La caja de cerillos
Por Heriberto Ramírez
Luján
El eclipse de sol cerca del zenit ya oscurecía el cielo.
Las gallinas empezaban a reunieres en sus gallineros. Todos en El Tecolote, la
pequeña ranchería donde vivíamos, estaban a la expectativa. Las embarazadas se
metieron en los roperos de sus casas. El desconcierto se removía entre mi
curiosidad de niño y la tajante prohibición de ver directamente al astro rey.
Mi padre me dice –ven, lo veremos de este modo. Sus toscas manos de campesino
levantaron la tapa de una caja de cerrillo, esos de La Central, luego le hizo
un pequeño orificio en el centro, y con un lápiz rayoneó la base por su parte
interior. Luego, hizo pasar la luz por el agujero y ¡oh sorpresa! la imagen del
eclipse se proyectó sobre la mancha negra hecha con el lápiz.
Tardé mucho tiempo en
darme cuenta de que mi padre me había elaborado en cosa de dos o tres minutos
una cámara oscura. Hasta ahora me sigue intrigando saber cómo lo aprendió.
Nunca se lo pregunté.
Heriberto Ramírez Luján, filósofo mexicano, redacta la lógica con precisión de cirujano. En sus ensayos y libros de filosofía y también en sus textos literarios. Sobrio y elegante profesor, el estoicismo es divisa de su estética. Y de su gran estilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario