Erasmo
Palma Fernández
Por Fructuoso Irigoyen
Rascón
Recordando
a Erasmo Palma Fernández (1928-2016), el genial compositor, músico, lingûista y
literato tarahumar que recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2002.[1]
Entre
el centenar de canciones y poemas que nos dejó Erasmo destacan dos hermosas
composiciones: chá sewetu, (muy
triste) y semati siyóname (hermoso
azul). La primera, nos presenta en unas pocas líneas una concepción del mundo
que se puede aplicar al tarahumar en particular, al indígena en general y al
ser humano por extensión: chá sewetu ne
bineri ko (es muy triste estar solo). El adverbio chá es muy interesante porque no
solo significa muy, sino que implica muy mal[2]
así chá okó -como en el título del librito
que con el mismo Erasmo publiqué- quiere decir, no solo que duele mucho, sino mucho
y muy mal. Chá sewetu o chá omona, significa precisamente es
muy y muy malo estar triste. La siguiente línea parece una oposición
dialéctica a la tristeza de la soledad: ¿piri
oraba nakichíwa rú? (¿qué hacemos odiándonos?) o tal vez es una explicación
de por qué acabamos solos y tristes. Líneas abajo nos explica: “né semati ga'reríame ko" (pero si es
tan bello amar, ser amantes de los demás ¿cómo es que preferimos odiar?).
Pudiéramos decir que esto implica que si terminamos solos y tristes es porque
hemos odiado. Mi interpretación es más sencilla: la soledad trae tristeza, la
soledad viene del odio y se combate con el amor.
Chá sewetu es, sin embargo, una.canción religiosa y por
eso añade después de proponer el amor como remedio para la tristeza y la
soledad, ir con dios: Onorúame yúa simiba
aré.
La
segunda canción nos habla primero del hermoso azul del cielo, después de las
estrellas que cuelgan en el firmamento: mí
re'pá (allá arriba) y reflexiona que a pesar de que nos portemos mal,
debemos ir a dios. La manera como lo propone, sin embargo, tiene un matiz
diferente: mientras que en la primera canción Erasmo dice: "ir con dios"
(Onorúame yúa simí) en la segunda
dice: “Onorúame najat.o”. Najato significa seguir, perseguir, como
el pastor persigue al rebaño o bien procurar. Owáame najato (procuro la/una medicina).
Chá sewetu y semati siyóname pertenecen al género de música de matachines;[3] mientras que la primera lleva un ritmo lento y triste,
la segunda es rápida y alegre.
Una tercera canción de
Erasmo, también música de matachines, a la que me gustaría referirme, no por su
profundidad filosófica como las anteriores, sino porque refleja la sencillez
del alma tarahumara. Se trata de Matirí
bureba re. Quien conozca de hierbas medicinales habrá oído del matarí o matarique. El uso de esta hierba es muy interesante: mientras que
los tarahumares la usan tópicamente para tratar diversas afecciones incluyendo la
mordedura de serpientes y en un té muy diluido[4] algunos problemas intestinales. Los mexicanos lo usan en
el tratamiento de la diabetes.[5] Es importante comprender que mientras este último
padecimiento es muy frecuente entre los mexicanos, es bastante raro entre los
rarámuris. Por lo anterior, y la canción lo reafirma el matarí: nos dará dinero y nos hará ir a tierras lejanas.
Matirí bureba re (haremos manojos de matarí) -se repite alegremente tres veces-
Wekabé narí simabo re (Iremos a tierras lejanas).
Matirí nijíba re (entregaremos el matarí)
Wenomí narepa are (dinero recibiremos)
Afortunadamente todas las canciones de Erasmo han sido rescatadas y se pueden encontrar en internet. Si no las has oído, búscalas, sé que te gustarán.
[1] Erasmo Palma Fernández o a la usanza
rarámuri Erasmo Palma Tuchéachi, además de haber sido mi gran amigo, fue mi
coautor para escribir Chá Okó, Manual de
Propedéutica en Rarámuri (1977,1986,2023) y valioso informante para mis
trabajos tanto en el campo lingüístico (Verbo Simea Simama 1983) y en el de la
medicina tradicional (Tarahumara Medicine 2015) Y estoy dejando de lado que mi
asociación con Erasmo comenzó mucho antes de que lo conociera en persona al
publicar en Cerocahui, una Comunidad en
la Tarahumara (1974) sus cuentos que habían sido recopilados y traducidos
por el Padre David Brambila SJ,
[2] Ver el Diccionario
Rarámuri-Castellano del Padre Brambila (Buena Prensa 1976) para un análisis
exhaustivo de esta partícula.
[3] Casi
todas las canciones de Erasmo pertenecen a este género, pero también compuso
varias que corresponden al del yúmari y alguna al de la pascola.
[4] Un té más fuerte es un poderoso
laxante.
[5] Algunos estudiosos han expresado
preocupación por una posible toxicidad hepática del matarí.
Fructuoso Irigoyen Rascón, autor de Cerocahui, una verdadera épica de la región, es médico con especialidad en psiquiatría, con una vasta y brillante práctica profesional. Es autor, además, de los libros Tarahumara Medicine: Ethnobotany and Healing among the Raramuri of Mexico y Nace Chihuahua, Gabriel Tepórame y Diego Guajardo Fajardo, los forjadores.
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