PRIX
Por Luis Kimball
Recuerdo ventanas
de carretera
y velocidad,
el
parabrisas atacado por insectos;
y los rayos
blancos que dividen
la ida de la
vuelta.
Las manos
firmes de mi padre
que empuñaban
el transcurso estelar
de la noche,
unido a las luciérnagas de cuarzo
de nuestro
radio (todo era nuestro)
mezclado con
la música local,
hundido en
la banda asfáltica del universo.
Cuando no se
conoce el destino (por que se tengan
cinco años,
o por traer el sustento familiar
sobre las
ruedas)
el mundo no
es
mayor que la
carretera
y no hay
eternidad.
Igual que mi
padre, Mario;
sus hermanos
y otros negociantes
tienen una
tumba en la carretera, (las crucecitas
de la
orilla)
con ataúdes
bien afinados y alineados y a veces
con
mercancía
(Los
corredores sueñan con muertes como estas:
fundirse con
la máquina).
También me
contaba de los fantasmas de la carretera:
que en su
mayoría fueron vacacionistas.
Sabía que
mentía y estaba triste
la meta de
un vendedor es volver a la casa con dinero.
En las
imágenes de ese entonces hay de todo:
coyotes,
maestros, libélulas;
restaurantes en la gasolinera.
restaurantes en la gasolinera.
Casi no recuerdo
mujeres, solo a mi madre;
la grava y
el precio de los automóviles:
Precios de 1978
VW
(nuevo)___________$ 60,000 M.N.
Chevrolet
Impala ‘73_____$ 65,000 M.N.
LTD ‘74_____$ 96,500
Büick ‘77______________$
140,000
Llantas
Firestone_________$ 1,400°° (PAR):
Luis
Kimball nació en Chihuahua en 1974. Vivió en Chihuahua, en Veracruz, en la
ciudad de México, y ahora reside en Querétaro. Hizo estudios universitarios que
no le satisficieron. Se interesa en el conocimiento y escribe desde joven, ha
publicado en la revista Solar y en Manual del desierto. Es coautor del
poemario Luna de hiel para tres, y
autor de Puros de amor. Ha
participado en la coordinación de espacios culturales y actualmente coordina el
taller literario Escritura al día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario