miércoles, 5 de febrero de 2025

Digital

 

Gráfica. Diseño de Marco Benavides

Digital

 

Por Marco Benavides

 

La digitalización ha transformado a la sociedad moderna, y la literatura no ha quedado al margen de este proceso. La incorporación de las nuevas tecnologías ha modificado no solo las formas de producir y distribuir los textos, sino también las concepciones y enfoques que los escritores tienen sobre su oficio. El avance de los medios digitales ha influido en la escritura desde su estructura y formato hasta la relación entre el escritor y el lector, afectando la forma en que los autores piensan, crean y se comunican.

Esta transformación ha permitido la creación, distribución y lectura de textos en plataformas en línea, lo que ha traído consigo un cambio radical en la forma en que se produce la literatura. Durante siglos, los escritores dependían de los procesos tradicionales de publicación, como la imprenta, lo que significaba que solo un número limitado de obras llegaban al público. Sin embargo, con la digitalización, las barreras de entrada se han reducido considerablemente. Ahora, cualquier persona con acceso a Internet puede publicar su trabajo. Este cambio no solo ha aumentado la cantidad de textos disponibles, sino que ha modificado la forma en que los escritores se acercan al proceso creativo.

La inmediatez de la publicación digital ha influido en la forma en que los escritores piensan sobre sus obras. En lugar de tomarse años para crear un manuscrito perfecto y pasar por el largo proceso de edición y publicación, muchos autores ahora optan por compartir sus escritos de forma instantánea, recibiendo retroalimentación directa de los lectores. Puede ser una fuente de motivación, pero también altera la percepción que el escritor tiene de su obra. Ya no se trata solo de la creación de un texto "terminado", sino que el proceso se convierte en una especie de diálogo constante entre el autor y su audiencia.

También ha cambiado la manera en que los escritores estructuran sus relatos. La rapidez con que fluye la información en Internet, la naturaleza fragmentada de los textos digitales y el impacto de las redes sociales han influido en la forma de contar historias. En lugar de las narrativas largas y detalladas que dominaban la literatura tradicional, muchos autores contemporáneos han adoptado un estilo fragmentado que refleja la velocidad y discontinuidad de la información en la era digital. La literatura digital ofrece textos breves, directos y rápidos, en sintonía con los hábitos de lectura impulsados por las redes sociales.

Uno de los cambios más significativos de la digitalización en la literatura es la democratización del acto de escribir. En el pasado, la publicación de un libro era un proceso elitista, reservado a aquellos que tenían acceso a editoriales, agentes literarios o los recursos necesarios para financiar su publicación. Hoy, cualquier persona con un dispositivo y conexión a Internet puede compartir su voz y sus ideas con el mundo. Esto ha permitido que escritores que antes habrían quedado excluidos del circuito literario tradicional, puedan acceder a una audiencia global.

Pero la democratización de la digitalización tuvo su efecto colateral. ¿Qué vale la pena leer y qué no? En la selva de pensamiento que corre diversificada, diluida, radical o francamente absurda que corre por la web, ¿qué es bello y qué es basura?

Por esto, los escritores ya no son solo autores de libros; se convierten en creadores de comunidades. Las redes sociales han permitido que los escritores se conecten directamente con sus lectores, creando un vínculo más cercano y personal con ellos. Las interacciones diarias con sus seguidores, las respuestas a los comentarios y la participación en debates culturales han modificado la manera en que los escritores piensan sobre su público. Esta relación directa también ha generado una nueva perspectiva sobre el concepto de "audiencia". Ya no se trata de un público pasivo que consume la obra, sino de una audiencia activa que puede influir en el proceso creativo del autor, a través de comentarios, sugerencias o incluso en la coautoría de relatos.

A pesar de sus ventajas, la digitalización también presenta desafíos, a veces dignos de dedicarles tiempo - pensamiento, para los escritores. Uno de los principales es la sobreabundancia de contenido disponible en línea. El escritor debe competir por la atención del lector en un océano de información, lo que puede hacer que su obra se pierda en la vasta red de publicaciones.

Este "ruido digital" dificulta la tarea de destacar en un mercado saturado de textos. Además, la inmediatez y la velocidad con que se publican los contenidos también pueden llevar a una pérdida de profundidad y reflexión en los textos literarios, ya que muchos autores se sienten presionados por la necesidad de producir rápidamente. Peor aún: ¿qué texto escribió un humano y cuál escribió un algoritmo? ¿Valen lo mismo en la balanza entre lo que vale la pena leer y lo que no?

La relación entre la digitalización y el copyright implica un problema que puede llegar a ser serio. La facilidad con la que los textos pueden ser copiados y distribuidos ilegalmente en Internet ha generado preocupaciones sobre la protección de los derechos de autor y la remuneración justa para los escritores. La piratería digital y el acceso gratuito a los textos en línea ponen en cuestión el modelo económico tradicional de la literatura y su viabilidad a largo plazo.

La era digital ha reconfigurado no solo la forma en que leemos y escribimos, también el significado mismo de ser escritor en el siglo XXI. Los textos ya no son solo productos de la imaginación individual, sino que se convierten en ecos de una conversación global, constante e interactiva. Los límites entre el creador y el consumidor se desdibujan, y la obra literaria ya no es un objeto estático, sino un proceso dinámico que evoluciona en tiempo real.

En este nuevo paisaje, el escritor no solo debe adaptarse a las herramientas digitales, sino también a las nuevas reglas del juego, donde la relevancia ya no está garantizada por la calidad, sino por la capacidad de hacerse escuchar en un mar de ruido digital. ¿Será la literatura del futuro una conversación interminable, o tan solo una batalla por la atención? Solo el tiempo y los próximos textos lo dirán.

 

4 febrero 2025

 

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drbenavides@medmultilingua.com

 


Marco Vinicio Benavides Sánchez es médico cirujano y partero por la Universidad Autónoma de Chihuahua; título en cirugía general por la Universidad Autónoma de Coahuila; entrenamiento clínico en servicio en trasplante de órganos y tejidos en la Universität Innsbruck, el Hospital Universitario en Austria, y en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Ha trabajado en el Instituto Mexicano del Seguro Social como médico general, cirujano general y cirujano de trasplante, y también fue jefe del Departamento de Cirugía General, coordinador clínico y subdirector médico. Actualmente jubilado por años de servicio. Autor y coautor de artículos médicos en trasplante renal e inmunosupresión. Experiencia académica como profesor de cirugía en la Universidad Autónoma de Chihuahua; profesor de anatomía y fisiología en la Universidad de Durango. Actualmente, investiga sobre inteligencia artificial en medicina. Es autor y editor de la revista web Med Multilingua.

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