domingo, 31 de diciembre de 2017

Almudena Cosgaya. La fotografía

La fotografía

Por Almudena Cosgaya

Llegó temprano a casa aquella vez. Desde que entró en la vieja casa de su abuela, notó algo raro. Su querida abuela no salió a recibirla, ni se podía oler algunas de sus delicias culinarias. Realmente le pareció extraño.

Tras cambiarse de ropa, bajó a la cocina, abrió el refrigerador y tomó un frasco con jugo, caminó hacia el estante donde se encontraban los vasos y un ruido llamo su atención; su corazón se agitó al ver un viejo sobre amarillo sobre la mesa que antes había estado sin nada, ni siquiera un adorno.

Con paso lento caminó hasta donde se encontraba el sobre y tras tomar asiento sacó su contenido. Eran varias fotografías viejas, que la sorprendieron. Miró la primera con curiosidad. Era la foto de una ventana, al fondo un bosque; el paisaje era misterioso. Se preguntó si el autor de aquella imagen habría sido su abuelo, a quien no había tenido oportunidad de conocer pues había desaparecido una noche lluviosa hace ya algunos años, muchos antes de su nacimiento.

Siguió viendo las fotografías: todas eran de la misma escena. Sin embargo, algo extraño había en ellas; conforme iba pasándolas una extraña silueta comenzaba acercarse. El temor fue invadiéndola y su respiración se incrementó, pues conforme pasaba de imagen, la silueta hacia clara. Su forma era masculina. Tragó saliva en la penúltima fotografía: la silueta negra cubría la mayor parte de la imagen y presentía que en la última vería su rostro. Con mucho miedo y lentamente fue apartando la penúltima fotografía, su corazón latía acelerado.

El alivio llego pronto, pues en la foto final apariencía la ventana sola y el bosque detrás. Un sonrisa apareció en sus labios al darse cuenta que se había asustado de nada. Entonces levanto la mirada: justo frente a ella se encontraba un hombre de negro mirándola fijamente. Su grito se escuchó por toda la casa y luego se sumergió en un escabroso silencio.  Jamás se volvió a saber de ella, ni de ningún familiar. Todos desaparecieron aquella noche, cuando aquel hombre extraño decidió aparecer.
 La casa sigue en el mismo lugar, sobre la vieja mesa de centro se alcanza a ver un viejo sobre. ¿Te atreves a mirar su contenido?

Recuerda que no todo en el mundo es lo que realmente es, pues tus propios ojos no ven lo que en realidad se esconde justo frente a ti.




Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa, actualmente tiene terminada una novela, que se encuentra en proceso de corrección.

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