Por Alejandro Caro Rascón
En una noche de
celebración y copas,
al festejar el día de
la amistad y el amor
en una vieja cantina
de la ciudad,
levantó su copa un solitario convidado,
quien denotaba sesgo de melancolía.
Con voz dulce y a la vez sonora,
a todos los asistentes les expresó:
Va para ustedes mi siguiente poesía:
¡Oh, necio corazón que hoy ha de recordar!
Un día después de llevarle serenata,
la bella y pequeña mesita de campo
con cuatro sillas integradas en estuche,
botella de vino tinto con dos copas
previstas para el brindis de la ocasión.
No faltó el curioso mantel de tejido,
un hermoso ramo de flores bellas
y suave alfombra para tender en el pasto.
Todo pequeño pero propio a la ocasión,
fue aquel gran proyecto amoroso y sorpresa,
para celebrar el retorno prometido
en la soledad del campo, y toda la tarde
hasta la emoción del ocaso del sol.
Y allí, brindis, poesía, caricias y el encanto
propio en aquella pareja de enamorados.
Y el anhelado romance jamás se dio,
por un enigma que el corazón soslayaba
y se resistía, negándose en aceptar.
Tres ocasiones hubo, de ambiguas señales
que llegaron como en un velo de misterio.
Y atando cabos, con el peso de los años
aún sin que alguien se lo hubiera revelado
comprendió lo inexorable del pasado.
¡Todo por la promesa en que jamás creyó!
Hoy, permanecen guardados en la bodega
el estuche con la mesita y las sillitas
y los recuerdos de amor en su corazón.
Alejandro Caro Rascón es autor de los libros Permíteme comentarte, Nostalgia
y suspiros, Perseverancia, Vida y ensueño, Petro, y Contemplación. Su lema de escritor es: En las artes, especialmente en
la poesía, el hombre es instrumento de Dios. Él le lleva de lo introspectivo a
la expresión y de la expresión al arte y virtud de la palabra escrita, en tanto
le asista el verdadero amor como primicia.
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