Declaración de extranjería
Por Lilvia Soto
Sostengo que nací, pero no aquí,
soy hermana de los de piel de medianoche,
los de espíritu de aurora,
los de sabor a canela,
los dulces como el maracuyá,
los que creen en Jesús,
en Alá, Yahweh, Buda, Tláloc,
o en abrazar al triste
y alimentar al hambriento,
los de sexualidad polimorfa,
y los castos como un unicornio,
los que nacieron aquí, o ahí,
los que piensan nacer
en altamar,
o en una nave espacial,
este año, o el próximo.
Ratifico que sí nací, pero no aquí,
que cuando quiero conversar
con el Espíritu Creador,
le ruego, Bendice
a los adolescentes y a los niños,
bendice las abejas, las lombrices,
los perros de la pradera,
bendice los tejocotes,
el epazote, la flor de calabaza,
el sol, el viento y el granizo,
el alcatraz y el cempasúchil,
bendícenos a los lunáticos,
y no olvides a los extraterrestres.
Juro que sí nací, pero no aquí,
que aquí y allá,
soy dolorosa, extraordinaria,
irremediablemente,
extranjera.
Lilvia Soto nació en Nuevo Casas Grandes, emigró a Estados Unidos a los 15 años, reside en Philadelphia, Pennsylvania. Tiene un doctorado en lengua y literatura hispánica de Stonybrook University en Long Island, Nueva York. Ha enseñado literatura y creación literaria en Harvard y en otras universidades norteamericanas. Fue cofundadora y directora de La Casa Latina: The University of Pennsylvania Center for Hispanic Excellence. Fue directora residente de un programa de estudios en el extranjero de las universidades Cornell, Michigan y Pennsylvania en Sevilla, España.
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