miércoles, 1 de octubre de 2025

Alas

 

Foto: Pedro Chacón


Alas

 

Por Anabel Caro

 

Parecen nubes, pero no. Son ángeles que llevan en sus alas a las almas buenas. El viento las acaricia al pasar. Hay en mi pecho un dejo de melancolía al contemplar desde mi ventana que ellas se van. Ya se van.

 


Anabel Caro Rascón. Exposiciones colectivas consecutivas del año 2001 al 2013 con fotografía. Participación en obras de teatro del género cómico escritas y dirigidas por una ella. Elenco: maestros, alumnos y trabajadores administrativos, de 2002 a 2012. Sede: Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Formó parte del grupo de fotógrafos de la Facultad de Artes. Ha publicado su obra en Diario de Chihuahua.

Una marca de la cabeza en la almohada

 


Una marca de la cabeza en la almohada

 

Por Sergio Torres

 

Después del adiós uno se queda una marca de la cabeza en la almohada, cabellos en la coladera, la camisa preferida, verde, con su gran número 7 al frente, que ella usa para dormir. A veces incluso cuando el nuevo viene a tomarla en brazos para pasearla en la nave de los besos, abrazos y caricias.

Después del adiós, aunque tengas su número de teléfono y la dirección de donde vive, no hay más felicitaciones por el día del abogado, el ingeniero, el químico. No hay más flores amarillas en la primavera para ninguna de ellas, ni austral ni septentrional‒. No hay canción de cumpleaños, ni llamada para compartir la buena noticia o pedir ayuda de esas manos que antes acariciaban con íntima confianza.

Después del adiós, todo depende de la madurez de los protagonistas. La ausencia se viste de desprecio. El milagro de amor se transforma en el milagro de odiarse, también nada más porque sí.

Después del adiós, las canciones favoritas se transforman en un triste recuerdo.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

lunes, 29 de septiembre de 2025

La ejemplar historia de una mujer libre

 


La columna de Bety

La ejemplar historia de una mujer libre

 

Por Beatriz Aldana

 

La vida es una constante rueda, si no de la fortuna sí rueda al fin. Traigo a colación este tema porque recientemente una persona de mi gran estima fue sometida a una delicadísima intervención quirúrgica. Mi pesar era que, debido a que a esa persona le sobran más que le falten seres queridos con toda la disposición de cuidarle, de estar al pendiente de su progreso convaleciente, a pesar de eso yo, con gran ilusión y con cierta devoción, me propuse dejar de hacer todo asunto propio para dedicarle tiempo, compañía y cuidados a mi gran amigo.

Pero quiso el destino que yo visualizara algo que tal vez no tenía mayor importancia, pero que a la postre, después de tanta observancia innecesaria, pero también un tanto de curiosidad, hizo que mi rueda girase en sentido contrario, por la tristeza, frustración, desesperanza y un sentido de pérdida, por el entusiasmo observado en cada una de las publicaciones aparecidas en esta a veces fatídica carretera digital, que las más de las veces ha provocado rompimientos sentimentales, amistosos, incluso de trabajo.

Regreso a lo que comento en relación con las visualizaciones observadas, las cuales me condujeron a cavilaciones equivocas, incluso a retomar costumbres ya puestas en un cajón, como las bebidas espirituosas, tal vez con la intención de que de pronto al beber una o dos copitas se acallaran esos sentimientos nada halagüeños.

Y nada, así como menciono lo de la rueda, me percato de una cosa: Todo ese tiempo empleado en cavilaciones, toma de decisiones, y en algún momento, el agradable estado etílico, me dio el valor de expresarle a él algo que siempre guardaba celosamente en mi yo interno, y era esto:  no está en mi ser la compañía perenne o constante de absolutamente nadie, hay algo en mí que me lo prohíbe.

Tal vez sea que desde niña, por avatares de la a veces injusta vida, quedé huérfana de madre, y por consiguiente huérfana de familia, porque los hermanos jamás ocupan la labor de una madre ni en cariño, ni en atención y mucho menos en educación. Así que desde los 14 años hasta ahora a los 72, que tengo, siempre he sentido ese inmenso deseo de libertad.

Por fortuna me he tomado en este largo caminar con gente que ha comprendido a carta cabal esta manera mía de ser. Por ahí a veces me dicen: Dame la receta para sonreír y ser tan feliz como luces siempre.

Bueno, pues no hay receta. No sabría dar cada persona los ingredientes.

 


Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.

El mundo, Episodio 2/2

 


El mundo, Episodio 2/2

 

Por Sergio Torres

 

... que el piso es lava, que no debes pisar las rayas en las banquetas, las junturas entre los mosaicos; que no debes pasar la sal en la mano del receptor, sino colocarla sobre la mesa, enfrente suyo; que, si llega a caerse, tomes un poco y lo arrojes por encima del hombro.

Aquellas de mi viejita chula: Que cubras los espejos; que no toques la guitarra mientras hay tormenta eléctrica; que no dejes los trastes sucios en la noche; que te cubras la cabeza con la yarmulka cuando haces la oración diaria, o con el schtreimel, en el shabbat.

Las supersticiones no tienen un sustento, solo convenciones y anécdotas que le han pasado al primo de un amigo.

En particular, hoy estoy muy cansado. Los lunes son el día más pesado de la semana después de un fin en el que tuve presentaciones estresantes, en condiciones climáticas adversas. Y mañana tengo un vuelo por tomar.

Soy un hombre de mundo. Estudié una licenciatura, varios diplomados y estoy en una maestría, no debería creer en estas cosas.

Pero... mi madre tenía un fuerte dolor estomacal el domingo, dolor que continúo el lunes y, un martes, la ingresaron al hospital y no salió con vida: el miércoles, después de dos paros cardíacos, descansó de este mundo tridimensional.

Por alguna razón, tengo casi un mes con una sensación persistente de náuseas. He estado vomitando varios días de estos, hasta vaciar el estómago y desechar sangre. Cuando me preguntan cómo estoy, la respuesta de la voz en lo cabeza dice: Muriendo lentamente mientras sonrió y contesto con mi clásico Chaparro, prieto y feo.

En efecto, siento que me estoy muriendo.

La póliza de seguro ahí está, a la mano, por si se requiere. Y tengo a los niños del jardín diciéndome: Hay alguien detrás de ti, profe. Claro que lo sé, lo siento, y siento que me voy, pronto, tal vez el día de mañana.

A pesar de toda mi formación y de mi cosmopolitaneidad, tengo un par de transgresiones a mi falta de fe.

La primera: no viajar sin besar, hacer el amor a tu persona amada.

La segunda: no viajes en martes.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

domingo, 28 de septiembre de 2025

El mundo, Episodio 1/2

 


El mundo, Episodio 1/2

 

Por Sergio Torres

 

Soy un hombre de mundo en el más eufemístico sentido de la frase: he ido de aquí para allá y de regreso, he probado las comidas que me han ofrecido, las bebidas; he intentado las costumbres de algunos sitios, tocar esta piedra, madera, hacer este gesto, intentar aquella práctica, como esa de lanzar una moneda en la fuente de Trevi, o dar un beso en el Callejón del Beso. Con todas sus curiosidades, esto de ser humano es muy entretenido.

Una de las actividades favoritas para mí, por lo curiosa, es la superstición: una maravilla de hilos de pensamiento que llegan de un punto A a uno Z a través de correlaciones fantásticas. Ejemplo, cuando eres niño y piensas que, si no llegas a la esquina antes que el camión, morirás.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

Abu Saleh

 

Foto: Pedro Chacón

Abu Saleh

 

Por Lilvia Soto

 

Le entregaron 23 kilos

y Abu Saleh

cargó la bolsa,

caminó, y

vio la imagen de su hijo

cargando

la pesada bolsa

del mercado,

su hijo que no quería

que su viejo cargara

algo tan pesado

 

Su hijo

llegó a casa

cantando, riendo

bromeando con sus hermanos

presumiendo a su madre

su gran fuerza de hombre

su amor por su padre

 

Aquí vamos otra vez,

Hijo,

cada paso,

mis pies más lentos

la bolsa más pesada,

tú más liviano

pero, cómo le digo a tu madre

cómo le explico

que tus delgados brazos

ya no cargan la bolsa

en la que me entregaron

23 kilos

23 mil gramos

gramos y pedazos

ni uno completo

huesos sucios y astillados

cubiertos del polvo

de la mezquita

pedazos de carne

pedazos de mi hijo

de ti, de tu carne

de tus pies

tus ligeros pies

con los que ibas a buscar agua,

de tus brazos  

con los que cargabas

la pesada bolsa del mercado,

tus amorosos brazos

con los que abrazabas a tus hermanos,

de tu cabeza

con la que soñabas estudiar

cuando abrieran la universidad,

de tus ojos sonrientes

tus ojos sin luz

de tu boca sin canto

tu boca sin bromas,

sin risas

sin un beso para tu madre.

Pero. ¿Cómo le digo?

¿Cómo le explico?

 


Lilvia Soto nació en Nuevo Casas Grandes, emigró a Estados Unidos a los 15 años, reside en Philadelphia, Pennsylvania. Tiene un doctorado en lengua y literatura hispánica de Stonybrook University en Long Island, Nueva York. Ha enseñado literatura y creación literaria en Harvard y en otras universidades norteamericanas. Fue cofundadora y directora de La Casa Latina: The University of Pennsylvania Center for Hispanic Excellence. Fue directora residente de un programa de estudios en el extranjero de las universidades Cornell, Michigan y Pennsylvania en Sevilla, España.

sábado, 27 de septiembre de 2025

Biorges


 

Biorges

 

Por Daniel Salinas Basave

 

Creo que la de Borges y Bioy fue la dupla literaria más productiva y fascinante del Siglo XX, algo así como lo que fueron Maradona y Caniggia en la albiceleste. Álvaro Uribe se permitió denominar al dúo como una criatura híbrida amalgamada a la que llamó Biorges. Ahora mi amigo José Ciccone me ha regalado una bellísima pieza de literatura minimalista en Editorial Sudamericana: Cuentos breves y extraordinarios, una selección de 111 relatos compilados por Georgie y Fito.

Aunque el arco temporal de esos textos abarca más de dos milenios, todos los están hermanados por su vocación mini. Los más largos (que son pocos) no exceden las tres páginas, y los más breves apenas un párrafo. Ideal para leerse de madrugada en riguroso desorden. Hay por supuesto no pocas piezas de mitología oriental y arábiga, pero también una buena cofradía de monstruos sagrados de los últimos dos siglos, llámense Poe, Stevenson, Hawthorne, Kafka, mi paisano regio Alfonso Reyes, y por supuesto, Silvina Ocampo y Elena Garro (los dos amores de Bioy).

Hace no mucho pepené Alias/ Obras completas en colaboración, la compilación que hizo Lumen de todos los textos escritos a cuatro manos por este par de excéntricos porteños, con seudónimos comunes como H. Bustos Domecq y B. Suárez Lynch.

Lo más fascinante es lo disímil y contrastante que fue esta dupla. Borges casto, edípico, inmerso a perpetuidad en la profundidad del bosque libresco, y Bioy con su esencia de playboy casanova, tan hábil para el tenis como para conseguir chicas. Aún así, se las arreglaron para escribir y cenar juntos durante más de medio siglo. Y, no conformes con ello, dieron rienda suelta a su pasión como editores y antologadores compartiendo las lecturas que les apasionaran. Qué bonito es lo bonito.

 


Daniel Salinas Basave es licenciado en derecho, periodista y escritor. Ha colaborado en EsquireGatopardoMilenio Replicante, entre otras publicaciones. Trabajó como reportero en El Norte de Monterrey y en Frontera, de Tijuana. Actualmente tiene espacios editoriales semanales en Semanario InfoBajaSuplemento Cultural PalabraSíntesis tv y San Diego Red. Es Premio Estatal de Literatura Baja California 2010 por Réquiem por Gutenberg. Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2014 por Cartografías de Nostromo. Relatos de espías, embajadores y embusteros. Premio Gilberto Owen de Literatura 2015, en la categoría de cuento, por Días de whisky malo. Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2015 por El lobo en su horaLa frontera narrativa de Federico Campbell. Ganador del Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2015, en el género de ensayo, por el trabajo titulado Bajo la luz de una estrella muerta.

jueves, 25 de septiembre de 2025

Nacha Martí Alonso, pintora de murales

 

Foto: Pedro Chacón

Nacha Martí Alonso, pintora de murales

 

Por Guadalupe Ángeles

 

No estoy segura de cuando empezó a elegir los colores y la pared donde dejaría constancia de su talento, quizá aún sea pronto para saberlo o probablemente no sea preciso fijar un punto en específico. Tampoco sería capaz de hacerlo, pues siempre me sentí, en sus manos de artista, a la vez el muro, los colores y el pensamiento que daba fuego a ese arte, a esa suerte de alquimia. 

       Mis recuerdos son imprecisos, pero los de ella son exactos: nos conocimos en Tonalá, Jalisco; ella conserva un jarrito con la fecha de aquel evento: Encuentro de Escritoras. Vagamente está en mi memoria el haber discutido en algún momento, quizá entre la comida de clausura, o yendo hacia alguna de las conferencias magistrales, por aquel entonces mi mente infantil tenía una necesidad imperiosa de afirmarse mediante los improperios.

       En ese evento conocí su trabajo de investigación sobre Silvia Ocampo, esa escritora argentina cuyo brillo fue opacado, en el tiempo histórico que le tocó vivir, por apabullantes presencias, no porque fuera concurso, pero convivir con Borges, árbol de ramas y raíces profundas, transformaba a cualquiera, ella fue como un rosal. Y hacia allá fue Nacha Martí con su mirada generosa, como toda ella, nos acompañó hasta cada una de esas rosas y pudimos tocar la suavidad de sus pétalos y disfrutar de su aroma.

Luego me contaría que hizo un viaje a la Argentina y habló con familiares de Silvina; así profundizó en el estudio de su obra y logró una visión completa de esta mujer de letras. Creo que nunca le pregunté por qué no escribió su biografía.

Aquel despliegue de amor por la obra de la escritora argentina me llevó a pedirle ese escrito para publicarlo en el Área Cultural del diario La Nación de Paraguay, que por entonces dirigía la poeta Susy Delgado.

       Más tarde en Vigo, España, le entregué la versión en papel de esa publicación. Quedó así establecida la hermandad: España/Paraguay/México.

       Tiempo después, como quien lanza una botella al mar, le escribí un correo electrónico en el que daba rienda suelta a mis sueños más delirantes. Así estrechamos con entusiasmo mutuo nuestro lazo de sororidad y empatía.

      Se planteó por entonces que fuera a Zaragoza, la ciudad española donde ella vive. Tal propuesta echó a volar mi imaginación, dada como es a hacer bocetos que quizá no lleguen a concretarse, pero en esa danza, que mi amiga veía con toda la seriedad del mundo, le contaba y me contaba escenarios posibles. Yo no sabía por entonces de su generosidad sin límites, la cual la llevó a diseñar con toda precisión los detalles de mi presentación literaria en Zaragoza, mientras yo, sin un peso en la bolsa y el entusiasmo por las nubes, penduleaba entre proyectos fantásticos y humildes reuniones entre amigos. ¡Qué poco sabía sobre su capacidad para hacer los sueños realidad!

       Fue septiembre la fecha acordada para llegar allá, después de correos electrónicos que daban cuenta de la entrega al proyecto de esta dibujante excelsa. Yo lo único que hice fue sortear problemas de división entre mis sueños más alocados y el hecho concreto de pagar el boleto de avión. Una vez hecho esto, llegué y fui recibida con un amor de hermana que me hizo la vida muy fácil, pues tanto ella como Carlos, su esposo, me abrieron las puertas de su casa y llevamos a cabo dos presentaciones de mi obra, para entonces al fin en suelo español.

Para tranquilidad de mi guía por aquellas tierras, y de Pepe Fernández, y de Julia Millán, propietarios de la Librería Antígona, quienes probablemente dudaban incluso de la existencia de la autora, no digamos del libro propuesto para su presentación ahí en la librería, en la calle Pedro Cerbuna número 25, No es luz mas enceguece, el cual llegó conmigo y con En el corazón de la mañana y Las virtudes esenciales, nacidos todos de la vocación que en este septiembre, y gracias a los buenos oficios de quien ya para entonces fungía como ángel guardián, me llevaron a vivir, gracias al estudio profundo y generoso que ella hizo de los mismos, un hito en mi vida como escritora y como ser humano.

Tanto la presentación en la Librería Antígona, como la realizada en el Aula Tres, de la segunda planta del Centro Cívico Universidad (ubicado en la calle Violante de Hungría número 4), el sábado 6 de septiembre, fueron eventos fantásticos en los que mostramos ambas armonía en la exposición, ella del estudio minucioso que hizo de lo que he escrito a través de los años, y yo de los poemas que me sugería leer.

Quienes fueron al Centro Cívico también pudieron disfrutar de la magistral clase en la que Nacha Martí entrelazó la cultura japonesa con la obra de la ceramista Ángeles Casas y la escultora Victoria Arbeola, quienes cedieron sendas piezas para la presentación en la que se manifestaron diversos puntos de convergencia entre España, Japón y México. Un detalle entrañable fue escuchar a la escritora Mar Mata cantando una canción ranchera.

       Nuestro público también participó, leyendo un par de poemas de No es luz mas enceguece y haciendo preguntas sobre el proceso creativo y la manera en que empezó mi vocación, cuestionamientos que enriquecieron nuestro intercambio de pensares y sentires.

      Luego, el jueves 11 de septiembre, en la Librería Antígona tuvimos lleno total, se vendieron varios libros; de nueva cuenta hicimos patente la armonía en nuestra manera de dirigirnos a los escuchas, quienes participaron y, tal como lo expresó Pepe Fernández, nuestro anfitrión, se formó un microclima muy especial entre la exposición erudita de Nacha Martí, el contenido de los poemas leídos y la atención de nuestros invitados a quienes, nobleza obliga, les comentamos que toda obra literaria está muerta hasta que el lector le da vida con su atención y desciframiento, que solo ante la mirada del otro es posible la existencia plena.

Esta aseveración es cierta tanto para el arte como para los seres, de ahí que, gracias a la mirada atenta de Nacha Martí Alonso, septiembre 2025 fue un hito, tanto en mi escritura como en mi vida; y ambas, permanecen en colores deslumbrantes en el Mural que mi gran amiga, con su talento ha pintado.

       Mi gratitud eterna por su erudición y don de gentes, que me regaló este septiembre a manos llenas.

 


Guadalupe Ángeles nació en Pachuca, Hidalgo. Fue directora de la revista Soberbia. Entre sus obras se encuentran Souvenirs (1993), Sobre objetos de madera (1994), Suite de la duda (1995), Devastación (2000), La elección de los fantasmas (2002), Las virtudes esenciales (2005) y Raptos (2009). Ha colaborado en ÁgoraEl FinancieroEl InformadorEl OccidentalLa Jornada Semanal; en las revistas electrónicas nacionales Al margen y Argos y en las españolas: Babab y EspéculoPremio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 1999 por Devastación.

El sueño era cierto

 


El sueño era cierto

 

Por Sergio Torres

 

Tomarla de la mano parecía sencillo

como el amanecer,

o la noche caer de pronto.

 

Llenarme de su risa

era como abandonar

esta tierra y encontrarme luego

 

en el cielo azul

de sus ojos.

Como respirar bajo del agua,

despertar y darme cuenta de que no soñaba.

 

Mirarla desde lejos parecía imposible

como ver directo al sol

sin dañar el corazón.

 

Saber que de su mirada

ya no existía

mi aura,

 

en su cielo azul

en sus ojos,

fue como alucinar y darse cuenta

de que la pesadilla iniciaba.

 

Despertar de ti.

Despertar sin ti.

Es como soñar que estás despierto,

despertar y darte cuenta de que el sueño era cierto,

y se acabó.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Libra

 


Libra

 

Por Karly S. Aguirre

 

A Elpidia García

 

Libra
Fecha: 23 de septiembre - 22 de octubre
Elemento: Aire
Planeta regente: Venus
Piedra: Cuarzo rosa
Día: Viernes
Etapa: La adolescencia tardía (de los 17 a los 19 años), cuando se forman vínculos más profundos, se busca la propia identidad en relación con otros y se desarrolla el sentido de justicia.
Arcano: La Justicia

Libra es el séptimo signo del Zodiaco y el segundo del elemento Aire. Si Géminis explora ideas y Acuario las proyecta hacia el futuro, Libra busca el equilibrio entre ellas, creando armonía. Es la energía que escucha, dialoga y media; la fuerza que entiende que no existe una verdad absoluta sin considerar la perspectiva del otro. Regido por Venus, planeta del amor y la belleza, Libra se mueve por la búsqueda de la unión, el arte y la justicia.

Su temporada inicia con el equinoccio de otoño, el momento en que la luz y la oscuridad se encuentran en perfecto balance. Este instante simboliza la esencia libriana: el punto medio entre opuestos, el lugar donde los extremos se reconcilian. Así como el otoño marca la transición entre la plenitud del verano y la quietud del invierno, Libra nos recuerda la importancia de los cambios suaves, del diálogo y la cooperación.

Como signo cardinal de Aire, Libra es iniciativa que nace de las ideas y de las relaciones. Es diplomático por naturaleza, pero no por evasión, sino por una necesidad profunda de comprender y armonizar. Su búsqueda no es imponer, sino integrar. Libra sabe que no existe belleza sin contraste ni paz sin justicia.

Regido por Venus, Libra tiene un amor natural por la estética, el arte y la conexión humana. Donde otros ven caos, Libra encuentra patrones y armonías. Así como Venus en Tauro celebra los placeres tangibles, en Libra se eleva hacia lo simbólico: la belleza de una palabra justa, de una idea bien expresada, de una relación equilibrada.

La etapa vital que representa Libra es la adolescencia tardía, cuando la persona comienza a definirse a través de sus vínculos y a comprender que la vida es también convivencia y compromiso. Es el momento de las primeras decisiones que afectan a otros, de descubrir que la libertad individual convive con la responsabilidad compartida.

Aunque Libra suele ser percibido como indeciso, su duda proviene de su deseo genuino de justicia. Antes de actuar, observa, sopesa, considera cada ángulo. A veces tarda en elegir, pero cuando lo hace, su decisión busca el bien común. Libra es el amigo que media, la pareja que escucha, el artista que crea belleza como un acto de sanación.

Libra nos enseña que la vida es un baile entre dos fuerzas, que la justicia nace de la empatía y que la verdadera armonía no es la ausencia de conflicto, sino la capacidad de transformarlo en entendimiento y crecimiento compartido.

 


Karla Ivonne Sánchez Aguirre estudió en el bachillerato de artes y humanidades Cedart David Alfaro Siqueiros, donde estuvo en el especifico de literatura. En agosto 2025 se graduó de la licenciatura en letras españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH. Escribe relatos y crónicas en redes sociales.

Libertad


 

Libertad

 

Por Sergio Torres

 

Quiero mi casa junto al mar, junto al río, en la montaña, en la ciudad. Quiero viajar de este lado del mundo al otro, recorrer los caminos que hoy nos separan y sentarme contigo, frente a ti o junto a ti, beber café, vino, vida. Platicarnos del viaje, qué has descubierto en este chispazo de estar conscientes bajo el eterno azul. Qué ha sido crecer, aprender, amar, dar vida, criar hijos, amar a tus hermanos y amigos, entender que todo el universo es para ti.

Quiero mi libertad de crear un mundo fuera del mundo, seguir salvaje de pensamiento, palabra, obra y omisión, soñar con la misma fiereza con que un adolescente se enfurece porque sí y se entusiasma también por lo mismo.

Soy libre de entender la vida en mi propio lenguaje, de compartir mis descubrimientos y aceptar que nadie frente a mí tiene por qué entenderme.

Todos somos yo. Todos libres.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

martes, 23 de septiembre de 2025

Respirar

 


La columna de Bety

Respirar

 

Por Beatriz Aldana

 

Hoy iniciaré La columna de Bety como en retrospectiva. Recuerdo mi edad: siete añitos, siempre de la manita de mi mamá. Ella se llamaba Jesusita, porque su nombre de pila era Jesús, en masculino, un solo nombre. Regresando a lo de la manita, una vez me llevó al doctor, en el Seguro Social, y escuché al mencionado doctor cuando le dijo que yo tenía una enfermedad muy seria, la cual irremediablemente me llevaría a la muerte.

Mi mamá lloró mucho y con todo el dolor me dejó ahí, se despidió de mí, yo ataviada con la típica batita azul. Me pusieron en una sala de seis camas para mí solita, permanecí internada aproximadamente tres meses. A diario miraba por el ventanal para atisbar la hora de llegada de mi mamá.

Desde pequeña me han atacado enfermedades de muy difícil tratamiento, hasta el sol de hoy, pues mi hígado quedó casi destruido. Por eso los medicamentos que me lleguen a recetar casi resultan en vano, porque mi hígado no logra metabolizar adecuadamente las sales o antídotos que lleguen a contener. Lo mismo pasa con diferentes alimentos totalmente prohibidos en mi dieta.

Mi mamá murió cuando estaba aún pequeña. Crecí como alguna vez lo dijese yo misma en una forma un tanto peyorativa:  "como un perrito callejero".

Y por lo tanto, siempre tomé lo que se presentaba en mi camino de vida, así que muchas veces me equivoqué (en parejas, en amistades), jamás en mis empleos, que dicho sea de paso siempre fueron de alto nivel y por consecuencia ahora tengo buenos beneficios de ellos por jubilación y por los bienes adquiridos.

Pero ahora regreso a la endeble salud. Un simple resfrío en mí tiene la capacidad de inhabilitarme por espacio de 40 días por los resquicios que quedan de él. Ahora, a mi edad un tanto avanzada, me queda muy claro que si no tengo la debida precaución en estos resquicios que me quedaron, indudablemente que el futuro no es en absoluto halagüeño.

He de añadir que mi estructura física es tremendamente endeble, por la delgadez de solo 42 kilos, y qué decir de la estabilidad emocional: soy extremadamente sensible, lo cual no abona a tener la entereza suficiente para sobrellevar situaciones que las más de las veces me hieren profundamente por mi exagerada entrega a cualquier sentimiento amoroso, u amistoso. Soy el tipo de persona que se entrega con una fidelidad absoluta a la pareja, a las amistades, cuando debería comprender que eso se da en personas de tipo especial como yo, y no en la generalidad.

Para dar fin a esta crónica, haré mención de que la última doctora que atendió mi problema de falta de mejoría en mi salud fue esta:

 

No estaría por demás que buscara ayuda terapéutica, porque usted no tiene problema infeccioso: sus pulmones se escuchan bien, por lo tanto llego a la conclusión de que esto es una enfermedad psicosomática provocada por un evento, circunstancia que le está provocando una inestabilidad emocional. Por alguna razón, usted tiene temor de solucionarla, tal vez por la tristeza o pérdida que llegase a provocarle, la decisión de finiquitar. Eso es solamente decisión suya"

 

Efectivamente, buscaré ayuda profesional para hacer un último intento para recuperar mi salud.

 


Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.