Por Martha
Estela Torres Torres
La poesía es la heredera de esta tierra,
la mejor hada en campos y ciudades;
inspiración que yace bajo perfume de madreselvas,
no deja de aletear, como las Monarcas de nuestras riveras.
Todos los días celebramos la poesía,
se avisora lenta al amanecer como un destello
que proyecta la aurora.
A medio día germina con la fuerza de los
tulipanes
y florece con distintas versiones de emoción y
sentimiento.
A veces palpita en la alegría, y en la
tristeza enmudece.
Adolorida al anochecer medita en las horas
mansas.
Crece al ritmo de los trigales
para inventar atardeceres.
Se mira en el espejismo de la realidad
hollando, subterránea, criptas de la memoria.
Se guarda inverosímil en los pliegues del amor
para escapar de los incrédulos.
El insomnio la impulsa a jugar con la noche
imprimiendo el dolor, la incertidumbre,
y la esperanza en pétalos de luna nueva.
Ahora duerme, no la despiertes, sueña con un manantial de signos: construyendo belleza, izando la verdad y compartiendo la luz.
Martha Estela Torres Torres tiene licenciatura en letras españolas y maestría en humanidades. Entre sus libros publicados están: Hojas de magnolia, La ciudad de los siete puentes, Arrecifes de sal, Cinco damas y un alfil, Pasión literaria y Árboles en mi memoria, Seis lustros de letras y La cólera del aire. De 2009 a 2018 fue profesora de literatura en la Facultad de Filosofía y Letras y acutalmente es editora en la Universidad Autónoma de Chihuahua.
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