lunes, 9 de abril de 2018

Antonieta Ariel

Después de vivir rodeada de tantos

Por Antonieta Ariel

Permítanme una reflexión que parece para mí más que para compartir, pero me inspiraron los amigos hablando de la soledad.

Me encanta mi soledad después de vivir rodeada de tantos, tantos, ahora me falta tiempo para hacer todo lo que quiero hacer, o para no hacer nada nadita, sin salpicar a nadie. Al igual también que meter el hombro a mi hija cuidando a la nieta, haciéndola de abuela madre maestra amiga de vez en cuando, o alguno que otro fin de semana, y por lo tanto llenar cada segundo de cosas para otros, con tanto gozo por no ser más que un placer sin obligación ni pose.

Soy terapeuta y muchas horas de la semana mis minutos son para acompañar a otros. Añorando la soledad del nadie con uno también. Decidir todavía después de 12 o más años de ponerme en pausa, sigo sin animarme a quitarla.

Creo que me falta vida para estar conmigo misma, crecer y pulirme como para estar a la altura de lo que quiero, para quien me encantaría me acompañara en esta etapa de la vida, eso es el sueño. Pero si no llega, solita es mejor que perder energía conmiserándome. Ya llegará. Si no es en esta, en la vida que sigue, quien tenga la altura requerida y me haga renunciar a mi apapachada soledad y quite la pausa.

Mi abuela decía que hay más tiempo que vida. Hoy es el único y bendecido momento y oportunidad para intentar ser feliz. Mi nieta me dice en las mañanas que se queda en mi casa, al levantarse: "Tata, ¿verdad que somos muy felices?" Y en ese preciso instante agradezco infinitamente el recordatorio que me manda el universo a través de mi adorada. Somos felices y privilegiados. No se nos olvide. La soledad es privilegio y herramienta.

Si la sufres, estás en mente creando pensamientos que por algo se apellidan miento. Pensa-miento, de miento, me miento, me cuento cosas tristes para crear emociones y aventar energía, y entre menos energía, peor, solo círculo vicioso.

A gozar de cada segundo a solas y ojalá bien acompañados, pero yo si algún día se diera, que uf no creo, sería de "entrada por salida", pues la soledad de mi espacio jamás la cambiaré por nada en esta vida.

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