Arte de Alberto Carlos
Las
sílfides del Parnaso
Por Alberto Carlos
Un
triste día de febrero del que no quiero acordarme, pero me acuerdo, de esos en
que sopla el viento con inusitada violencia (esta introducción es para
ambientar el asunto) me guarecí en el quicio de un rústico portón. (Más
literario, solamente Cervantes).
Desde
mi lóbrega atalaya pude observar el fluir angustioso del torrente humano,
vapuleado inmisericordemente por la ira desatada de Eolo. (Qué me dura la
poesía con ribetes helenísticos).
Era un
desfile de rostros furibundos que reflejaban el espíritu en lucha contra los
elementos desbordados en esa hora crepuscular que debía invitar al recogimiento
y la meditación, imposibles, en este caso, por la furia ululante del vendaval.
(Si me leyera Octavio Paz…)
Veía
pasar los carruajes (debía escribir automóviles, pero son tan frívolos que me
echarían a perder la belleza de la prosa) con su rugir impertinente, amalgamado
su estrépito con el libre silbar del agitado temporal, como una sinfonía de
Revueltas o como el trepidante contrapunto de las huestes revolucionarias de
1910. (Aquí me gano una Flor Natural
de esas que coleccionan Alfonso Escárcega y el profesor De la Fuente).
Como
decía, observaba con un dejo de nostalgia… (Ya se me fue la onda del asunto que
traía entre manos). Pues sí, con un dejo de nostalgia… (¿Cómo iba el cuento? Es
que ya me piqué con la melcocha.
Nostalgia…
era algo sobre nostalgia. Pero ya me chupé el espacio en la ambientación y el
adorno. A ver si en un ínterin me acuerdo y lo suelto en un futuro Tragaluz.
Ustedes
perdonen, pero hay días en que se va uno de la pluma irremediablemente, gracias
a esa vena poética que todos llevamos dentro y que aflora como un suspiro ante
el destello fugaz de lo inconmensurable (¡qué bruto!, aquí me consagro).
Hasta
la próxima que, me sospecho, después de esta tríada lírica, nadie se la va a
perder.
Alberto Carlos. Artista nacido
en Fresnillo, Zacatecas, avecindado en Chihuahua desde la infancia. Con medio
siglo de trayectoria, su vasta obra mural, escultórica y de caballete abarcó
una diversidad de técnicas y temáticas. Su natural inquietud y amplia cultura
lo llevó a incursionar en la literatura y el periodismo, en géneros como la
poesía, el cuento, el ensayo, la calavera, el epigrama y la columna, los cuales
publicaba en periódicos como el suplemento Tragaluz de Novedades de
Chihuahua, El Heraldo de Chihuahua, y en las revistas Tarahumara
y Solar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario