Arte de Alberto Carlos
Campañas electorales
Por Alberto Carlos
Estamos en plenas campañas para presidente de la república.
Como es costumbre, los voceros de la oposición, excepto los arrimados a la
cargada, desde sus respectivos partidos le tupen al PRI y al gobierno con todas
sus baterías. Mientras tanto, el invencible enfoca todos los dispositivos a su
alcance como salsa para sus tacos, a repicar fuerte en honor de sus candidatos,
sin quemar pólvora en tirarle a sus opositores.
En estos momentos cruciales de la jornada cívica, es un
sacarse la garra a tambor batiente y voz tronante, donde nada más las patadas
se oyen. Ni modo, así es la polaca. El que no llora no mama. Al que no habla,
Dios no lo oye. Es la víbora de la mar: el de adelante corre mucho y el de
atrás se quedará. ¿Con quién te vas, con melón o con sandía? En esta feria
cívica, cada quien habla de ella según le va.
Mire usted: en los países socialistas, en los reinos,
en los países en donde tienen primeros ministros de por vida o presidentes
vitalicios, se ahorran los gastos de campañas electorales, ahorritos que,
depositados a plazo fijo, darán muy buenos intereses. En esos felices lares hay
nada más una sopa y no es de fideos. En cambio, en estas democracias nuestras
no hay más remedio que sacar las matracas, los desplegados, los videos, las
pintas, los posters, los acarreos de masas y la repartición de tortas,
burritos, tacos o corundas, según el gusto regional. Con este dispendio
democrático termina un sexenio y comienza otro, bajo el signo del derroche.
Por lo pronto, lo más criticable y criticado del PRI y
su candidato, es la billetiza gastada en la campaña. Dineral, dicen sus
oponentes, del pueblo al cual acarrean ejerciendo presión sobre grupos
controlados: burócratas, centrales obreras, ligas campesinas, etcétera. De que
el PRI se gasta lo suyo y lo no suyo, ni hablar. ¿De dónde sale la pachocha?,
pues no debe ser de la caridad pública, ni de colectas al estilo de la Cruz
Roja. No creo que la hagan a base de cuotas de sus agremiados. En fin, gástese
lo que se gaste, y salga de donde salga, le sale más barato per cápita que a
los otros partidos. Es más barato por docena. El PRI le pega al mayoreo y los
demás al menudeo, lo cual abarata los costos al mayoritario por unidad
acarreada.
Los otros partidos también gastan a sus modestas
partidas y tampoco creo que la lana salga de las cuotas de sus militantes,
mucho menos numerosas que las del partido aplanadora. ¿De los bolsillos de sus
candidatos? ¡N´hombre! Sea como sea, los de la oposición deberían checar
insumos y consumos, echar números y sacar sus conclusiones para, andando el
tiempo, aumentar su capacidad instalada y su clientela.
Los opositores más fuertes, los del PAN, tienen en sus
filas a muchos peritos en mercadotecnia. Le pueden echar una manita, pues se
las saben todas y no les va mal, que digamos, en sus respectivos giros. En la
política, al igual que en el comercio, la cantidad es la papa. La calidad,
desgraciadamente, no es para el consumo de las masas. Vámonos pues recio,
señores. Tecnifiquen su mercado político. Éntrenle al mayoreo, a la producción
en serie y déjense de lamentaciones y diatribas contra el PRI, el cual esta
encantado de la vida con la propaganda gratis que ustedes le hacen al
mencionarlo tanto.
Nada más no se les vaya a pasar la mano. Una demanda
copiosa de prosélitos, nos puede traer como consecuencia una inflación política
galopante que Dios guarde la hora.
...Y aquí faltan las encuestas del PRD.
Alberto Carlos. Artista nacido en Fresnillo, Zacatecas,
avecindado en Chihuahua desde la infancia. Con medio siglo de trayectoria, su
vasta obra mural, escultórica y de caballete abarcó una diversidad de técnicas
y temáticas. Su natural inquietud y amplia cultura lo llevó a incursionar en la
literatura y el periodismo, en géneros como la poesía, el cuento, el ensayo, la
calavera, el epigrama y la columna, los cuales publicaba en periódicos como el
suplemento Tragaluz de Novedades de Chihuahua, El Heraldo de
Chihuahua, y en las revistas Tarahumara y Solar.
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