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El
fusilado
Por Luis Fernando Rangel
Los soldados llegaron al amanecer. El rumor se corrió por
el pueblo en cuestión de minutos.
—¿A qué vendrán?
—Pos sabrá Dios.
—Dios nos ampare.
Así decía la gente.
Fueron de casa en casa. Sin palabras. Solo golpeaban a la
puerta. Y si abría un hombre, un cachazo al rostro; si abría una mujer, un
empujón hombro a hombro. Entraban a la casa y buscaban. Luego gritaban.
—¿Con el gobierno o con los revoltosos?
Y todos decíamos que con el gobierno. Aunque no lo conociéramos.
Aunque para nosotros gobierno fueran esos soldados que golpeaban y robaban. Y
de todos modos, aunque dijéramos que con el gobierno, mataban a muchos. Por
ejemplo, a mi familia la mataron: nos formaron en fila y nos dispararon. A mí
no me dispararon a matar. Y así, nomás quedé yo.
Me acuerdo de todo clarito. Mi mamá decía Mijito, no vea, cierre los ojos, y yo
nomás decía Sí, amá y Sí, apá. Y pum. Los ví caer y luego yo
también caí. Vi todo rojo. Los brazos y las piernas me ardían. Escuché a los
soldados reír y luego los pasos. Se fueron. Y yo nomás me decía Te les pelaste, Pedro, te les pelaste, ¿pero
ahora qué vas a hacer solo?
Luis Fernando Rangel es licenciado en letras españolas por la Universidad Autónoma de Chihuahua. Actualmente es Jefe de Unidad Editorial en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH, donde es editor responsable de la revista Metamorfosis y conductor del programa radiofónico El Pensador en Radio Universidad. Es autor de los libros Hotel Sputnik, Conversación de dos gatos, Poemas para un Lugar Común, Dibujar el fin del mundo y Los líricamente desmadrados. En 2019 coordinó el taller de poesía y la antología No haremos obra perdurable. Recientemente obtuvo el IV Premio Nacional de Poesía Germán List Arzubide con la obra Corridos de caballos.
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