Dintel de Almudena
3. Rapsodia
Por Almudena
Cosgaya
Andrea no temía de los vivos, pero cualquier indicio de
actividad paranormal la hacía escapar y asustarse hasta el borde de la locura. Una
madrugada tomó el transporte de la Maquiladora que la llevaría a su lugar de
trabajo. Se puso sus audífonos y la música comenzó a sonar. Bohemian
Rhapsody la acompaño durante el trayecto.
Abre los ojos... ve al cielo y observa...
El camión ingresó en la planta, aún estaba obscuro. La joven
notó que una cubría el estacionamiento. Al tomar su bolsa y descender, divisó
dos vehículos chocados, trató de avanzar, pero se soltó una furiosa tormenta.
Se caminó de prisa para entrar a la nave para buscar refugio.
—¡Buenos días, señor Beltrán! —saludó con cortesía—. ¿Qué ha
ocurrido allá fuera?
—El purgatorio tiene muchas entradas y diferentes niveles.
Será mejor que te apresures a secarte, el frío puede calar hasta los huesos.
Sin comprender aquella respuesta, Andrea se dirigió al área
de lockers. Todo el lugar parecía abandonado. El cristal de las ventanas había
desaparecido, pero los lockers estaban intactos. La nave industrial estaba oscura.
Pensando que todo era parte de su imaginación, se apresuró a ir al área de
gavetas, donde estarían sus compañeros.
El área estaba sola. Volteo un bote y se sentó, extendió las
piernas.
Es muy tarde, mi momento ha llegado. Siento escalofríos en mi
espalda y el cuerpo me duele.
De repente un relámpago iluminó el lugar, Andrea vio que no
estaba sola. Había gente acomodando sus carritos de trabajo y otras preparando los
químicos. Todos vestidos de gris. Al final estaba Sandrita.
¡No! Ella partió. ¡Oh, Dios! Deben ser fantasmas recorriendo
sus últimos pasos, pensó Andrea. Tiene que haber una razón para todo esto, debe
haberla.
Se levantó de un salto y corrió por el pasillo tan rápido
como le permitían sus pies, pero pronto se estrelló de lleno con alguien.
—¡Amelia!
—¡Bienvenida!
Los relámpagos me aterran. Y ahora no me dejan ir.
Como un eco me quedaré en la eternidad.
Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó La maldición del séptimo invierno, su primera novela.
Muy interesante, cómo siempre me kdo intrigado...
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