En la foto con otras dos personas Yobany
de José García Medina y Federico Corral Vallejo
TintanuevaSinestesias nocturnas en las córneas
de la noche de Yobany de José García Medina, Premio Nacional de Poesía Rogelio Treviño
2017
Por Federico Corral Vallejo
Empezaré diciendo que Sótanos del insomnio es un libro de
prosemas muy bien logrados, porque sin querer queriendo, evoca y demuestra
aquella frase de Octavio Paz, para quien: “Todo cuanto el poeta escribe está
soterrado en sus miedos, más aún cuando se da cuenta de que todo libro de
poemas es en el fondo un diario…” tal cita se vislumbra en el devenir de esta
obra, que ha sido acreedora en la cuarta emisión del Premio Nacional de Poesía
Rogelio Treviño 2017. En Sótanos del
insomnio encontramos los posibles lectores un rompecabezas de emociones detrás
del armario, donde las cicatrices del alma se escriben con una goma de borrar
indeleble. Sobre todo cuando el pasado ha querido borrar evidencias, marcas y
registros. Más allá de estos hallazgos vivenciales el autor utiliza los
recursos retóricos de manera precisa y logra vestir de gala a las palabras,
para así poder desgajarse y entregarnos el zumo de sus letras que extrae de su
corazón nocturno; porque es la noche un punto importante es los XXIII trenos
que conforman el poemario:
Tus ojos son la antesala de mi
insomnio […] pesan como dos noches sonámbulas caminando sobre mi cara. (Canto III)
Me atrevería a decir que abre y cierra esta obra por demás
poética con instancias nocturnas:
Prometo
despreocuparme del tamaño de los sueños, arrinconar las miradas precoces, matar
de hambre los infortunios del tiempo […] mientras yo, en esta hermosa vida de
mierda, miro la tuya. Como quien mira sus sótanos del insomnio… (Canto
XXIII)
Muchos son los ojos que convergen en esas miradas versiles
que en ocasiones observan fijamente, en otras a duermevela y hasta de reojo;
son tantos ojos los que se entrelazan en sus versos donde al parecer también la
verdad se inventa, así es como Yobany de José nos plantea un croquis literario
donde su pluma se convierte en ARGOS pues letra a letra se agiganta y alarga a
tal grado su mirada que nos da cátedra de guardián efectivo de los vocablos y
al parecer no se duerme en sus laurales.
Cuántas veces el poeta se regodea en las 7, 8, 9 o 10
metáforas de las que hizo hincapié Jorge Luis Borges en su ensayo sobre Arte Poética y de ahí nomás no sale.
García Medina como dije en el párrafo anterior nos observa y se deja observar:
Ardes en
los ojos y en la sed a ratos; arrullas y desparasitas la calma. (Canto I)
***
Algo de
ti, que no conozco, se pone a inventar infartos a la mitad de mis ojos... (Canto II)
***
Tengo un
dolor de madera que adorna la repisa de mis ojos… (Canto
VII)
***
En tus
ojos cabalgan las diez plagas y el remedio para domar su golpe... (Canto
XI)
***
Cierto es
que mis ojos vomitan la noche, tela anoréxica de luz… (Canto
XIV)
Y así podríamos irnos escudriñando los rincones, las
orillas, los silencios y las líneas de estos XXIII cantos donde lo mismo nos
observan o nos sueñan, nos lloran o nos vomitan, a grado tal que nos hipnotizan
las miradas de Sótanos del insomnio,
¿y cómo no hablar de ojos con este título?
La poesía, generalmente nos invita a salvar el mundo sin
importarle que estemos a punto del suicidio. Porque la poesía tiende a ser
catártica; magia que engendra versos en el vientre de la página en blanco. Este
esplendor lo tiene no solo a bien saber sino dominado la pluma, el intelecto y
la sensibilidad de Yobany de José, cuyo numen es sin duda un universo surtidor
de imágenes:
Si algún
día amanezco con la soledad rechinándome en los dientes y vacío de fuerza para
enjugarme sus quejidos, deberían por precaución no hablarme de frente.
Piénsenlo como una transgresión al canon odOntológico y no como una desgana, o
como un parir silencios por el hocico. Ahora bien, si decido contradecirme y me
pongo a hacer gárgaras hasta por los ojos, pido por favor un kit completo para
el suicidio, color verde, quiero resaltar mis ojos.
Otros elementos que se encuentran dentro de las páginas de Sótanos del insomnio son: como ya
dijimos la noche, y los ojos… están de modo audible y visible: la luz y el
silencio, el fuego y el hambre, la voz y el deseo; de los cuales se desprenden
campos semánticos que ayudan a darle forma y fondo, sentido y estilo a estos Sótanos del insomnio. Esta serie de
conjunciones hacen pirotecnia con las palabras cazadas a mitad del viento. De
ahí es que surge el campo más apto para formular las sinestesias donde olfato,
gusto, vista, oído y tacto nos presentan un desfile de sinestesias en los
prosemas de Yobany de José.
Deseo
encontrarme con tu mirada al doblar con mis manos cualquier esquina y frotar mi
voz en tus ojos para enmohecer ese brillo que traigo atorado en las retinas. Canto XX
***
Supongo
que también las manos piensan, arrastran las fibras del calor hasta derramarlas
en el suelo, como las cosas a las sombras o como tus piernas a mi boca…Canto XIX
Pero qué es una sinestesia, sino el arte que refiere el uso
de elementos artísticos que involucran a diferentes sentidos conjuntamente. La
sinestesia es esa figura retórica que consiste en mezclar sensaciones de
sentidos distintos como acotamos antes, referidos a la audición, visión, gusto,
olfato, tacto omezclar dichas sensaciones con sentimientos como: tristeza,
alegría, amor, ira, etcétera, veamos este otro ejemplo.
Envejecido,
como cuando tus dedos se ponen a chupar el agua o como cuando me obligo a llorar
y tú metes la puntita de tus pies en el charco de mis ojos. Canto
XVI
La sinestesia fue muy utilizada
en el Simbolismo y el Modernismo, hoy día es una figura retórica de poco uso en
la literatura, sin embargo cuando se utiliza del modo correcto como es el caso,
le da a la creación literaria un plus que hace que el posible lector se
profundice en los mares sinestésicos que nos llevan tajantemente a la corriente
que va a la mar de las metáforas.
Mi sangre trae el automático,
la cosquilla del tacto desmenuzada, el aceite hecho caldo, lumbre, racimos de
plástico… Canto XIII
***
Mi nombre dilata las esquinas
de tus piernas, ni siquiera el espiral de tus dedos puede ahorcar su eco; como
si mi lengua llegara tarde a tu sed… Canto V
***
Tus yemas lamen los poros de mi
hambre con un filo de caricia, que corta sin herir; que esculpe una hemorragia
fingida donde remojo la punta de mis penas. Canto IV
Cabe acotar que la sinestesia no es una figura propiamente
de la poesía, también se da en la música, en la pintura… Si bien Sótanos del insomnio es un poemario
temático construido en prosa, es casi redondo, y digo casi porque quiero
señalar dos puntos que desde mi perspectiva crítica hacen que de una u otra
manera no llegue a la redondez: por un lado, tenemos el prosema o Canto XXI que
desde esta nueva lectura siento que rompen con el sentido y la temática y por
otro lado el uso de la comparación con el “como”. Si bien el “como” nos lleva a
la genética de la metáfora, el exceso hace que de pronto decaiga al lugar
común, el cual si bien no está peleado con los buenos versos y ellos
abundan y engalanan este poemario que tuvo a bien ser elegido de manera unánime
por los jurados dictaminadores del Premio Nacional de Poesía Rogelio Treviño
2017.
Enhorabuena Yobany de José García Medina.
Ciudad de México 2018.
Federico Corral Vallejo. Parral Chihuahua, 1969. Poeta, ensayista, crítico y editor. Entre sus
obras editadas destacan: Desprovisto de equipaje, A capella 440 y Cartografía de una casa. Su obra ha sido
traducida al inglés, francés y portugués; y editada en Estados Unidos, Cuba,
España, Argentina, Perú, Brasil, Puerto Rico y México. Dirige Tintanueva
Ediciones desde 1997.
No hay comentarios:
Publicar un comentario