lunes, 3 de septiembre de 2018

Luis Kimball. Profundo Sinaí


Profundo Sinaí


Por Luis Kimball


I

En el ’77 entraba con mi papá a Chihuahua, por el norte. Pasando Mundo Feliz, me dijo: “Aquí ni un peso en la bolsa se cambia por sueños”.
Pero yo no buscaba El Dorado. Ya acabando el ’90, mientras cuidaba la tienda de Marcelo, un loco trató de perforarme con un cuchillo Mula del Army, por no dejarlo asaltar. Insistente. Lo saqué, pero no se estaba.
Al otro lado de la calle Américas (son seis carriles) estaba parado un vaquero con traje francés, camisa negra sin corbata y chaleco, también de un azul oscuro muy específico. Parecía esperar el camión.
Imagina un Johny Cash de 50 o más, o menos, pero no exactos. Nos ve saltando las mesas y hace ademán de mirarel reloj; luego atraviesa la calle a zancadas sobre botas tipo español, de mantarraya negra. No recuerdo que hiciera ruido.
Tomó el brazo del malandro, evidentemente más fuerte que yo, lo torció y lo bajó de la banca de un sopapo. Le dijo mientras lo abrazaba: “no te puedo devolver tu cuchillo porque andas muy pasado”.
Los botones del chaleco en cobre mate, que imitaba plata sahumada, tenían la doble B de Bill Blass. Volvió a ver el reloj: un pequeño Michele Herbelin sin más cosa en su carátula dorada que la manecilla de horas. No sé qué le dijo, pero seguro algo puntual, porque volvió a cruzar la avenida y el autobús se detuvo a recogerlo.
Un mesías algo gringo, algo samaritano. No sé, una ciudad como esta de dónde saca a estos personajes, o peor, ¿a dónde van?
Ya salvado regresé, recogí los Frutsis, me vendí un cigarro. Cerré la tienda y seguí leyendo: Una mujer en la oscuridad de Hammet, libro que deshace la trama de la novela. El día estabafrío


II

Estas semanas que empieza el siglo patino con óxido de cobre un mármol egipcio llamado Profundo Sinaí (brilla como oro y evoca muchas cosas). Ya no estoy seguro del sentido que guardaba esa frase de mi papá, pero entiéndola, dijo. Para que se modificara en el tiempo. Puedo describir su carro y lo que traía puesto.





Luis Kimball nació en Chihuahua en 1974. Vivió en Chihuahua, en Veracruz, en la ciudad de México, y ahora reside en Querétaro. Hizo estudios universitarios que no le satisficieron. Se interesa en el conocimiento y escribe desde joven, ha publicado en la revista Solar y en Manual del desierto. Es coautor del poemario Luna de hiel para tres, y autor de Puros de amor. Ha participado en la coordinación de espacios culturales y actualmente coordina el taller literario Escritura al día.

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