De repente más viejo
Por Jesús Manuel Camúñez Ochoa
Era el mismo que noches atrás había conocido
en el puesto de hamburguesas. Traía el morral de lona, chamarra de cuero, la
misma camisa y pantalón, hasta las mismas botas vaqueras. Lo que no
traía era la tejana roja. Caminaba lento y encorvado, parecía que de repente se
hubiera hecho más viejo: tenía el pelo sucio y enmarañado, los ojos lagañosos y
el bigote desarreglado, las espinas de la barba. Caminó hacia un rincón y dejó
caer el morral para después sentarse sobre él.
Fui a despedir
a mi prima Juana a la estación del ferrocarril, porque se
regresa a su casa después de pasar las vacaciones de Semana Santa con nosotros.
Ya el tren se había ido y me regresaba cuando lo miré: me parecía imposible que
fuera el mismo. Apenas hacía dos noches que lo había conocido bien línea, muy
contento porque al fin, después de seis años de andar trabajando allá en el
otro lado, volvía con su familia.
***
— Sirva más botana aquí para mi
amigo. Y usted también éntrele, compa, yo le pago todo.
El escuálido muchacho traía el pelo cortado a rape.
Preparaba las hamburguesas y no dejaba de tallar el comal, casi se le salían
los ojos cada vez que el ranchero sacaba los rollos de billetes verdes, los
puros dólares. Con la boca abierta escuchaba las aventuras que el tipo aquel
nos relataba, todas las cosas que le habían pasado.
El ranchero andaba muy
contento, había tomado varias copas y decía que yo era su amigo, sí, nomás
porque le dije al cantinero,
un rato antes,
que el dólar se cambiaba a doscientos y que si seguía pagándoselo a ciento
cincuenta, mejor se los cambiaba yo para que pagara la cuenta y de una vez se
fuera a ver a su familia. De ahí en delante muy compas, me abrazó y hasta me
invitó a comer.
Me acuerdo que cuando nos
despedimos platicó que
le iba a pagar cinco mil pesos a una patrulla para que lo llevara a su casa con
la sirena a todo volumen y las torretas prendidas. Según él, que para darle una
gran sorpresa a su mujer.
***
Pensando todo esto y haciéndome
un montón de preguntas, me acerqué a donde estaba para saludarlo, pero antes de
que yo abriera la boca volteó y me pidió un cigarro. Me busqué la cajetilla en
la bolsa de la camisa y como no traía lo invité a que fuéramos a comprar una
cajetilla. Se levantó de mala gana y me siguió. Ya de camino
le pregunté si no se acordaba de mí. Me miró con atención y se quedó medio
pensativo. Entonces
le recordé lo de la otra noche, cuando nos había dicho que en el morralito cargaba ropita
gabacha que les traía a sus hijos. Se paró y se me quedó viendo de clavo, con
los ojos muy abiertos, después puso cara de burro calabacero y empezó a pujar,
y me lo contó llorando como un niño chiquito.
***
Me
contó que
cuando le había enseñado los dólares a los patrulleros, se habían quedado como
de palo, luego se bajaron y lo gasearon, lo tupieron a macanazos y patadas para
después bajarle toda la lana; lo dejaron ahí mismo tirado como a un perro.
Bien madreado y sin un cinco en
la bolsa llegó a su casa. Su mujer en cuanto se repuso de la sorpresa lo tupió
a sartenazos, no le creyó que lo hubiera asaltado la chota. Ni siquiera lo dejó
ver a sus hijos. Le dijo: borracho, indecente, peleonero y quien sabe cuántas
cosas más. Para acabarla de torcer, lo corrió de la casa.
***
Pobre amigo. Saqué de la bolsa
los diez dólares que él mismo me había regalado de recuerdo de la otra noche y
se los di. Me dio las gracias y me dijo que ya se iba otra vez para el otro
lado, a ver si ahora corría con mejor suerte.
22 diciembre 1984
Jesús Manuel
Camúñez Ochoa nació el 8 septiembre 1955 en Cahuizore, Municipio de Ocampo,
Chihuahua. Estuidió en la Escuela Secundaria Abraham González, en Saláices,
Chihuahua. Participó como cuentero en el Encuentro Internacional de Cuenta
Cuentos en Guadalajara, en 1989, en la Tercera Feria Internacional del Libro de
Guadalajara, FIL. Participó en Yucatán en 1990 como cuentero en el Segundo
Encuentro de Asnacc (Asociación Nacional de Cuenta Cuentos), en el Aniversario
de la Fundación de la Ciudad de Mérida, Yucatán. Se dedica a dar conferencias y
espectáculos de Cuentero en Valle de Allende Chihuahua, donde actualmente
radica. Como cuentista, ha publicado relatos y cuentos en la revista literaria Azar y en los suplementos Letras al
margen, de El Heraldo de Chihuahua y
en Aura y ProLogos, del periódico Novedades
de Chihuahua.
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