Digital
Por Marco Benavides
La digitalización ha
transformado a la sociedad moderna, y la literatura no ha quedado al margen de
este proceso. La incorporación de las nuevas tecnologías ha modificado no solo
las formas de producir y distribuir los textos, sino también las concepciones y
enfoques que los escritores tienen sobre su oficio. El avance de los medios
digitales ha influido en la escritura desde su estructura y formato hasta la
relación entre el escritor y el lector, afectando la forma en que los autores
piensan, crean y se comunican.
Esta transformación ha
permitido la creación, distribución y lectura de textos en plataformas en
línea, lo que ha traído consigo un cambio radical en la forma en que se produce
la literatura. Durante siglos, los escritores dependían de los procesos
tradicionales de publicación, como la imprenta, lo que significaba que solo un
número limitado de obras llegaban al público. Sin embargo, con la
digitalización, las barreras de entrada se han reducido considerablemente.
Ahora, cualquier persona con acceso a Internet puede publicar su trabajo. Este
cambio no solo ha aumentado la cantidad de textos disponibles, sino que ha
modificado la forma en que los escritores se acercan al proceso creativo.
La inmediatez de la
publicación digital ha influido en la forma en que los escritores piensan sobre
sus obras. En lugar de tomarse años para crear un manuscrito perfecto y pasar
por el largo proceso de edición y publicación, muchos autores ahora optan por
compartir sus escritos de forma instantánea, recibiendo retroalimentación
directa de los lectores. Puede ser una fuente de motivación, pero también
altera la percepción que el escritor tiene de su obra. Ya no se trata solo de
la creación de un texto "terminado", sino que el proceso se convierte
en una especie de diálogo constante entre el autor y su audiencia.
También ha cambiado la
manera en que los escritores estructuran sus relatos. La rapidez con que fluye
la información en Internet, la naturaleza fragmentada de los textos digitales y
el impacto de las redes sociales han influido en la forma de contar historias.
En lugar de las narrativas largas y detalladas que dominaban la literatura
tradicional, muchos autores contemporáneos han adoptado un estilo fragmentado
que refleja la velocidad y discontinuidad de la información en la era digital.
La literatura digital ofrece textos breves, directos y rápidos, en sintonía con
los hábitos de lectura impulsados por las redes sociales.
Uno de los cambios más
significativos de la digitalización en la literatura es la democratización del
acto de escribir. En el pasado, la publicación de un libro era un proceso
elitista, reservado a aquellos que tenían acceso a editoriales, agentes
literarios o los recursos necesarios para financiar su publicación. Hoy,
cualquier persona con un dispositivo y conexión a Internet puede compartir su
voz y sus ideas con el mundo. Esto ha permitido que escritores que antes
habrían quedado excluidos del circuito literario tradicional, puedan acceder a
una audiencia global.
Pero la democratización de
la digitalización tuvo su efecto colateral. ¿Qué vale la pena leer y qué no? En
la selva de pensamiento que corre diversificada, diluida, radical o francamente
absurda que corre por la web, ¿qué es bello y qué es basura?
Por esto, los escritores ya
no son solo autores de libros; se convierten en creadores de comunidades. Las
redes sociales han permitido que los escritores se conecten directamente con
sus lectores, creando un vínculo más cercano y personal con ellos. Las
interacciones diarias con sus seguidores, las respuestas a los comentarios y la
participación en debates culturales han modificado la manera en que los
escritores piensan sobre su público. Esta relación directa también ha generado
una nueva perspectiva sobre el concepto de "audiencia". Ya no se
trata de un público pasivo que consume la obra, sino de una audiencia activa
que puede influir en el proceso creativo del autor, a través de comentarios,
sugerencias o incluso en la coautoría de relatos.
A pesar de sus ventajas, la
digitalización también presenta desafíos, a veces dignos de dedicarles tiempo -
pensamiento, para los escritores. Uno de los principales es la sobreabundancia
de contenido disponible en línea. El escritor debe competir por la atención del
lector en un océano de información, lo que puede hacer que su obra se pierda en
la vasta red de publicaciones.
Este "ruido
digital" dificulta la tarea de destacar en un mercado saturado de textos.
Además, la inmediatez y la velocidad con que se publican los contenidos también
pueden llevar a una pérdida de profundidad y reflexión en los textos literarios,
ya que muchos autores se sienten presionados por la necesidad de producir
rápidamente. Peor aún: ¿qué texto escribió un humano y cuál escribió un
algoritmo? ¿Valen lo mismo en la balanza entre lo que vale la pena leer y lo
que no?
La relación entre la
digitalización y el copyright implica un problema que puede llegar a ser serio.
La facilidad con la que los textos pueden ser copiados y distribuidos
ilegalmente en Internet ha generado preocupaciones sobre la protección de los
derechos de autor y la remuneración justa para los escritores. La piratería
digital y el acceso gratuito a los textos en línea ponen en cuestión el modelo
económico tradicional de la literatura y su viabilidad a largo plazo.
La era digital ha
reconfigurado no solo la forma en que leemos y escribimos, también el
significado mismo de ser escritor en el siglo XXI. Los textos ya no son solo
productos de la imaginación individual, sino que se convierten en ecos de una
conversación global, constante e interactiva. Los límites entre el creador y el
consumidor se desdibujan, y la obra literaria ya no es un objeto estático, sino
un proceso dinámico que evoluciona en tiempo real.
En este nuevo paisaje, el
escritor no solo debe adaptarse a las herramientas digitales, sino también a
las nuevas reglas del juego, donde la relevancia ya no está garantizada por la
calidad, sino por la capacidad de hacerse escuchar en un mar de ruido digital.
¿Será la literatura del futuro una conversación interminable, o tan solo una
batalla por la atención? Solo el tiempo y los próximos textos lo dirán.
4 febrero 2025
drbenavides@medmultilingua.com
Marco Vinicio Benavides
Sánchez es médico cirujano y partero por la Universidad Autónoma de Chihuahua;
título en cirugía general por la Universidad Autónoma de Coahuila;
entrenamiento clínico en servicio en trasplante de órganos y tejidos en la
Universität Innsbruck, el Hospital Universitario en Austria, y en el Instituto
Mexicano del Seguro Social. Ha trabajado en el Instituto Mexicano del Seguro
Social como médico general, cirujano general y cirujano de trasplante, y
también fue jefe del Departamento de Cirugía General, coordinador clínico y
subdirector médico. Actualmente jubilado por años de servicio. Autor y coautor
de artículos médicos en trasplante renal e inmunosupresión. Experiencia
académica como profesor de cirugía en la Universidad Autónoma de Chihuahua;
profesor de anatomía y fisiología en la Universidad de Durango. Actualmente,
investiga sobre inteligencia artificial en medicina. Es autor y editor de la
revista web Med Multilingua.
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