Cáncer
Por Karly S. Aguirre
A
Fernando Lugo Zamora
Cáncer
Fecha: 21 de junio -
22 de julio
Elemento: Agua
Planeta regente: La Luna
Piedra: Piedra luna
Día: Lunes (por su regente lunar)
Etapa: La infancia media (de los 6 a los 9 años), cuando surgen los primeros
lazos profundos, el sentido de pertenencia y el desarrollo emocional.
Arcano: La Luna
Cáncer es el cuarto
signo del zodiaco y el primero de modalidad cardinal en el elemento agua, lo
que lo convierte en el iniciador del mundo emocional y afectivo. Si Aries
prende la chispa, Capri la estabiliza y libra la hace circular, Cáncer la
protege, la nutre y la hace florecer desde el corazón. Su temporada marca el
inicio del verano en el hemisferio norte, un tiempo de calidez, hogar y
recogimiento interior.
Como signo de agua,
Cáncer habita el reino de las emociones, los recuerdos y los vínculos más
íntimos. Es un signo profundamente sensible, empático y protector, que necesita
sentirse seguro para abrirse. Su mundo interior es vasto, lleno de intuiciones,
sentimientos antiguos y una memoria afectiva que guarda tanto lo hermoso como
lo doloroso. Cáncer es el guardián del hogar, de la familia, de las raíces.
Regido por la Luna,
astro cambiante y cíclico, Cáncer experimenta sus emociones como mareas:
intensas, fluctuantes, a veces contradictorias. Esta regencia le otorga una
poderosa intuición, una capacidad casi psíquica para percibir lo que otros
sienten sin que lo digan. Pero también lo vuelve susceptible, fácilmente herido
por lo que sucede a su alrededor. Su coraza no es frialdad, sino una forma de
proteger su suavidad interior.
Cáncer representa la
etapa de la niñez entre los 6 y los 9 años, cuando comenzamos a formar un
sentido claro de pertenencia: la familia, los amigos cercanos, el hogar. Es la
edad en la que los vínculos emocionales se profundizan, cuando empezamos a
cuidar de otros y a elegir quienes nos cuiden, con quienes nos sentimos en
familia. Es el momento en que la imaginación se vuelve nostálgica y la emoción
comienza a tener peso, historia, memoria. Cáncer quiere nutrir, recordar,
proteger y, sobre todo, amar.
Aunque a veces se le
acuse de ser demasiado sentimental o cambiante, lo cierto es que Cáncer posee
una fortaleza emocional silenciosa, que se manifiesta en su capacidad para
sostener a quienes ama incluso en la tormenta. Es ese amigo que te lleva comida
caliente cuando estás triste, que recuerda tu canción favorita, que te abraza
sin que tengas que pedirlo. Su forma de amar es maternal, constante,
protectora. Puede no decirlo con palabras, pero lo mostrará con acciones llenas
de intención.
Cáncer nos recuerda
que la vulnerabilidad no es debilidad, que cuidar es un acto revolucionario y
que el pasado vive en nosotros no para detenernos, sino para nutrirnos.
Los cánceres no olvidan jamás lo que les hiciste sentir: si fue bello, te
guardarán en su corazón para siempre; si fue doloroso, te recordarán cada vez
que llueva. Si te metes con un cáncer, su forma de destruirte será ignorándote
como si nunca hubieras existido.
Cáncer es
representado en la astrología sumeria con el dios más poderoso, Enki. Enki era
el dios del agua dulce, la sabiduría, la magia, la creación y las artes.
Gobernaba sobre el abzu, el océano subterráneo de aguas dulces, y se le
atribuía la capacidad de dar forma al mundo a través del conocimiento y la
palabra. Era protector de la humanidad, inventor de los rituales, y una figura
profundamente compasiva.
Los enemigos de Cáncer
siempre se manifiestan en grupo, pero aun así, Cáncer siempre resulta vencedor.
Karla Ivonne Sánchez Aguirre estudió en el bachillerato de artes y humanidades Cedart David Alfaro Siqueiros, donde estuvo en el especifico de literatura. Actualmente estudia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH. Escribe relatos y crónicas en redes sociales.