jueves, 4 de julio de 2019

Andrés Espinosa Becerra. Dar de qué hablar: Una casa con silencio y patio

los martes
Dar de qué hablar: Una casa con silencio y patio

Por Andrés Espinosa

1. Los poetazos
Recibo la invitación de Rafael Cárdenas, a través de Jesús Chavez Marín, para preparar un trabajo con las características necesarias para el formato de Los poetazos; al margen de mis publicaciones en Estilo Mápula tenía precisamente una serie de trabajos que me estaban gustando y me di cuenta de que ese era su momento para aparecer en el digno marco de las publicaciones de Los poetazos. De manera que el trabajo fue continuarlo y darle un cierre adecuado, justo con la extensión que el formato permitía. El formato de Poetazos y la brevedad  temática del texto se unieron. De manera que para mí ha sido un divertimento (sin i final, como la composición musical) trabajar para Chávez y Cárdenas Una casa con silencio y patio.

2. Una casa con silencio y patio
Tengo la consideración de que mi casa tiene como parte estructural importante, vital, piedra angular, el silencio. De la manera en que Alejo Carpentier se refiere al espacio comprendido bajo los arcos de una bóveda como elemento armónico, junto con la bóveda y las columnas. El silencio en casa no lo veo como algo monacal. Está visto que el silencio es materia musical; prodiga una armonía espacial, temporal y motívica; además, en casa siempre está sonando la música, en las más de las ocasiones, música sinfónica o jazz, y ambas músicas tiene al silencio como factor determinante en sus desarrollos. Luego entonces, mi casa no es una casa silenciosa, en el sentido sónico, está llena de alegría y de sonidos construidos a base de silencio; un silencio espiritual, meditativo, acompasado con música elaborada con dosis necesarias de silencio. Algunas veces me descubro en el inicio del día disfrutando del silencio del amanecer, que es uno de los momentos maravillosos del día, y resulta que repentinamente descubro que tengo rato escuchando cantos de pájaros, dado que es el momento durante el cual se escuchan; nuevamente: el silencio lleno de sonidos justos para adecuarse a su condición sónica. No sé yo si en física exista el sonido puro o absoluto, pudiera ser posible. Pero de lo que hablo es de la naturaleza del silencio que me gusta y contemplo, que me hace concebirlo como un elemento que me armoniza y me lleva de la mano a los momentos de creación o de simple contemplación. Esa es la atmosfera que prevalece al construir mis textos, en general, y los  que formaron a Una casa con silencio y patio, en particular.

3. De cómo veo mi escritura
Trato de ser lo más sencillo que pueda. Dentro de una postura honesta, ser lo más sencillo posible para lograr la mejor expresividad, el mayor sentido de contenido al momento de usar las palabras (existe por ahí un trabajo que habla de cómo menciono las palabras). Nunca me entrometo con métricas o rimas, me interesa ver a dónde me llevan los sonido y el sentido de las palabras. Creo firmemente en una postura de observación, con una perspectiva distinta a lo cotidiano, para ver el mundo de una manera más respirable o que me haga más respirable la vida, lo cual, esa postura, no siempre te lleva a momentos festivos ni gratos, sino que también te lleva a la seriedad o a la firme desazón, pero nunca a la desesperanza. Tal vez en algún momento mantuve una visión un tanto gris, sin embargo prefiero el punto de vista que da un canto de la vida lleno de luz; otra cosa es que se tenga la firmeza de ver al mundo en su naturaleza ambivalente. Armónico, pero lleno de caos; gozoso y festivo, aunque también lleno de drama y final. La vida y la muerte, en fin.

4. Tradición artística. Difusión cultural
Creo firmemente que Los poetazos tiene escrita su historia dentro del ámbito cultural del norte del país. Una estrategia novedosa que inicia como una seria postura de creación literaria cultural y que por ser sólida se ha mantenido con notable nivel de calidad, innovación en sus argumentos publicitarios y con buenos contenidos. El trabajo de Rafael Cárdenas como difusor cultural, como promotor de la lectura, también como pequeño empresario cultural, es un producto consolidado que alcanzará todavía más generaciones de jóvenes escritores y de artistas plásticos. Es un motivo de orgullo y de agradecimiento pertenecer al estantero de Los poetazos.
Por otro lado, la participación de Jesús Chávez Marín es determinante en el ambiente cultural literario de Chihuahua. No es posible dejar de considerar su trabajo. Ha recabado un magnífico archivo, agrupado un buen número de talleres y es editor de una serie larga de escritores y escritoras. Su trabajo de difusión actual tiene una activa cotidianeidad,  y eso tiene un gran mérito: estar en el espacio abierto de redes sociales con una cantidad de frases, ideas, cuentos, versos, poesías; noticias, documentos históricos, escritos o fotografías, exige un compromiso, una sensibilidad y una idea clara del quehacer cultural. Además, todo ello con una labor de difundir y cubrir personalmente cuanto evento cultural se presente, incluidos también los musicales; Estilo Mápula es un espacio de calidad que generosamente recibe a todo aquel comprometido con el ejercicio escritural, lejano a los grandes reflectores oficiales.



Andrés Espinoza Becerra, Córdoba, Veracruz 1958, hizo estudios de literatura hispanoamericana. Tiene dos libros de poesía publicados: Quinteto para un pretérito (1996), en coautoría con otros autores, y Los días que no duermen (2004). En 1996 gana el premio Cuauhtémoc de poesía con Domingo Siboney. Tiene algunos proyectos en espera de aparecer, como El ramalazo de los recuerdos y El árbol de los ciruelos.

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