El invierno empieza a enfilar sus pasos
Por Sergio Torres
Afuera, el invierno empieza a enfilar sus pasos hacia la ciudad. Aquí y allá hay ráfagas de viento que nos regalan algunas gotas de lluvia y una sensación de frío que se cuela por donde puede. En casa, el aroma del caldo inunda la estancia, las recámaras, el pasillo, y alcanza unos metros del patio. Escapa también por la ventana que da a la calle, vuela sin pausa, aunque también sin prisa, alcanzando con su cálido abrazo a los transeúntes que circulan agazapados detrás del cuello del rompevientos, la gabardina, el suéter tejido que la abuela les regalara el último invierno que vivió. Este abrazo nos acompaña durante los siguientes metros, hasta que el frío nos aleja de la presencia de su embriagador perfume. Cuando llego a casa, este aroma inconfundible me asienta en una realidad alterna de ayeres infinitos, vidas eternas, hasta escucho el Vente a comer de mi santa madre y su enérgica prisa por vivir. Tras la primera cucharada, el mundo y sus dolores se disuelven, ya no hay frío, solo su abrazo.
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.
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