miércoles, 22 de octubre de 2025

Lluvia

 


Lluvia

 

Por Anabel Caro

 

Entre la lluvia,

una mesa y dos cafés,

hay cierta sensación

con encanto divino.

 


Anabel Caro Rascón. Exposiciones colectivas consecutivas del año 2001 al 2013 con fotografía. Participación en obras de teatro del género cómico escritas y dirigidas por una ella. Elenco: maestros, alumnos y trabajadores administrativos, de 2002 a 2012. Sede: Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Formó parte del grupo de fotógrafos de la Facultad de Artes. Ha publicado su obra en Diario de Chihuahua.

Halloween today


 Diseño de la imagen: Rubén Rey

Halloween today

 

Por Rubén Rey

 

Posiblemente lo más hermoso de las fiestas de Halloween es el surrealismo que las envuelve: un Spider-Man tirado en el piso, pedísimo. Un Shrek dándole un fajezote olímpico a una princesa Aurora mientras una Korra se agarra las chichis viéndolos. Algún afortunado Shaggy en la esquina ya se sacó el pito y Mario Bros se está dando un pasezote en la mesa de la sala mientras alguna enfermera se la está mamando. Un agente Smith desmadró el lavabo del baño.

 


Rubén Rey es licenciado en ciencias de la comunicación, egresado de la Universidad Regional del Norte y tiene una maestría en comercio por el Tecnológico de Chihuahua. Es doctor en humanidades por la UACH. Escritor comercial y científico.

lunes, 20 de octubre de 2025

Historia de cuando mi amiga fue mi gurú

 


La columna de Bety


Historia de cuando mi amiga fue mi gurú

 

Por Beatriz Aldana

 

La palabra, que en sí es un adverbio de tiempo, nunca, que la utilizamos con frecuencia por diversas circunstancias que nos ocurren, aquí la traigo al tema por lo siguiente: Las mujeres la tenemos casi por costumbre al platicar con la amiga a quien más le confiamos nuestras vivencias, y con mayor razón las sentimentales de pareja.

Pues bien, hace algunos días para ser exactos: siete días, le manifesté a mi amiga, cuando me preguntó si yo regresaría con "alguien" que al parecer tiene mucho que ver con esa tristeza escondida que difícilmente se oculta tras de una casi desbordante algarabía.

Recuerdo claramente la conversación, que, dicho sea de paso, estaba acompañada de unas copitas de un bourboun bastante potable, y efectivamente expresé ese adverbio de tiempo: ¡nunca!

Y, efectivamente, esa palabra no debiera pronunciarse porque a las palabras no se las lleva el viento.

Les cuento esto porque, de esos siete días al día de ayer, resulta que ya mi físico, mi espíritu, mi corazón y tal vez mi alma no resistían esa sensación de pérdida inútil, ya que, como me lo había comentado en otra conversación otra de mis muy queridas amigas así:

Bety: Los amores a nuestra edad, y más cuando es notorio que es sincero por parte de él hacia usted, no debieran tirarse por la borda tan solo porque  se le dice lo que en el fondo usted sabe que es verdad. Lo tomó como un insulto cuando en realidad era para concientizarla de esas no cualidades. Por supuesto para reparar en ellas y con la finalidad de hacer de usted una mejor persona.

Ciertamente está conversación con ella hizo que bajarán tres rayitas a mi orgullo y admití que esa tristeza y desolación estaban mermando con cierta severidad sobre todo mi estructura física.

Gracias a esa conversación, afortunadamente tuve el valor de hacer un audio con toda la sinceridad que albergaba mi corazón expresándole a él mi deseo de reanudar esa relación en las condiciones en que fueran posibles.

Se llega una a una edad en que ya no es posible regresar a la lejanísima adolescencia, juventud, en que erróneamente se perdían relaciones por un malentendido y mal empleado orgullo.

Así que tomaré como una experiencia el no decir nunca “nunca”, porque, como coloquialmente se dice: Del plato a la boca se cae la sopa.

Y heme aquí: tres días continuos de convivencia con quién indudablemente ha sido, y será, mi angelito de sanación.

 


Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.

domingo, 19 de octubre de 2025

Periodismo, ética y derecho

 

Foto: International Federation of Journalists

Periodismo, ética y derecho

 

Por Osbaldo Salvador Ang

 

Chihuahua, octubre 2015. Sostengo que las instituciones deben mantener las puertas abiertas para quienes entran, para quienes salen y aún para quienes regresan. No deben convertirse en camisas de fuerza ni en ataduras para quienes, en forma provisional, o temporal, expresen inconformidad o falta de identidad con estas.

Son momentos, son etapas, y así hay que tomarlas. Pero nunca debemos manipularlas para excluir, ni para restringir derechos, ni para minimizar la participación de quienes creemos que son nuestros enemigos, sobre todo al interior de las mismas.

La ética, utilizada por los maniqueos y los sofistas de hoy, aquellos que pretenden disfrazar de verdad la mentira con razonamientos válidos pero falaces, la usan como escudo protector, pero no la usaron nunca en la práxis.

Que se haga justicia en los bueyes de mi compadre; que sean los demás los que respeten los valores de la ética, pero no yo cuando tuve la oportunidad de llevar a la práctica los postulados que hoy esgrimo.

Ciertamente yo estuve presente José Darío Restrepo colocó encima de la norma legal a la norma ética. Hizo así esa valoración por la característica milenaria de ser autoimpuesta por el individuo sin necesidad de que le imponga su cumplimiento un tercero.

Suena muy bonito.

Pero faltó preguntarle al periodista colombiano, y hoy lo hago a quienes le invocan y le colocan en un santuario casi divino: ¿Si la ética se autoimpone y alguien no desea hacerlo, lo vamos a obligar? ¿Es ético imponer a los demás nuestros valores y nuestra forma de ver las cosas? ¿Es ético que yo sea obligado a pensar como los demás? ¿Cómo obligar al otro a que se autoimponga mis valores éticos o mis valores de grupo?

No hay manera, colegas, porque dejaríamos de hablar de ética.

La solución, la maravillosa solución, es la ley. Es lo que rige hoy por hoy, al mundo entero.

Y la ética, por supuesto, no está fuera de la ley, sino que ha bañado con sus valores a la norma legal. Por eso se ha construido un proceso legislativo a través de órganos de representación que en el supuesto hipotético velan por los intereses de la sociedad al momento de construir cuerpos normativos.

Pero no es prudente ni oportuno ahondar más en este tema. Vale decir que, por eso, en los colegios y asociaciones existe un orden estatutario y un orden ético. En el primero, se está obligado a cumplir sus normas y existen sanciones previstas en caso de fallar; en el segundo, el asociado se autoimpone la norma, sin sanciones en caso de incumplimiento, porque coincide plenamente con sus postulados éticos.

Ahora me permito formular algunos cuestionamientos vinculados a teoría y a la práxis de la ética, porque es muy fácil invocarla, pero no lo es acreditar su ejercicio:

a) ¿Es ético que dos o tres personas hayan intentado disolver legalmente al Colegio de Periodistas después del hoyo negro que se abrió en mayo con la renuncia de un asociado y el caos en que se sumió por meses al disputar sin acuerdos la presidencia?

b) ¿Es ético haber votado en contra de publicar en la página de la institución las finanzas mensuales, como lo hicieron?

c) ¿Es ético haber dejado al Colegio a la deriva durante más de diez años, sin padrón oficial de socios?

d) ¿Es ético haber ejercido recursos de origen público en la oscuridad, sin rendir informes ni cuentas durante más de diez años?

e) ¿Es ético no haber construido los estatutos durante diez años, habiendo tirado al piso las comisiones que se les asignaron a varios de los que hoy braman por esta ciencia o arte?

f) ¿Es ético ganar elecciones llevando a votar a personas que no pertenecen al colegio, y prohibir a otras, que sí lo son, su derecho a sufragar?

g) Es ético no ejercer el periodismo y exigir a otros ejercerlo para poder ser asociados de la institución?

h) ¿Es ético no participar en la elaboración de estatutos, en la creación de un padrón oficial y en la transparencia en el ejercicio de los recursos, pero si oponerse a todo lo que se construya?

g) ¿Es ético tirarse al piso, rasgarse las vestiduras, llorar como Magdalena, pregonar en Facebook, atacar, calumniar, mentir dolosamente y simular valores sin practicarlos?

¿Es ético oponerse sin razón alguna, de manera irracional, al ingreso de asociados jóvenes al Colegio de Periodistas?

¿Qué es, entonces, lo ético?

¿Es ético lo que nos favorece, lo que nos conviene, lo que queremos ver en los demás, pero no en nosotros? ¿Es ético lo que deben hacer los demás pero no nosotros?

Debemos ser más serios en nuestros juicios, menos ruidosos, menos estridentes, más institucionales, metidos en los cauces propios de la institución, menos protagonistas, no alucinar persecuciones ni amenazas (a veces ni siquiera las merecemos), y llevar a cabo acciones que fortalezcan al colegio de periodistas, con hechos, no con palabrería vana; con trabajo, en las formas institucionales, sin falsos heroísmos ni martirologios.

No hagamos de este capítulo la rebelión de los voceros; mejor contribuyamos a llevar a buen puerto al Colegio. Como todos saben, los miembros del Consejo Provisional nos comprometimos a concluir nuestro encargo en diciembre próximo, cuando hayan de celebrarse elecciones para elegir al nuevo consejo 2016. En mi caso, para fortuna de ustedes, expresé, y así lo he de cumplir, que no participaré en planilla alguna.

Les invito a leer los nuevos estatutos y discutir las formas institucionales que rigen ya la vida del colegio. Sin duda, como toda obra humana, deberá complementarse por medio de acuerdos de asamblea, pero cumple con normar las principales situaciones que se presentan en su diario funcionar. Existe ahora un comisario externo, una junta de honor que resolverá los problemas internos, un comité electoral que organizará todo tipo de elección sin que meta las manos el consejo directivo y obligaciones instituidas para publicar en forma obligatoria todos los ingresos y los egresos de la institución.

Lo demás, son fantasmas.

Saludos.

Osbaldo Salvador, octubre 2015

 


Osbaldo Salvador Ang es licenciado en letras españolas por la Facultad de Filosofía y Letras y licenciado en derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Editor de libros y autor de textos narrativos. Fundador y director del muy famoso periódico digital laopcion.com.mx.

sábado, 18 de octubre de 2025

A casa

 


A casa

 

Por Sergio Torres

 

Si todo va bien, este es mi último viaje. La vida es tan abundante en sorpresas y alegrías que no hay menos que vivir agradecido. Estoy despierto, respiro, siento hambre, calor, dolor, las incomodidades propias de la vida. Siento también, la alegría de ver a mis niños crecer, a mi Puyeke flotar por el universo cada vez más seguro de sus pasos.

Disfruto la compañía de unos cuantos, la ausencia de muchos otros, el reencuentro con viejo amigos, el abrazo amoroso de quien bien me quiere y es correspondido. Disfruto estar vivo; solo estoy cansado.

No creas que es esa nube de despertar con una idea cambiar un foco, por ejemplo y perderme en la neblina de quehaceres de tal manera que, en la madrugada del día siguiente, cuando necesito luz en ese armario, me recuerdo que hay que cambiar el foco.

Tampoco es el hastío propio de realizar el mismo trabajo durante 37 años, eso es imposible para mí: cuando eres maestro de música cada escuela, cada grupo, cada niño, niña, joven o jóvena, cada maestra solo maestras, porque trabajo en preescolar tiene su manera única de apropiarse del Cielito lindo, La cucaracha, Jesusita en Chihuahua o Navidad Rock.

Estoy cansado del alma. Un cansancio profundo e inevitable como las canas, la vejez o que te guste alguien y que, a pesar de las apariencias, resulte que le gusta escuchar a Arjona. Así de trágico

Estoy cansado. No es cansancio físico. Me levanto y voy al gimnasio, hago mi rutina de baile con los alumnos, asisto a ensayos, soy el chófer de mi hijo, me encuentro con mis amigos y charlamos. Amo encontrarme con ellos y descubrir que su mundo y la visión del mismo se van transformando. Cada encuentro es una sorpresa.

Pero estoy cansado. Quiero llegar a casa.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

viernes, 17 de octubre de 2025

El lugar dónde reside la belleza

 



El lugar dónde reside la belleza


Por Sergio Torres

 

Estás ahí, dónde reside la belleza. En un lugar del universo delimitado por tu piel, tu altura, la luz de tu mirada, el perfume de tu cabello.

Es necesario abrir bien los ojos para mirar detrás de la apariencia.

Eres un milagro que desafía la lógica: Toda la dulzura y la fiereza, todo el candor y la furia. Claridad y misterio.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

jueves, 16 de octubre de 2025

Averiguatas

 



Averiguatas

 

Por Sergio Torres

 

Me llaman para pedir informes de clases de música. Cuál es el instrumento más barato. El más caro. El más fácil. El más difícil. A todo esto respondo: guitarra, fagot/oboe, teclado, violín... pero que la dificultad no radica en el instrumento, sino en la mentalidad del que aprende: estudiando, cualquiera toca.

Me preguntan que cuánto cobro la hora de clase individual de instrumento, les digo que 300 pesos y me dicen:

¿Por una hora?

Respondo:

Naturalmente. Si usted es capaz de hacer notas largas por una hora, le aseguro que va a desarrollar un sonido redondeado y profundo.

Pero yo soy el que va a hacer todo el trabajo, traer el instrumento, cargarlo, tocar. ¿Y encima me va a cobrar?

Sí, por enseñarle autocrítica, humildad, disciplina.

¿Y tiene garantía?

-Sí. Usted asista doce semanas, dos horas por semana y va a salir leyendo, tocando. Pero, si llega tarde una sola vez, o viene sin haber estudiado, o falta, me paga las doce semanas y pierde la garantía.

Ah, no, profe, no se vale ¡Estudiando, cualquiera toca!

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

miércoles, 15 de octubre de 2025

¿Existes?

 


¿Existes?

 

Por Sergio Torres

 

Entre todas las posibilidades de existir, aquí estás. Pecho a pecho. Abrazada a mí. Tu respiración tranquila y tu cuerpo fresco buscando la calidez.

Cansados, nos dejamos abrazar por la noche. En mi mente se difuminan los números de la renta, el agua, el gas, la luz, la comida, el teléfono, la gasolina para el auto, el mantenimiento, el seguro de vida, el seguro del coche, el abono del terreno donde quiero hacernos una casa para vivir allá cuando seamos más viejos y no tengamos tanta prisa por correr detrás de los sueños.

Allá donde aún la noche es obscura, se miran las estrellas, el mundo es amable, dulce, auténtico. Allá donde se puede recoger leña del bosque y cocinar con ella en una estufa de ladrillos, de adobes, de bloques, y se echan las tortillas sobre algún disco olvidado.

En los amores modernos, José ya no da todo por María, y María no sabe aceptarlo todo. Ambos se reinventan roles, reescriben historias, se declaran emancipados de las milenarias tradiciones donde el otro es de uno tanto como uno es del otro.

Aun así, a la hora en que sobra la ropa y la mirada es fuego, la vieja canción de amor sigue sonando, se agita el corazón, se acelera la respiración, los cuerpos se buscan, se gozan con fruición y el deleite se magnifica con alguna sonrisa ocasional, coqueta, una leve mordida, reflejo de deseo y pasión, una mirada a los rincones donde la vista jamás se posa en un lunes último de mes, a las 10:30 de la mañana.

En ese instante, todo es Venus, fuego intenso y permanente búsqueda por que el presente, se solidifica en un roce, un beso, éxtasis eterno por lo memorable, frágil. Por lo efímero.

Aquí estás, al menos en mi mente. Gozo de tu carne morena y de la dulzura de tu voz, de una caricia a mis ojos en esa mirada enorme que me recibe como el girasol a la luz, mezcla de bendición, sorpresa y deseo. Toda una mujer. Vida mía.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

martes, 14 de octubre de 2025

Olas

 


Olas

 

Por Sergio Torres

 

La ola vespertina llega de repente, la marea está subiendo, el viento cambia de dirección, la temperatura del día anuncia la inevitable llegada de la noche, de un momento a otro, poco a poco al principio, luego de golpe, con el último rayo de sol. La noche se instala sobre la playa en la Bahía de Ohuira.

Los jejenes, que se habían ocultado de la intensidad del sol, comienzan su búsqueda de pieles con falta de vitamina B y comienzan su búsqueda de capilares sanguíneos de los que beber. La vida florece en el interior de sus diminutos vientres, es urgente que se alimenten, la vida reclama vida para seguir siendo.

Mientras tanto, mi corazón arrítmico te recuerda, te sueña, te desea: los frutos de una mirada, el elixir de un perfume, la calidez de un beso, la entrega apasionada.

La ola vespertina, esa que anuncia la transformación de todo, cambia mi alma cada día por una más amarga, seca y llena de flores, flores del desierto, con un aroma profundo y una resistencia infinita. Olas de mi mar.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

lunes, 13 de octubre de 2025

La red

 


La columna de Bety

La red

 

Por Beatriz Aldana

 

Hay una canción que canta Michael Bolton se llama Cuando un hombre ama a una mujer, bueno, me voy a permitir cambiar el título así: Cuando una mujer ama a un hombre. Entraré de lleno al tema: Hay una diferencia abismal entre el sentir de un hombre y el sentir de una mujer cuando de parejas se trata.

Ahora me atreveré a hablar en primera persona. Aquí voy. Conocí a un hombre, el cual me contactó por vez primera por la Web. Me resistí un poco, dada cierta inseguridad en mi apariencia física, y, ¿por qué no decirlo?, una cierta dispersión en cuanto a mi carácter, tal vez motivada por años de soltería. Soltería por divorcio.

Bueno, al fin se dio el encuentro ya en persona y hubo una buena empatía. A raíz de ello, hubo algunas salidas semanales durante algunos meses, las cuales fueron interrumpidas precisamente por cierta incompatibilidad en las cuestiones inherentes entre una pareja.

Al paso del tiempo, cinco años después, de pronto se me envía un mensaje en el cual se me da un teléfono con la finalidad de que me comunique. No lo hice, porque consideré que no tenía objeto esa petición, ya que la relación había sufrido su resquebrajadura por aquella incompatibilidad física.

Bueno, tras de alguna que otra petición, de nueva cuenta el “Comunícate conmigo”. Accedí

Al principio fue en un café. Eso se dio en tres ocasiones. Y ya después fue: Ven a mi estudio. Como ya había una premeditación, con la finalidad de la reconquista, pues no fue nada difícil caer en esa telaraña.

Si bien tuvo su magia, su dosis de romanticismo, también hay que reconocer que por parte del hombre existía ya un plan que tendría un inicio, pero también un final.

Es triste reconocer que el hombre jamás involucró sentimientos, se guardó muy bien de esa parte sentimental, muy probablemente porque yo no supe mover esa fibra.

Ahora que ya pasaron veintidós meses entre altibajos, se llega a la cancelación definitiva de la relación amorosa, por supuesto haciendo un daño a una de las dos partes. ¿De quién hablamos? Por supuesto que de mí

Haciendo una introspección, una autocrítica, llego a esta conclusión: Cerrar el círculo en los mejores términos, perder la memoria para evitar recordar lo que hubo tanto sentimental como físicamente, y, por supuesto evitar a toda costa iniciar alguna relación con el pretexto tan utilizado de que un clavo saca otro clavo. Eso no es cierto.

Cada clavo tiene su propio lugar.

Lo ideal es guardar los mejores recuerdos, borrar los malos momentos, y nunca guardar resentimiento hacia él, ya  que, sé muy bien, le fue muy  difícil quererme. No por causa suya, sino porque no tuve los atributos suficientes.

Lo que más influyó en esa falta de empatía, ¿y de amor?, por parte de él, fue, y lo digo con toda certeza, que no soy su tipo. Y al decir no soy su tipo, imagino veinte razones específicas, causales de un rompimiento aparentemente sentimental, que más bien considero, a mi escéptica manera de pensar, que se trató de un contrato de facto por parte de él, y con la creencia por mi parte de que se trataba de un contrato de jure.

Pondré mi voluntad, mi valía de mujer, para superar las secuelas de un fracaso de dimensiones colosales del que a la corta, a la mediana y a la larga serán notorias sus consecuencias.

 


Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.

La sencillez

 


La sencillez

 

Por Sergio Torres

 

Las cosas simples, la luz del amanecer entrando por la ventana; la sensación de que, en quietud o en movimiento, la vida tiene todo lo necesario para seguir manifestando alegría; tú, yendo a la cocina a preparar café o deambular en derredor porque sabes que te miro, que me causa un enorme deleite mirar cómo te desplazas y cómo intento adivinar la curva de tu seno a través del algodón, la suavidad de tu cintura, la agonía extasiada con que tu cadera se curva.

El aroma del desayuno, tortillas de harina, frijoles refritos, queso, salsa de molcajete.

La elegante línea del horizonte en el Valle del Fuerte, donde las garzas y el sol se encuentran cada mañana, sumidos en el rocío de la bahía que, en invierno, se convierte en una pesada neblina.

La belleza de estar vivo. Por fortuna, me toca ver muchas cosas bellas.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

domingo, 12 de octubre de 2025

La noche antes del Nobel

 


La noche antes del Nobel

 

Por Daniel Salinas Basave

 

Cierto, mis escritores favoritos de todos tiempos, empezando por Jorge Luis Borges, nunca ganaron el premio, pero eso tampoco significa que todos los Nobel me sean indiferentes.

Aquí les comparto una pequeña galería de libros significativos (solo uno por autor) y una bitácora aleatoria de mi relación como lector con el club de Estocolmo.

Mi primer contacto con un Nobel. Mi memoria me dice que fue Hemingway. Mi madre me leyó El viejo y el mar cuando era niño, pues me emocionaban las historias de tiburones e intuyó que la aventura de Santiago con el pez vela y los escualos me resultaría interesante.

El primer Nobel que leí a fondo. Demian, de Herman Hesse, que leí en el verano de 1986 durante un viaje a la Isla del Padre (también por recomendación de mi madre. El ejemplar de la foto me lo compró en Soriana San Pedro en aquel verano). Seguí después con El lobo estepario, Siddharta, Bajo la rueda. Tres momentos de una vida. Mi adolescencia no habría sido la misma sin Herman Hesse como compañero de viaje.

Premios Nobel de los que he leído más libros a lo largo de mi vida (más de tres cuartas partes de su obra, o su obra casi completa). Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, José Saramago, Hermann Hesse y Octavio Paz. 

Premios Nobel de los que he leído cuatro o más libros. Kawabata, Thomas Mann, Orhan Pamuk, Coetzee, Camus, Hemingway, Faulkner, Modiano, Ishiguro, Sartre.

Premios Nobel de los que he leído uno o hasta dos libros. Knut Hamsun, Alice Munro, Svetlana Aleksiévich, Boris Pasternak, Samuel Beckett, Tagore, Fosse, Han Kang, Milosz, Canetti, Olga Tokarczuc, Peter Handke, Pearls Buck,  Kenzaburō Ōe, V.S. Naipul, Imre Kertész, Ellfriede Jelinek, Hertha Müller Günter Grass, Darío Fo, Wyslawa Szymborska, Doris Lessing, Le Clézio, Saúl Bellow, Ivo Andriç, Bertrand Rusell, T.S. Elliot, André Gide, Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Romain Rolland, Rudyard Kipling, W.B. Yeats,  Selma Lagerlöf, y algunos más que se me pasan.

Premios Nobel de los que no he leído ni madres. Una larguísima lista. Un chingamadral.

Premio Nobel más cagante y designación más injusta. Bob Dylan.

Reyes sin corona. Borges, Tolstoi, Pessoa, Kafka, Chéjov, Joyce, Bernhard, Woolf, Twain

Quiénes me habría gustado un chingo que lo ganaran. Milan Kundera, Paul Auster, Roberto Calasso, José Revueltas, Cormac McCarthy, Ricardo Piglia, Antonio Tabucchi, Julio Ramón Ribeyro, José Agustín, Ramírez Heredia, Onetti, Cortázar.

Cuáles de los candidatos me gustaría que lo ganaran. César Aira, Haruki Murakami, Mircea Cărtărescu, Joyce Carol Oates, Enrique Vila-Matas,  Don de Lillo, Leila Guerriero, Samanta Schweblin, Lobo Antunes, Javier Cercas.

A quiénes llamaría por teléfono para felicitarlos y me tomaría una botella en su honor si lo ganan. Juan Villoro, Enrique Serna, Mempo Giardinelli, Élmer Mendoza y un chingo de colegas que cuando tengan un poco de más edad sin duda estarán entre los candidatos.

PD. ¿Cuántos colegas tienen insomnio esta noche? ¿Ya conciliaste el sueño Cristina?

 


Daniel Salinas Basave es licenciado en derecho, periodista y escritor. Ha colaborado en EsquireGatopardoMilenio Replicante, entre otras publicaciones. Trabajó como reportero en El Norte de Monterrey y en Frontera, de Tijuana. Actualmente tiene espacios editoriales semanales en Semanario InfoBajaSuplemento Cultural PalabraSíntesis tv y San Diego Red. Es Premio Estatal de Literatura Baja California 2010 por Réquiem por Gutenberg. Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2014 por Cartografías de Nostromo. Relatos de espías, embajadores y embusteros. Premio Gilberto Owen de Literatura 2015, en la categoría de cuento, por Días de whisky malo. Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2015 por El lobo en su horaLa frontera narrativa de Federico Campbell. Ganador del Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2015, en el género de ensayo, por el trabajo titulado Bajo la luz de una estrella muerta.

jueves, 9 de octubre de 2025

Y regresé al tiempo mío

 


Y regresé al tiempo mío

 

Por Anabel Caro

 

Comulgar con tu tiempo, comulgar con tu espacio fue comulgar en el cielo. Me elevaste, viví en las estrellas. Fui una de ellas. Por comulgar en ti, mi ser vibró.

Pero, de pronto, en el cielo hubo nubes. Un fulgor, un eclipse.

Hoy evoco recuerdos en el suave reposo de mi almohada.

A la luz de mi quinqué.

 


Anabel Caro Rascón. Exposiciones colectivas consecutivas del año 2001 al 2013 con fotografía. Participación en obras de teatro del género cómico escritas y dirigidas por una ella. Elenco: maestros, alumnos y trabajadores administrativos, de 2002 a 2012. Sede: Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Formó parte del grupo de fotógrafos de la Facultad de Artes. Ha publicado su obra en Diario de Chihuahua.

Universo

 


Universo

 

Por Sergio Torres

 

Hay un mundo bajo mis pies, un universo igual o más grande pende sobre mi cabeza. Dimensiones similares frente a mí, o a mis lados. Igual que un gato que juega con un haz de luz, corro de aquí para allá persiguiendo sueños siguiendo el horizonte. A veces atrapo un hilo de ilusión, la esperanza me anima, el corazón se agita. Al abrir la mano, es el mismo vacío.

A veces me sorprende la facilidad con que la felicidad me nutre: un atardecer, una flor, el aroma de la albahaca, comenzar, leer, terminar un libro, ver una película, caminar por la ciudad, sentarme en un café, cerveza, mezcal, charlar con algún amigo, tête à tête, tocar el piano, la guitarra, cantar, escribir, dibujar, pintar, construir.

Como el gato que persigue el haz de luz, me pierdo en la mirada, en la sonrisa, en el sabor de esos labios que se abren como amapolas bajo el rocío, de este lado de la bahía, detrás de la sierra de Navachiste.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

miércoles, 8 de octubre de 2025

100%

 


100%

 

Por Sergio Torres

 

Eres perfecta. Te lo he dicho una y mil veces. Tu cabello así, largo o corto, natural o teñido; la blusa casi transparente, el sostén de crochet multicolor; o el suéter cuello de tortuga que te cubre hasta los pensamientos.

Eres perfecta con tu piel morena de sol, tu cabellera revuelta antes, durante y después del amor, instantes de entregarnos el mundo: te doy mi cuerpo anhelante porque confío en en ti; me recibe con generosidad el tuyo, porque sabes que aún en medio de nuestros violentos encuentros me importas, te amo.

Eres perfecta. Cada centímetro de tu piel es perfecto. Un lugar construido de material 100% acariciable. Un lugar donde la risa florece con elegancia y desparpajo.

Eres perfecta. Durante los años en que mi cuerpo te desee, quiero tenerte en mis brazos. Durante los años en que mi mente encuentre gracioso el entorno, quiero hacerte reír. Durante los años que la vida me preste conciencia, quiero seguir viviendo el lujo de pensar en ti. Porque eres nada menos que perfecta.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.