Yo opino/ la columna de Aracely
El privilegio de escribir
Por Aracely Sánchez Ruiz
Si tienes la mala costumbre de leer mi columna semanal, seguramente sabes que me gusta ver los estrenos y los desenlaces de telenovela y hacer mis propias reseñas, con sus respectivas críticas de lo que me gusta y de lo que no.
Pero si crees que te voy a hacer el resumen de Golpe de suerte, que llegó a su final el domingo (como quien dice: “se les acabó la suerte”), estás en un error.
Absolutamente no. En esta ocasión se me ocurrió escribir algo diferente, tomando como base el último capítulo de El privilegio de amar, que se transmitió hace una semana, el martes 13 de febrero, por Las Estrellas.
La producción de Carla Estrada se emitió originalmente hace 25 años (del 27 de julio de 1998 al 26 de febrero de 1999) y su repetición comenzó el 11 de octubre de 2023, al principio de 15:30 a 16:30 horas, después de Teresa y, cuando esta terminó, desde las 14:30.
Contó con las actuaciones de Adela Noriega y René Strickler como la pareja protagónica, además de Helena Rojo, Andrés García, Enrique Rocha y Cinthia Klitbo.
Para ponerte en contexto, si no la viste ni entonces ni ahora, te cuento que Helena interpreta a Luciana, una exitosa diseñadora, dueña de una casa de modas, que en su juventud se enamoró de Juan de la Cruz (César Évora), el hijo de su patrona Ana Joaquina (Marga López). Juan estaba por ordenarse sacerdote.
La noche antes de que él regrese al seminario, Juan y Luciana se dejan llevar por la pasión y tiempo después ella descubre que está embarazada, pero cuando Ana Joaquina se entera la corre de su casa sin pagarle su último sueldo (a lo mejor ni los anteriores, la muy miserable).
Luciana da a luz a una niña, pero sumida en la pobreza se ve obligada a dejarla a las puertas de una rica mansión, donde supone que tendrá una vida mejor. Para su mala suerte, y de la recién nacida, los dueños de la casa dejan pronto el país, sin llevarse a la criatura; la entregan a un orfanato.
Años después, Cristina (Adela) es esa niña que al crecer llega a la empresa de Luciana con la ilusión de ser modelo, pero esta, sin saber que es su hija, “le hace la vida de cuadritos”, oponiéndose a su relación con Víctor Manuel, que es hijo del primer matrimonio de su esposo, el popular actor Andrés Duval (Andrés, muy original el nombre del personaje).
En medio de todo este relajo, la exnovia de Víctor Manuel, Tamara (Cinthia), regresa de un largo viaje para “reclamar lo que es suyo”, con la anuencia de Luciana.
Lo que Luciana no sabe es que Tamara es la amante de Nicolás Obregón (Enrique), otro actor que es acérrimo rival de su marido.
Así las cosas, después de 155 capítulos cargados de encuentros y desencuentros, amor y odio, en el último episodio Tamara remplaza a Ofelia (Lourdes Munguía), la actriz que hace el papel de Desdémona en la representación teatral de Otelo, que protagoniza Nicolás, y lo apuñala con la daga que este mandó a hacer especialmente para su personaje.
Pero el actor, con sus últimas fuerzas, estrangula a Tamara, mientras los espectadores creen estar viendo el desarrollo normal del quinto acto. Cuando el staff apenas se da cuenta de lo que en realidad está pasando, cierran el telón.
Aquí es donde surge mi ejercicio literario/ periodístico: ¿te imaginas los titulares de los periódicos tras el homicidio de un actor por una amante desquiciada, en pleno escenario, con teatro lleno? ¿No? Pues aquí te muestro mi versión de los hechos:
Muere Nicolás Obregón
Lo apuñala una amante durante el último acto de Otelo
De la Redacción
El primer actor Nicolás Obregón fue asesinado el viernes por su amante, Tamara de la Colina, durante la escena final de la obra Otelo, que él producía. Antes de morir, el histrión ahorcó a su victimaria, quedando los dos tendidos sobre el escenario del Teatro.
Los hechos ocurrieron la noche del estreno, cuando De la Colina ingresó sin ser vista a los camerinos del teatro y tomó el lugar de Ofelia Beltrán, quien hacía el papel de Desdémona en la conocida tragedia de William Shakespeare.
La actriz declaró que Tamara llegó a su camerino durante el intermedio del cuarto al quinto acto, supuestamente para felicitarla por el estreno, que le ofreció algo de beber y de inmediato se sintió mareada. Perdió el conocimiento y cuando despertó Tamara se había ido llevándose su vestuario y la había encerrado con llave. Gritó pidiendo ayuda, pero esta tardó en llegar. Para cuando logró salir ya los cuerpos yacían muertos sobre la cama, en medio del escenario.
Se presume que mientras Nicolás decía sus últimas líneas, Tamara entró en escena, el rostro cubierto por un velo; tomó una daga que estaba sobre la cama y se recostó fingiendo ser Ofelia. Antes que el actor pudiera reaccionar, la mujer lo apuñaló en la espalda, pero aún moribundo fue capaz de apretarle el cuello con las manos hasta asfixiarla.
Cuando se dieron cuenta de que algo raro estaba pasando, los técnicos bajaron el telón, mientras el público se preguntaba por qué nadie salió a recibir los aplausos.
Nicolás Obregón fue un actor guanajuatense nacido en 1940. Tuvo una amplia trayectoria en cine, teatro y televisión desde 1965, en la que predominaron los papeles antagónicos, por lo que recibió varios premios como mejor villano.
Se desconoce desde cuándo tenía una relación con Tamara de la Colina, quien fuera esposa de Víctor Manuel Duval, hijo del también actor Andrés Duval y de quien se estaba divorciando.
¿Y bien? ¿Qué te parece?
Collage de Aracely Sánchez Ruiz
Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabajó 18 años en El Heraldo de Chihuahua, donde inició como correctora y los últimos doce años como reportera de la sección de espectáculos y cultura. Actualmente escribe notas y comentarios en Facebook.
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