El naranjo
Por Elvira Catalina
Gutiérrez
La lluvia viajera me
visita en la ventana,
me trae un mensaje
del más allá (de mi abuela).
Las traviesas hadas,
como cuando niña,
brincan por mi cuerpo,
me dejan sonrientes
sobre sus yerbas
todo regocijo, fiesta
iridiscente.
Las gotas del cielo y
las mías son un solo recado.
Los gatitos
ronroneantes se acurran en mi cuello.
Un cofre de monedas
de oro resplandece.
El árbol esta igual
de feliz que yo,
le crecen ramas,
montones de hojas,
brillantes naranjas
de cáscara gruesa y redonda.
Mis manos se impregnan
del cítrico y al explotar
descubro mi
identidad:
También soy un árbol
que celebra la vitalidad.
Elvira Catalina Gutiérrez. Licenciada
en letras españolas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
Autónoma de Chihuahua. Tiene maestrías en educación y en periodismo. Es
profesora de literatura en secundaria y trabaja en radio con un programa
cultural. Es autora de un libro sobre el tema Juana de Ibarbourou y otro sobre
educación literaria para niños, ambos inéditos. Escribe periódicamente en la
revista Exprés.
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