defensa inútil ante el

resplandor del cielo estéril

un trueno potente

dibuja un relámpago

instantáneo

que retumba estéril

sin que caiga la lluvia

que él y sus jefes

esperan

para que crezcan los arroyos

salgan grandes los ríos

se llenen Boquilla

y las Vírgenes

llegue lleno

el Canal Principal

corra lleno por

el Canal Fundadores

y la tierra seca y triste

se alegre de verde

y el mundo vuelva

a florecer

 


Carlos Gallegos Pérez es licenciado en comunicación por la UNAM, licenciado en periodismo por la UACH. Fue coordinador de comunicación social de la UACH, así como también fue coordinador de comunicación social en Gobierno del Estado, ganador del Premio Chihuahua de Literatura y del Premio Nacional INBA Novela de Testimonio. Autor de varios libros, actualmente es cronista de Ciudad Delicias.

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