Profundo Sinaí
Por Luis
Kimball
I
En el ’77 entraba
con mi papá a Chihuahua, por el norte. Pasando Mundo Feliz, me dijo: “Aquí ni un
peso en la bolsa se cambia por sueños”.
Pero yo no buscaba
El Dorado. Ya acabando el ’90, mientras cuidaba la tienda de Marcelo, un loco
trató de perforarme con un cuchillo Mula
del Army, por no dejarlo asaltar. Insistente.
Lo saqué, pero no se estaba.
Al otro lado
de la calle Américas (son seis carriles) estaba parado un vaquero con traje
francés, camisa negra sin corbata y chaleco, también de un azul oscuro muy específico.
Parecía esperar el camión.
Imagina un
Johny Cash de 50 o más, o menos, pero no exactos. Nos ve saltando las mesas y
hace ademán de mirarel reloj; luego atraviesa la calle a zancadas sobre botas tipo
español, de mantarraya negra. No recuerdo que hiciera ruido.
Tomó el
brazo del malandro, evidentemente más fuerte que yo, lo torció y lo bajó de la
banca de un sopapo. Le dijo mientras lo abrazaba: “no te puedo devolver tu
cuchillo porque andas muy pasado”.
Los botones
del chaleco en cobre mate, que imitaba plata sahumada, tenían la doble B de
Bill Blass. Volvió a ver el reloj: un pequeño Michele Herbelin sin más cosa en
su carátula dorada que la manecilla de horas. No sé qué le dijo, pero seguro
algo puntual, porque volvió a cruzar la avenida y el autobús se detuvo a
recogerlo.
Un mesías
algo gringo, algo samaritano. No sé, una ciudad como esta de dónde saca a estos
personajes, o peor, ¿a dónde van?
Ya salvado
regresé, recogí los Frutsis, me vendí un cigarro. Cerré la tienda y seguí
leyendo: Una mujer en la oscuridad de
Hammet, libro que deshace la trama de la novela. El día estabafrío
II
Estas
semanas que empieza el siglo patino con óxido de cobre un mármol egipcio llamado
Profundo Sinaí (brilla como oro y evoca muchas cosas). Ya no estoy seguro del
sentido que guardaba esa frase de mi papá, pero entiéndola, dijo. Para que se
modificara en el tiempo. Puedo describir su carro y lo
que traía puesto.
Luis
Kimball nació en Chihuahua en 1974. Vivió en Chihuahua, en Veracruz, en la
ciudad de México, y ahora reside en Querétaro. Hizo estudios universitarios que
no le satisficieron. Se interesa en el conocimiento y escribe desde joven, ha
publicado en la revista Solar y en Manual del desierto. Es coautor del
poemario Luna de hiel para tres, y
autor de Puros de amor. Ha
participado en la coordinación de espacios culturales y actualmente coordina el
taller literario Escritura al día.
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