En la foto Rubén Beltrán Acosta
Filósofo de Milán
Por Heriberto Ramírez
Repartía volantes a la
salida de una estación del metro en Milán, era de unos 60 años, de pelo blanco
y bigote abundante del mismo color. Sin saber qué, advertí algo familiar en él,
tomé uno de los volantes, avancé unos pasos y leí “por una izquierda radical”.
Me regresé para preguntarle qué significaba eso, me puntualizo lo mismo que
aparecía en el volante, pero en cuestión de segundos nos enfrascamos en una
conversación amigable; me habló de sus lecturas de Tony Blair, Anthony Giddens,
Amarthya Sen, de las prácticas políticas del ministro alemán Schröder, de la
tercera vía y además me comentó que había estado en México, en la parte de
arriba, señalando con sus manos, como quien señala una meseta.
—¿En Cancún? —le
pregunté.
—Sí —me dijo.
Me dio su dirección y
quedé de escribirle.
Al llegar a Chihuahua
me encontré el volante en el que aparecía su foto con la leyenda “Giovanni
Cominelli, diputado y filósofo laureado”. Fue justo en ese momento en que se me
develó el misterio de su familiaridad al percatarme que nuestro cronista de la
ciudad de Chihuahua, el estimado profesor Rubén Beltrán, tiene en esta parte
del mundo a su doble, solo que en versión italiana.
Heriberto Ramírez Luján, filósofo mexicano, redacta la lógica
con precisión de cirujano. En sus ensayos y libros de filosofía y también en
sus textos literarios. Sobrio y elegante profesor, el estoicismo es divisa de
su estética. Y de su gran estilo.
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