Arte de Alberto Carlos
¿Bueno,
bueno?
Por
Alberto Carlos
Nota
del autor. Cualquier parecido entre este diálogo telefónico y diálogos de la
vida real, es pura coincidencia.
Como no
es posible estar en ambos teléfonos a la vez, el lector debe imaginar lo que
contestan del otro lado de la línea.
—¿Buenooo…?
¿A dónde hablo…? ¿El tres qué…? Con Anita, por favor... ¿Ninguna quién…? Ah,
perdone, está equivocado.
La
señora vuelve a marcar. Espera un rato. ¡Al fin!
—¿Buenooo…
está Anita? Sí. Me conociste la voz ¿eh?... Con Anita… ¿Volverá pronto…? ¡Qué
lástima!... No. No es urgente, bueno, algo… que me llame en cuanto llegue
¿sí?... Muy bien, gracias. Y tú mamá ¿está bien?... Me la saludas… Ok. Le das
el recado a Anita. No se te pase… ¡Chao!
Tres
horas más tarde suena el teléfono. La señora contesta:
—¿Buenooo…?
Sí…¡Anita!, qué bueno que llamaste.
—…
—No, yo
no he salido.
—…
—Ya me
lo imagino. ¿A Futurama? No, yo no he salido.
—…
—Claro,
claro. Y las cajeras, tú sabes.
—…
—Si
ayer estaban a ochenta y cinco pesos. Pues no, fíjate. ¿Qué? No, si te digo:
esto va de mal en peor. Te llamaba para…
—Bien.
Todos bien, gracias a Dios. ¿Y ustedes?
—…
—¡Anda,
pobre! ¿Al ISSSTE?
—…
—Sí,
así pasa con las fichas. Con uno particular, claro. Menos mal que ya pasó.
—…
—Ojalá,
sí es por el mal tiempo. Así son, no se cuidan, ¿verdad?
—…
—Ay sí,
tú, se siente la trompa del ferrocarril, como el marido agarró hueso ahora
hasta se fueron a vivir a Lomas del Santuario y se compraron un Máveric último
modelo. Y chueco, ¿qué te parece? Así es la cosa. A mí ya ni el saludo. ¿Te
acuerdas? No tenían ni para frijoles.
—…
—No, ni
pensarlo. Ahora puro de El Paso. ¡Jesús! Espera un momento, dejé el guisado en
la lumbre. No cuelgues.
Pausa obligada por el requerimiento
culinario.
—¿Bueno? Sí, ya le apagué. Se me quemó a la fregada.
—…
—Era un estofado de ternera, me estaba quedando bien
rico.
—…
—Cómo no, ahi te va la receta, ¿tienes en qué apuntar?
—…
Minutos después:
—¿Bueno?
OK, apúntale.
Omitimos la receta porque ese giro lo
tiene en exclusiva la sección Gente y cultura en este
mismo diario, y no queremos usurpar funciones.
…Yo lo hago en olla Presto.
—…
—Ah,
sí. Te hablaba para ver si vamos al peinador para el shower de La Chiquis.
—…
—¿Qué a
ti no te invitaron?
—…
—Pues
no sé. ¿Qué no son muy amigas?
—…
—Anda,
qué lástima. Ni modo. Nos vemos. Bay.
La señora marca de nuevo:
—¿Buenooo?
¿La Chiquis? Hola. Sí, soy yo. ¿Con quién crees que acabo de hablar.
Alberto Carlos. Artista nacido
en Fresnillo, Zacatecas, avecindado en Chihuahua desde la infancia. Con medio
siglo de trayectoria, su vasta obra mural, escultórica y de caballete abarcó
una diversidad de técnicas y temáticas. Su natural inquietud y amplia cultura
lo llevó a incursionar en la literatura y el periodismo, en géneros como la
poesía, el cuento, el ensayo, la calavera, el epigrama y la columna, los cuales
publicaba en periódicos como el suplemento Tragaluz de Novedades de
Chihuahua, El Heraldo de Chihuahua, y en las revistas Tarahumara
y Solar.
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