Compasión de la muerte
Por Luis Kimball
A Javier Heraud
Porque la nostalgia destruye (y es incapaz, siquiera, de velar por los
restos), no es común en estos días guardar compasión junto a un río.
Tanta que aún conserva la ira espesa. Triste por los ojos que se fueron
a buscar verdad en cauces menos claros.
Sigo acariciando la hierba, Javier, recordándote como la piedra del
mundo; demasiado gris cuando le queda algo a la tarde (las nubes cubren, las
sombras vuelven a la tumba).
Con mucho menos puedo recordar tu verso, tu valor: la ternura
indispensable, para que la muerte nos mire de cerca.
Desde el dintel, alguien se va. O muere. A veces un poeta alza el vuelo desde el dolor. Kimball siempre escribe.
ResponderEliminar