lunes, 9 de mayo de 2022

Rapsodia. Almudena Cosgaya

 

Dintel de Almudena

3. Rapsodia

 

 

Por Almudena Cosgaya

 

 

Andrea no temía de los vivos, pero cualquier indicio de actividad paranormal la hacía escapar y asustarse hasta el borde de la locura. Una madrugada tomó el transporte de la Maquiladora que la llevaría a su lugar de trabajo. Se puso sus audífonos y la música comenzó a sonar. Bohemian Rhapsody la acompaño durante el trayecto.

Abre los ojos... ve al cielo y observa...

El camión ingresó en la planta, aún estaba obscuro. La joven notó que una cubría el estacionamiento. Al tomar su bolsa y descender, divisó dos vehículos chocados, trató de avanzar, pero se soltó una furiosa tormenta. Se caminó de prisa para entrar a la nave para buscar refugio.

—¡Buenos días, señor Beltrán! —saludó con cortesía—. ¿Qué ha ocurrido allá fuera?

—El purgatorio tiene muchas entradas y diferentes niveles. Será mejor que te apresures a secarte, el frío puede calar hasta los huesos.

Sin comprender aquella respuesta, Andrea se dirigió al área de lockers. Todo el lugar parecía abandonado. El cristal de las ventanas había desaparecido, pero los lockers estaban intactos. La nave industrial estaba oscura. Pensando que todo era parte de su imaginación, se apresuró a ir al área de gavetas, donde estarían sus compañeros.

El área estaba sola. Volteo un bote y se sentó, extendió las piernas.

Es muy tarde, mi momento ha llegado. Siento escalofríos en mi espalda y el cuerpo me duele.

De repente un relámpago iluminó el lugar, Andrea vio que no estaba sola. Había gente acomodando sus carritos de trabajo y otras preparando los químicos. Todos vestidos de gris. Al final estaba Sandrita.

¡No! Ella partió. ¡Oh, Dios! Deben ser fantasmas recorriendo sus últimos pasos, pensó Andrea. Tiene que haber una razón para todo esto, debe haberla.

Se levantó de un salto y corrió por el pasillo tan rápido como le permitían sus pies, pero pronto se estrelló de lleno con alguien.

—¡Amelia!

—¡Bienvenida!

Los relámpagos me aterran. Y ahora no me dejan ir.

Como un eco me quedaré en la eternidad.

 






Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó La maldición del séptimo invierno, su primera novela.

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